Como sabemos al menos 14 millones de españoles, el sábado pasado el controvertido Chikilicuatre estuvo en Belgrado cantando su no menos controvertido Chiki-Chiki.
No es mi objeto tratar aquí la polémica de bar de si el Chikilicuatre era un representante "digno" o no de nuestra sacrosanta patria y olé. Creo que este festival de Eurovisión no es más que un programa de TV. Una gala más. Creo que el tejido cósmico del espacio-tiempo no se va a rasgar porque en lugar de unos niñatos triunferos profiriendo gorgoritos -casi siempre desafinados, por cierto- nuestro populacho se haya decantado por enviar a Belgrado un actor que descaradamente hacía un número cómico.
Si traigo aquí el famoso festival es porque tras tragarme todo el programa -en mi casa es una tradición desde hace décadas- vino el consabido debate post-votationem. En él, sesudos intelectuales discutieron, moderados por Raffaella Carrà, asuntos de interés nacional, chiki sí, chiki no, festival tal, festival cual.
Entre los tertulianos del debate patriotero, hallábanse algunos personajes muy conocidos por su telegenia: Juan Adriansens, Boris Izaguirre, Jose María Íñigo... Íñigo y Boris fueron mis preferidos. Íñigo, porque decía cosas normales, y Boris porque cortaba a Adriansens cuando se empezaba a calentar él solo.
Hace años que Adriansens tuvo su momento cumbre en los teledebates. Lo veíamos hasta en la sopa, discutiendo con otras estrellas televisivas como Ramoncín o el Padre Apeles... ¡Ay, qué tiempos aquellos!
En el programa, Adriansens cubría el puesto de culto oficial. Ni que decir tiene que su cultura es para mí algo más que dudosa. Parece más una cultura de Monopoly, o de Trivial Pursuit, hecha de trocitos, de datos deslavazados que le resulta difícil unir.
Por supuesto, Adriansens mostraba su elitismo a cada paso. "Un horror", decía del chiki-chiki. Yo, podría estar de acuerdo con él en eso, si no fuera porque al poco rato dijo que el resto de canciones eran "de gran nivel". Los que hemos sufrido tantos festivales como yo, por cumplir la tradición o quizá por puro masoquismo, sabemos que si algo tiene Eurovisión son horteradas a cascoporro. La canción rusa, la ganadora, para mí era la más insufrible. Cursi, ñoña, pretenciosa, previsible, ridícula. Mucho más ridícula que
el famoso chiki-chiki, porque al menos en ese caso se partía de que
todo era un número burlesco. Pero es que los tres exagerados
contorsionistas (cantante stripper, violinista nervioso y patinador
frenético) ¡se lo tomaban en serio!.
Ya digo, cuando Adriansens nos ilustró sobre sus gustos musicales en todo su alcance, me di cuenta de que no podía tomármelo en serio.
Pero lo que me llamó más la atención fue lo siguiente: un presentador/guapo profesional le espetó a Adriansens que la elección del chiki-chiki había sido popular. Y Adriansens, muy lleno de sí mismo, le contestó ¡pues qué sería del cubismo si hubieran dejado elegir al público!
El presentador/guapo profesional cambió de tema, por temor a que a Adriansens le explotara la cabeza -ya estaba rojo y con la vena hinchada- y nadie contestó.
A mí me hizo reír.
Todos aquí sabéis que soy picassófilo (perdonad el neologismo) pero yo le diría a Adriansens
-"Pues si el pueblo eligiera, en vez de los ricos americanos, el cubismo se hubiera ido a hacer gárgaras. ¡Y hubiera sido mejor!"
No digo que los cubistas no hayan hecho algún que otro cuadro bonito. Pero en general prefiero a los post-cubistas que los cubistas puros. Si hay un estilo feo de pintura es el cubismo. Y lo cierto es que, para los padres que ha tenido, el cubismo ha tenido una carrera muy corta. Hoy en día no hay influencias palpables del cubismo, pero sí del surrealismo o del expresionismo. ¿Qué ha aportado el cubismo a la pintura? Pues bien poco. Hasta Picasso lo abandonó, lo moderó, lo mestizó.
Lo peor de todo es la puñetera manía de querer siempre poner todos los juicios en manos de los "expertos".
Recuerdo cuando Rosa (de España) fue a Eurovisión. Yo estaba realmente emocionado, tengo que confesarlo, en la medida que OT o Eurovisión pueden emocionarme. Pero si algo me jodió fue precisamente el famoso criterio de los "expertos". Cuando la chica que cantaba con aquel vozarrón ganó, pensé que el buen gusto acabaría imponiéndose, pero al poco vino una gala de elección de canciones. Cada una era más hortera, más horrible y penosa que las anteriores. Los "expertos" defendían su elección basándose en criterios "festivaleros" y comerciales. "Yurops livin a selebreixon" fue a Eurovisión, un engendro donde los haya, que sólo por el empeño de aquella chica rellenita del vozarrón llegó al puesto que llegó.
En los años siguientes, quedaron sólo los expertos. Poco a poco fue RTVE, gracias a ellos, acercándose a los primeros puestos del festival... contando por el final. Aún recuerdo la sosería inexplicable de las Ketchup, o el desafine inconmensurable de los D'Nash.
Por fin, este año caen de la burra, y se atreven a dejar la elección de candidato y canción fuera del alcance de los "expertos". Y ¡coño! llegamos al puesto 16, cosa que no ocurría al menos desde hace 6 años.
Puede que el pueblo se equivoque a veces, pero los "expertos" ¡lo hacen siempre!
No digo que yo mismo no sea elitista a veces. Sé por propia experiencia que la gente inculta a veces es desesperanzadoramente bestia. Gracias a las masas mal manejadas ha habido terribles linchamientos, quemas de bibliotecas, dictadores bendecidos...
Pero cuando para ser experto basta haber trabajado en un medio que maneja a las masas...
No es mi objeto tratar aquí la polémica de bar de si el Chikilicuatre era un representante "digno" o no de nuestra sacrosanta patria y olé. Creo que este festival de Eurovisión no es más que un programa de TV. Una gala más. Creo que el tejido cósmico del espacio-tiempo no se va a rasgar porque en lugar de unos niñatos triunferos profiriendo gorgoritos -casi siempre desafinados, por cierto- nuestro populacho se haya decantado por enviar a Belgrado un actor que descaradamente hacía un número cómico.
Si traigo aquí el famoso festival es porque tras tragarme todo el programa -en mi casa es una tradición desde hace décadas- vino el consabido debate post-votationem. En él, sesudos intelectuales discutieron, moderados por Raffaella Carrà, asuntos de interés nacional, chiki sí, chiki no, festival tal, festival cual.
Entre los tertulianos del debate patriotero, hallábanse algunos personajes muy conocidos por su telegenia: Juan Adriansens, Boris Izaguirre, Jose María Íñigo... Íñigo y Boris fueron mis preferidos. Íñigo, porque decía cosas normales, y Boris porque cortaba a Adriansens cuando se empezaba a calentar él solo.
Hace años que Adriansens tuvo su momento cumbre en los teledebates. Lo veíamos hasta en la sopa, discutiendo con otras estrellas televisivas como Ramoncín o el Padre Apeles... ¡Ay, qué tiempos aquellos!
En el programa, Adriansens cubría el puesto de culto oficial. Ni que decir tiene que su cultura es para mí algo más que dudosa. Parece más una cultura de Monopoly, o de Trivial Pursuit, hecha de trocitos, de datos deslavazados que le resulta difícil unir.
Por supuesto, Adriansens mostraba su elitismo a cada paso. "Un horror", decía del chiki-chiki. Yo, podría estar de acuerdo con él en eso, si no fuera porque al poco rato dijo que el resto de canciones eran "de gran nivel". Los que hemos sufrido tantos festivales como yo, por cumplir la tradición o quizá por puro masoquismo, sabemos que si algo tiene Eurovisión son horteradas a cascoporro. La canción rusa, la ganadora, para mí era la más insufrible. Cursi, ñoña, pretenciosa, previsible, ridícula. Mucho más ridícula que
el famoso chiki-chiki, porque al menos en ese caso se partía de que
todo era un número burlesco. Pero es que los tres exagerados
contorsionistas (cantante stripper, violinista nervioso y patinador
frenético) ¡se lo tomaban en serio!.
Ya digo, cuando Adriansens nos ilustró sobre sus gustos musicales en todo su alcance, me di cuenta de que no podía tomármelo en serio.
Pero lo que me llamó más la atención fue lo siguiente: un presentador/guapo profesional le espetó a Adriansens que la elección del chiki-chiki había sido popular. Y Adriansens, muy lleno de sí mismo, le contestó ¡pues qué sería del cubismo si hubieran dejado elegir al público!
El presentador/guapo profesional cambió de tema, por temor a que a Adriansens le explotara la cabeza -ya estaba rojo y con la vena hinchada- y nadie contestó.
A mí me hizo reír.
Todos aquí sabéis que soy picassófilo (perdonad el neologismo) pero yo le diría a Adriansens
-"Pues si el pueblo eligiera, en vez de los ricos americanos, el cubismo se hubiera ido a hacer gárgaras. ¡Y hubiera sido mejor!"
No digo que los cubistas no hayan hecho algún que otro cuadro bonito. Pero en general prefiero a los post-cubistas que los cubistas puros. Si hay un estilo feo de pintura es el cubismo. Y lo cierto es que, para los padres que ha tenido, el cubismo ha tenido una carrera muy corta. Hoy en día no hay influencias palpables del cubismo, pero sí del surrealismo o del expresionismo. ¿Qué ha aportado el cubismo a la pintura? Pues bien poco. Hasta Picasso lo abandonó, lo moderó, lo mestizó.
Lo peor de todo es la puñetera manía de querer siempre poner todos los juicios en manos de los "expertos".
Recuerdo cuando Rosa (de España) fue a Eurovisión. Yo estaba realmente emocionado, tengo que confesarlo, en la medida que OT o Eurovisión pueden emocionarme. Pero si algo me jodió fue precisamente el famoso criterio de los "expertos". Cuando la chica que cantaba con aquel vozarrón ganó, pensé que el buen gusto acabaría imponiéndose, pero al poco vino una gala de elección de canciones. Cada una era más hortera, más horrible y penosa que las anteriores. Los "expertos" defendían su elección basándose en criterios "festivaleros" y comerciales. "Yurops livin a selebreixon" fue a Eurovisión, un engendro donde los haya, que sólo por el empeño de aquella chica rellenita del vozarrón llegó al puesto que llegó.
En los años siguientes, quedaron sólo los expertos. Poco a poco fue RTVE, gracias a ellos, acercándose a los primeros puestos del festival... contando por el final. Aún recuerdo la sosería inexplicable de las Ketchup, o el desafine inconmensurable de los D'Nash.
Por fin, este año caen de la burra, y se atreven a dejar la elección de candidato y canción fuera del alcance de los "expertos". Y ¡coño! llegamos al puesto 16, cosa que no ocurría al menos desde hace 6 años.
Puede que el pueblo se equivoque a veces, pero los "expertos" ¡lo hacen siempre!
No digo que yo mismo no sea elitista a veces. Sé por propia experiencia que la gente inculta a veces es desesperanzadoramente bestia. Gracias a las masas mal manejadas ha habido terribles linchamientos, quemas de bibliotecas, dictadores bendecidos...
Pero cuando para ser experto basta haber trabajado en un medio que maneja a las masas...
3 comentarios:
Estoy de acuerdo en todo lo que dices...yo también alucino cuando le llaman friki a un tío que sólo es un actor...y se lo llaman engendros como el Uribarri, que sin embargo no ve frikismo en la canción rusa u otras muchas, lo cual lo dice todo sobre los "euroexpertos".
Yo tengo que decir que lo pasé en grande viendo al chikilicuatre, y que lo he visto cien veces más en youtube, y en cambio los dnash esos de los cojones (que dicen que el de este año no es un cantante de calidad -dando por entendido que ellos si lo eran-) dudo que alguien reparase en su existencia.
Yo lo ví en la TV alemana, por puro masoquismo, como dice Anxo.
La verdad que ningun@ de los cantantes se puede sacar el adjetivo de "Friki". Lo que pasa es que unos lo hacian con intención de serlo,actuando ese papel, y otros creyendose que lo hacian bien. Pero vamos, la mayoria respondía al modelo: chico/chica wapo/wapa haciendo coreografías y gorgoritos al estilo OT.
Creo que la actuación del Chikilicuatre viene a ser una evidenciación del descrédito y decadencia del festival. Es como si ahora los artistas fueran a las ferias de arte haciendo el papel de caricatura de la prepotencia del artista que no usa sus propias manos y va de divo e intelectual misterioso.
Me ha encantado este post, me lo guardo para una próxima entrega de recomendaciones.
Y por cierto, para una vez que vamos sabiendo de antemano que el festival es un cachondeo, es cuando mejor nos ha ido. A ver si no se queda ahí y aprendemos.
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