Hoy he impartido en mi curso de la Universidad (Saber ver el Arte) una clase centrada fundamentalmente en la Teoría del Color.
Lo que sí es cierto es que la Teoría del Color, y su aplicación práctica difieren notablemente. Por ejemplo, en Bellas Artes hemos estudiado cómo la mezcla a partes iguales de los tres primarios da el negro puro. Pero en la pintura, aplicación práctica de esa teoría, lo único que conseguimos es un gris sucio: verdoso en el caso de los acrílicos caros y violáceo en el caso de la pintura plástica para paredes.
Como dice una ingeniosa cita, "En teoría, la teoría y la práctica son iguales. En la práctica no".
En el caso de la teoría del color, esta diferencia provoca dos tipos de problemas:
Mi experiencia sobre este tema es que la teoría del color ayuda. No es exacta. Del mismo modo que no se puede hallar la cuadratura del círculo, el esquema de los colores-pigmento que derivan de los colores-luz, no tiene una correspondencia exacta en la práctica, en la realidad. Conocer la teoría por una parte y utilizar pintura de colores primarios reales por la otra permite comprender en qué medida la teoría del color se puede aplicar realmente en la pintura. Ayuda a descubrir todo el potencial que la teoría del color puede aportar a la mezcla de colores y a la realización de cuadros.
Pero tampoco es tan difícil. Pintar durante una temporada utilizando sólo los colores primarios permite ir descubriendo las desviaciones sobre la norma. La práctica permite ver cómo funcionan las mezclas en la realidad. Porque no se comportan exactamente igual a lo que indica la Teoría del Color; influyen los materiales utilizados, las cantidades... pero paulatinamente se va desarrollando la habilidad de entender realmente el funcionamiento de la mezcla sustractiva al mezclar los colores en la paleta. Al final mezclar se convierte en algo intuitivo y simplemente "vemos" los componentes cromáticos de los tonos, sin tener que calcular porcentajes.
No en vano los pintores han venido utilizando el color durante miles de años con resultados magníficos, sin que existiese nada semejante a la Teoría del Color. Un legado práctico obtenido durante siglos de ensayo y error. Nuestros museos y colecciones están llenos de los resultados de esos experimentos, y en ellos se basaron los estudios que nos han llevado a construir una magnífica -aunque todavía incompleta- Teoría del Color.
¿No sería profundamente estúpido que precisamente desentrañar los secretos de nuestra percepción nos sirva sólo para meter la pata? La Teoría del Color, combinada con el "instinto", abre enormes posibilidades. Se está llegando a un control mucho más preciso de los artificios de la pintura, del color, gracias a las aportaciones de la ciencia en este campo. La fe ciega en la teoría o en la tradición, en una palabra, la rigidez que anima a no disminuir, a no conciliar la distancia entre teoría y práctica constituye una muestra de lo poco sabios que podemos llegar a ser los homo sapiens sapiens.
Del mismo modo que un piloto experimentado no podría realizar un aterrizaje forzoso confiando sólo en su intuición y aún menos sólo en sus instrumentos, un pintor de nuestra época que pretenda estar bien formado no debería desdeñar su intuición pero tampoco los conocimientos útiles que nos aporta la Teoría del Color.
Como en tantas cuestiones, podríamos recordar la máxima de Paifocles de Eirís, filósofo gallego del siglo IX: "Sentidiño, ho, sentidiño".
No voy aquí a meterme en detalles sobre la historia de la Teoría del Color o si es o no válida y hasta qué punto. Sobre esas cuestiones baste investigar un poco sobre la Teoría del Color aceptada comúnmente o la teoría alternativa de Kueppers.
Lo que sí es cierto es que la Teoría del Color, y su aplicación práctica difieren notablemente. Por ejemplo, en Bellas Artes hemos estudiado cómo la mezcla a partes iguales de los tres primarios da el negro puro. Pero en la pintura, aplicación práctica de esa teoría, lo único que conseguimos es un gris sucio: verdoso en el caso de los acrílicos caros y violáceo en el caso de la pintura plástica para paredes.
Como dice una ingeniosa cita, "En teoría, la teoría y la práctica son iguales. En la práctica no".
En el caso de la teoría del color, esta diferencia provoca dos tipos de problemas:
- Por una parte, no se suele entender bien la propia Teoría del Color. Hay malos entendidos por culpa de la mala literatura: libros en los que se explica que el bermellón es un color primario, por ejemplo. Aplicando ese falso conocimiento, un aprendiz jamás podrá obtener colores como el violeta. También se entiende mal el concepto de colores secundarios y terciarios. He leído libros para la ESO donde se dice por ejemplo ¡que el amarillo anaranjado es terciario!
- Por la otra, alguna gente estudia con detalle y éxito la teoría, y esperan que pueda ser aplicada tal cual en la práctica. Cuando la práctica contradice lo esperado, simplemente ignoran el problema. Compran, por ejemplo, un cyan de proceso (que en pintura se obtiene mezclando azul primario con blanco) y esperan que las mezclas salgan limpias.
Mi experiencia sobre este tema es que la teoría del color ayuda. No es exacta. Del mismo modo que no se puede hallar la cuadratura del círculo, el esquema de los colores-pigmento que derivan de los colores-luz, no tiene una correspondencia exacta en la práctica, en la realidad. Conocer la teoría por una parte y utilizar pintura de colores primarios reales por la otra permite comprender en qué medida la teoría del color se puede aplicar realmente en la pintura. Ayuda a descubrir todo el potencial que la teoría del color puede aportar a la mezcla de colores y a la realización de cuadros.
Pero tampoco es tan difícil. Pintar durante una temporada utilizando sólo los colores primarios permite ir descubriendo las desviaciones sobre la norma. La práctica permite ver cómo funcionan las mezclas en la realidad. Porque no se comportan exactamente igual a lo que indica la Teoría del Color; influyen los materiales utilizados, las cantidades... pero paulatinamente se va desarrollando la habilidad de entender realmente el funcionamiento de la mezcla sustractiva al mezclar los colores en la paleta. Al final mezclar se convierte en algo intuitivo y simplemente "vemos" los componentes cromáticos de los tonos, sin tener que calcular porcentajes.
No en vano los pintores han venido utilizando el color durante miles de años con resultados magníficos, sin que existiese nada semejante a la Teoría del Color. Un legado práctico obtenido durante siglos de ensayo y error. Nuestros museos y colecciones están llenos de los resultados de esos experimentos, y en ellos se basaron los estudios que nos han llevado a construir una magnífica -aunque todavía incompleta- Teoría del Color.
¿No sería profundamente estúpido que precisamente desentrañar los secretos de nuestra percepción nos sirva sólo para meter la pata? La Teoría del Color, combinada con el "instinto", abre enormes posibilidades. Se está llegando a un control mucho más preciso de los artificios de la pintura, del color, gracias a las aportaciones de la ciencia en este campo. La fe ciega en la teoría o en la tradición, en una palabra, la rigidez que anima a no disminuir, a no conciliar la distancia entre teoría y práctica constituye una muestra de lo poco sabios que podemos llegar a ser los homo sapiens sapiens.
Del mismo modo que un piloto experimentado no podría realizar un aterrizaje forzoso confiando sólo en su intuición y aún menos sólo en sus instrumentos, un pintor de nuestra época que pretenda estar bien formado no debería desdeñar su intuición pero tampoco los conocimientos útiles que nos aporta la Teoría del Color.
Como en tantas cuestiones, podríamos recordar la máxima de Paifocles de Eirís, filósofo gallego del siglo IX: "Sentidiño, ho, sentidiño".
7 comentarios:
Raro... Cuando haces la cosa esa del disco de newton, la combinación de rojo y azul sale morado, igual que en la pintura. Pero cuando usas los siete colores del arco iris en el disco te sale blanco, y en la pintura no... Lo intenté en quinto grado, lo recuerdo... xD xD
Hablando de color, recientemente tuve que elegir un conjunto reducido de colores armónicos para el diseño de la web de una artista. Para ello fotografié uno de los cuadros más representativos de su estilo, y con el Photoshop capturé dos de los colores que dominaban su cuadro: un azul y un naranja. Y cual fue mi sorpresa cuando observé los valores HLS obtenidos:
Azul:
Matiz: 150
Saturación: 145
Luminosidad: 115
Naranja:
Matiz: 15
Saturación: 145
Luminosidad: 115
Como puedes observar, dos de los valores, saturación y luminosidad, se mantenían en ambos colores. En el siguiente artículo, se define colores armónicos como aquellos que comparten dos de los valores HLS y difieren en uno.
Me pareció curioso por un lado, la intuición de la artista para obtener esos colores sin Photoshop y por otro, un poco la mía a la hora de capturar esos dos píxeles exactamente de su cuadro. Esa complicidad de intuiciones inconsciente entre creador y observador, pero a la postre con algún tipo de explicación teórico-científica detrás, es lo que más me apasiona del mundillo del arte. Espero que el artículo aporte algo a tus lectores sobre la teoría (y a lo mejor la práctica) del color. Tengo ganas de obtener los valores HLS de mis tubos de óleo (por color y fabricante, claro), para entender mejor todo esto.
Hola. En los videos de esta web se ve una curiosa manera de ajustar los colores de la paleta a los del modelo:
http://www.thecardermethod.com/
Interesante...
1). He de comprobar por mí mismo lo de los primarios en el disco de Newton.
2). La intuición es una buena consejera muchas veces. Curioso lo de los valores HSB.
3). Está curioso lo del pintor este y su método. Aunque se nota un poco que quiere vendernos sus DVDs, la frase final parece de la Teletienda ;).
El video es curioso cuanto menos.
me encontrado con ese problema recientemente,
resulta que fusilo imágenes del M.Prado, y tienen una PUTA MARCA, pero n veces, que a trancas y barrancas intento borrarla a manchazos y no siempre la teoría me ayuda, sino mas bien el sentido común, la marca tiene un color y si intentara cambiarlo pixel a pixel aún andaba con la cuarta parte de la primera imagen, pero si pruebas a mezclar el color de la mancha con los de los alrededores difuminandolos y luego aclarando o oscureciendolos, pues que quedan,
- que sí, pero mas hij...es el de la marca.
Ea un saludo
Anarkasis, puedes probar con lo que aquí se comenta. Aunque no sé si estará muy bien visto... ;)
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