Las larguísimas discusiones que estamos teniendo, que se pueden leer en los comentarios de las últimas lérias o entradas de este blog, sacan a la luz aspectos bastante sutiles del debate sobre el arte contemporáneo, que constituían parte de las broncas con profesores y alumnos que teníamos en Bellas Artes en Pontevedra, donde lo ultramoderno era la norma, y sólo unos pocos nos rebelábamos, e intentábamos razonarles el porqué.
Tener que contestar periódicamente a mi anónimo me ha hecho rememorar muchos aspectos de ese debate. Sólo que ahora puedo afinar mis argumentos como no tenía sentido hacer en Pontevedra, donde el debate más se parecía a un diálogo de besugos.
Releyendo la polémica generada por nosotros dos en la última "léria", encuentro este fragmento de mi anónimo:
Un artista solo es una persona que tiene una forma personal de entender el mundo, y se lo comunica a los demas. No entiendo, ni comparto, a los que pintan para simplemente darse satistación (lo que se denomina vulgarmente "pajearse"). Tiene que haber un querer comunicar, y el público es tan importante como la misma intención de comunicar.
Aquí se expresa una concepción del artista y de la necesidad de comunicar muy extendida -sobre todo en los que han estudiado a Beuys- pero que yo no comparto.
En primer lugar, dice anónimo xx: Un artista solo es una persona que tiene una forma personal de entender el mundo, y se lo comunica a los demas.
Yo, en cambio, pienso que TODO EL MUNDO, y no sólo el artista, tiene una forma personal de entender el mundo, y se lo comunica a los demás. Rajoy, por ejemplo, constantemente deja clara su forma de ver el mundo y la comunica, incluso haciendo vídeos para Youtube. Lo mismo hace un aldeano que critica a los recién llegados, o una ama de casa cuando se queja del precio de la verdura. Cuando montas en un taxi y el conductor te cuenta su vida, ¿está haciendo arte?
No creo que la forma de entender el mundo de Picasso, por poner un ejemplo que cabree, sea mejor ni peor que la del vecino del 5º o de Bill Gates. Son diferentes, y merecen todas ellas ser o no comunicadas. La televisión nos demuestra cada día que la forma de entender la vida de la gente corriente interesa tanto o más que la de los famosos.
Si a lo que se refiere nuestro anónimo es a una forma global, coherente, totalizadora de entender el mundo, y que sea eso lo que se comunica, no está describiendo a un artista, sino a un filósofo. Porque es esa, justamente, la función de los filósofos.
Por supuesto, la obra de un artista deja ver qué filosofía está detrás, aunque del mismo modo que las cavilaciones del aldeano, del ama de casa o el taxista parlanchín: todos expresamos -comunicamos- de vez en cuando nuestra filosofía particular.
Para que podamos admirar una obra de arte no es necesario siquiera saber qué visión del mundo, qué filosofía está en la cabeza del que la hizo. En la Historia del Arte abundan -en una proporción apabullante- las obras de arte anónimas, es decir, en las que no podríamos ni imaginar cuál era la visión del mundo del artista, porque simplemente no tenemos ni idea de quién -o quiénes- ha sido ese artista.
Para mí, eso de la visión personal y tal, es pura literatura, misticismo, cuestiones borrosas y ambiguas, que a mi cerebro le repugnan hasta provocarme irritación.
No digo que no haya habido artistas más o menos místicos, o que tenían un ego tan subido que se creían el ombligo del mundo... pero para mí eso es algo accesorio, digamos "pintoresco", que da pinceladas curiosas sobre el carácter de un artista que admiro. Pero sin mucho más valor quesaber si tenían alguna manía como comerse las uñas, o si eran huraños, cojos, o si hablaban bajito. Sé -porque lo he leído- que Blake, Odilon Redon, Van Gogh, Dalí... eran bastante místicos o al menos "raritos". Pero para mí, el gusto o disgusto por sus cuadros se ve muy poco afectado por ese dato.
En una palabra: la personalidad de un artista no hace que me interese su obra. Es al revés: la obra hace que me interese por el artista si tengo tiempo de investigar esa cuestión más tarde.
Si quiero recibir una visión del mundo interesante, que me haga pensar y esas cosas, no lo buscaré nunca en un museo, ni bajo la boina del aldeano, el comedor del ama de casa o el taxi -con todo el respeto- sino en donde ese material se recoge: los libros de filosofía. Buscar elementos filosóficos en un cuadro o una serie de latas de caca puestas en fila es un simple pasatiempo que puede resultar hasta frustrante. Como lo sería buscar filosofía en lo que produce el aldeano (por ejemplo, lechugas), el ama de casa (una rica tortilla de patatas) o el taxista (un viajecito de una parte a otra de la ciudad). Si queremos pajearnos pensando que la filosofía está ahí y no en nuestra cabeza, pues allá cada uno, pero NO está ahí. Incluso aunque el artista, el campesino, el ama de casa o el taxista sean auténticos filósofos naturales. Porque su filosofía la podremos encontrar hablando con ellos, leyendo entrevistas que les hagan en ese sentido, o si acaso -y de modo más eficiente- si conseguimos un tratado filosófico escrito por ellos. Como decía Matisse, cuando un artista mira una manzana para comérsela la mira como cualquier otra persona. El artista mira como artista cuando mira la manzana para pintarla.
En mi caso, tengo la experiencia no sólo de ser artista yo mismo, de ser hijo de artistas y marido de una artista. Es que además doy clases a algunos futuros artistas y conozco artistas activos que son mis amigos. Por poner un ejemplo:
Cualquier entendidillo que vea las películas de mi amigo Juan Pablo Etcheverry -excepto la última- podrá pensar que Juan Pablo es una persona cruel y con una visión del mundo caótica y descarnada. En sus películas aparecen serpientes que habitan cuerpos de drogadictos-robots, conejos y pollos de plastilina... que son sacrificados brutalmente cuando buscan trabajo, personajes cuyo autor decapita por un quítame allá esas pajas...
Pero resulta que Juan Pablo es amigo desde hace años, y he pasado muchas horas, altas y bajas, con él. Pues bien, para todos los que lo conocemos, Juan Pablo es una de las personas más tranquilas y afables que existen. Con la cabeza bien amueblada y que no suele levantar la voz. Una paciencia proverbial, aunque otra cosa es trabajar con él, claro. Pero en fin, nada que ver con la "filosofía" (perdón, forma personal de entender el mundo) que destilan sus películas.
Creo que independientemente de las teorías que uno pueda tener hay una serie de categorías que organizan nuestra mente, y la mixtificación de ellas, inevitablemente sólo lleva a la confusión mental y el caos. Si queremos arte busquémoslo en las obras de arte, y si queremos filosofía consultemos la obra de los filósofos.
Me parece estupendo que marchantes y comisarios consigan vender latas de caca o tiburones en formol semi-podridos a ricos tejanos, y que les cuenten el oro y el moro, y que les presenten catálogos, currículos, certificados de autenticidad o actas de nacimiento. Como si les quieren vender La Luna o los milagros del Agua Magnética. Es su negocio y son sus clientes.
Pero que todos los demás tengamos que cambiar la forma de entender lo que es arte y lo que es filosofía, y un montón más de categorías, llegando a una zozobra lógica y de confusión de conceptos total, sólo porque el razonamiento lógico no se adapta a la realidad de ese negociete... pues como que no.
9 comentarios:
Vaya, vaya!!
Me está usted recordando al malo de la peli de Los Increibles (increible película, por cierto). Ústed, al igual que la máquina de hacer el mal que fabricaba, veía los movimientos del adversario y los utilizaba en su ataque.
Lo mismito hace usted cuando coge mis argumentos (me posiciono en el rol del adversario por hacer la analogía), los descontextualiza y les da el sentido que les quiere usted dar (va a ser que usted es CASI más capullo que un servidor).
Evidentemente un artista no es solo es una persona que tiene una forma personal de entender el mundo, y se lo comunica a los demas. Ese es un aspecto que destaqué en nuestras conversaciones por el simple hecho de que usted recalcaba DEMASIADO (nunca es demasiado, lo se) las tintas en eso del oficio y del buen hacer.
"Lo cortés no quita lo valiente". Son dos aspectos que no se repelen, sino que tienen, deben, ir de la mano.
En cuanto a su amigo (que parece ser que tambien es amigo de amigos mios)puede ser todo lo tranquilo que le plazca. La obra siempre es la extensión de una personalidad determinada. Lo que pasa es que la personalidad de cada cual tiene millones y millones de aristas. La obra de su amigo amigo de un amigo mio (obra que no hace falta ver toda la animación para darse cuenta de la gran calidad que desprende)responde a su propia experiencia (Modigliani, que yo sepa, no le quitaba los ojos a sus amantes, aunque menuda vidita que tuvo... el pobre!!).
El mismo Peter Bagge (http://www.peterbagge.com/) coincidió con un conocido mio en Gijón, y según mi conocido parecía el Peter casi un "niñodemamá", con sus pantalones de pinzas y todo. Y resulta que en su obra rescata lo peor de toda una generación americana, con una visión muy concreta de las cosas.
"Para mí, eso de la visión personal y tal, es pura literatura, misticismo, cuestiones borrosas y ambiguas, que a mi cerebro le repugnan hasta provocarme irritación".
Aun a riesgo de descontextualizar sus palabras y darles el sentido que yo quiera darles, creo que este comentario es más que clarificador. Usted pinta porque le apetece, le gusta, lo necesita. Se ha convertido en su forma de vida, viene incluso de tradición familiar. Pero le repugna sobremanera preguntarse que quiere conseguir con todo eso.
A usted lo que le interesa es pintar y pintar lo mejor posible, que ya la propia obra, si es buena (pero buena de verdad) el tiempo la pondrá en sus sitio.
Y como sabe que el día que el tiempo la ponga en su sitio usted (ni yo) estará entre los vivos, se conforma con cubrir esa necesidad.
Y el público? El público no tiene nada que entender!!. Solo con que sepa usted que le hace la vida más agradable si cuelga ese lienzo en su(s) casa(s) ya le vale. Con saber que cada día ese público se levanta y, de paso que va a mear (como TODAS las mañanas) ve de reojo su cuadrito, y le entra una satisfación al saberse dueño de semejante belleza...!!. Satisfación que se remata justo justo cuando sale su pis directo a la taza...
A usted eso ya le vale...
Vaya... lo mismito que Matisse (el sofá de Matisse, se acuerda?).Y esa no deja de ser una visión personal de la vida (Lo siento, usted también la tiene).
Saludos cordiales
xx
(y le presentaré a mis amigos alemanes, que le partirán la cara por lo que dijo de la cerveza).
Me apunto a la fiesta de carnaval en la que se ha convertido el blog y también me pongo mi máscara.
El otro día leía en un libro de Uberto Eco un párrafo en el que comentaba que es habitual escuchar en exposiciones y museos de los últimos tiempos expresiones del tipo "qué representa?" o "esto es arte?" y comentaba que las nuevas propuestas iban en contra de la sensibilidad común, en contra de la idea que el hombre corriente tiene de la belleza.
La verdad es que yo, que me considero un hombre coriente, me sentí totalmente identificado con ese visitante que describía el autor. Pero me asaltó a la cabeza la idea (llamemosle concepto si quieren) de sensibilidad común.
Todos sabemos o tenemos idea de lo que es el sentido común y descartamos cualquier acto cotidiano que vaya en su contra (nadie compra un tlfno para sordos o apaga un fuego con gasolina). Entonces, si existiera esa sensibilidad común (al margen de gustos)? cómo es posible que no se halla descartado un bote de mierda como objeto artístico? cómo se pudo llegar hasta ahí? puede un charlatan con un discurso bien formulado hacernos comprar cerillas ignífugas venciendo así el sentido común?
Muy interesante, Don Pimpón (anda que no me estáis dando trabajo con esto de tener que adivinar identidades), tienes toda la razón. No conocía ese concepto del gusto común, yo hablaba de sentido común en cuestiones de gusto, pero es lo mismo, sólo que mejor definido. A mí se me ocurría el símil de un restaurante de prestigio cuya comida fuese simplemente mortalmente venenosa.
Creo que en nuestra sociedad capitalista avanzada, la impostura ha llegado a unos grados de refinamiento a los que quizá sólo llegó la Roma decadente o la Francia de la corte real de María Antonieta. Es curioso, porque en ambos casos la mierda llegó a ser un artículo de lujo. Hasta ni en eso estamos siendo originales. Estamos viviendo artísticamente una etapa plenamente manierista. De Picasso -al que se trata de esconder o tapar por todos los medios- se intenta copiar la manera, pero sin trabajar, sin hacer el recorrido previo que le llevó al collage de un manillar y un sillín de bicicleta. Tal ha sido la influencia de Picasso que el arte ha entrado en un estado de Shock, y los norteamericanos, muy ricos pero sin poso de la tradición o de la historia, no han sabido asimilar los aportes a esa tradición o a la historia del arte de Picasso. En su lugar han creído que el arte era algo diferente de lo que en Europa conocemos, y luego su poderosa maquinaria propagandística y económica se ha encargado de convencer al planeta de que ellos tienen razón.
Los norteamericanos, en este sentido han sido los snobs que Woody Allen presentó con tanto humor en "Granujas de medio pelo". Gente multimillonaria de la noche a la mañana, pero tan ignorante y con tan poco sentido del gusto que compran lo que sea con tal de parecer cultos. Su casa se convierte en una galería kitsch llena de objetos de todo tipo y como no, del arte moderno que algún espabilado consigue endosarles por una millonada.
Creo que el rey va desnudo y si no lo aceptamos -como hacía Woody Allen en la película- seremos tachados de incultos e insensibles. Pero creo que es justo lo que dices, Don Pimpón, se va en contra del gusto común. Tanto es así, que es una de mis experiencias más curiosas el año pasado durante el curso Saber Ver el Arte: fuimos a ver una exposición de artistas contemporáneos españoles en Coruña, y nos paramos delante de un cuadro con un chorro de pintura y nada más. Los alumnos se quedaron expectantes, sin saber qué decir, esperando a ver qué les decía yo. Una alumna preguntó entonces: "¿Y qué nos puedes decir de esta obra?¿Qué opinas?¿Qué significa?". Yo, miré para todos, miré a la obra -de un autor semifamoso- y miré de nuevo a mis alumnos. Y dije: "É unha merda".
Curiosamente, todos ellos empezaron entonces a decir qué opinaban del cuadro, y eran cosas del estilo. "A mí no me gusta, la verdad", "Creo que es una trapallada..."
Pero el miedo a que los viera como incultos hacía que no se atreviesen a opinar. En este sentido recomiendo el blog de Mariano, que tiene una entrada sobre esto.
Creo que como en todas las guerras que los yanquis han ganado, ha sido esta del arte una victoria pírrica. No por la superioridad cualitativa, sino por su enorme poderío económico y disposición de medios.
No obstante la reacción a todo esto está siendo furibunda. En EEUU se ha creado un grupo radical, y muy numeroso, que vuelve al academicismo decimonónico, el movimiento Art Renewal, y en Gran Bretaña el movimiento Stuckist. Aquí vamos con algo de retraso, pero ya en los 90 apareció la revista que editábamos Mariano y yo junto con otros alumnos de la Facultad de Pontevedra, y que era clandestina por necesidad, y que ya entonces denunciaba el engaño del que estamos siendo víctimas.
Sí existe el gusto común -o sentido común en cuestiones de gusto- sólo que el miedo a parecer incultos sigue manteniendo las bocas cerradas... en público. En privado ya nadie acepta caca como obra de arte. Ya poca gente se cree los argumentos que defienden ese mundo de refinamiento ostentoso y escatológico que sustentan los críticos de arte de los suplementos dominicales y las revistas de arte como "Lápiz".
Yo creo que el problema es que no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo. Cuando se ha pretendido extender al gran público lo que funcionaba entre la élite (Beuys es un gran genio, Warhol es la repera, la caca es buena, el rey tiene un traje maravilloso...); cuando Taschen, por ejemplo, empezó a publicar libros baratos de divulgación del arte oficial contemporáneo desde los 60; cuando se montan museos de arte contemporáneo en cada ciudad... todo se viene abajo. En realidad todo el edificio teórico que sustenta este tipo de "arte" es muy sutil, muy etéreo. No se basa en razones simples y rotundas, como la belleza o el oficio que tanto trabajo dan a nuestro anónimo. Sino en auténticos sofismas, muy ingeniosos y cuyo razonamiento es complicado y da muchas vueltas. Muy parecido a los razonamientos de la homeopatía o el agua magnética. Por supuesto hay profesionales del ramo que han interiorizado eso y lo asumen como lógico y natural. Pero la gente corriente no puede seguirlos -ni yo- por la simple razón que llevó a Ockam a utilizar su navaja. Las explicaciones sencillas suelen llevar a la verdad, y no las retorcidas.
Aunque anónimo xx escribe muy bien, y hasta tiene humor -yo no me meto con la cerveza, que prefiero al vino, simplemente digo que no es vino, no está hecha de zumo de uvas- no es cierto que yo piense como él dice. No renuncio a la fama en vida, por supuesto, ni al éxito en vida. Pero es todavía peor: yo no creo que el público no tenga por qué entender lo que hago. Todo lo contrario. Mejor entienden lo que yo pinto -cosas reconocibles- que lo que hacen los artistas que suele él mencionar, y que acompañan sus obras con un manual de instrucciones.
Esa es la cuestión crucial: la gente tiene suficiente criterio incluso en nuestro siglo para opinar de arte. Yo les animo -y con este blog es lo que hago- a que se atrevan de una vez por todas a opinar. Y mi experiencia es que lo que yo pinto, o lo que pinta mi mujer, o Mariano, o Mario, o lo que hace Juan Pablo... son cosas que gustan, y que la gente entiende sin necesidad de un manual de instrucciones. Por eso abogo por la simplicidad, por aplicar a estas cuestiones sobre arte la eficaz y nunca bien ponderada Navaja de Ockham.
Gracias por vuestras aportaciones, siempre interesantes, simpre estimulantes.
Señor Anxova y señor Anónimo xx, pecan ustedes dos del mismo vicio. Tras tanto razonamiento aparentemente coherente de uno y otro lado, en realidad lo que hay son puros afectos y desafectos. A mí también hay pintores que me apasionan pero ya he renunciado a razonar su calidad artística, y desde luego tan descabellado veo intentar defender a Ubeda o a Picasso como a Boltanski.
Digan que les gustan o que les tienen cariño, pero no pretendan razonar objetivamente su genialidad. Por encima de todo, Picasso y Boltanski -por nombrar a dos entre otros muchos- son SUERTUDOS cuyo mayor mérito ha sido estar en el lugar preciso en el momento adecuado y haciendo el macramé oportuno.
Por momentos me recuerdan ustedes a ese tipo de gente crédula que admira a Barceló o a Botero como si la dimensión de su triunfo mundial fuese proporcional a algún tipo de "soltura" o "talento" o "virtuosismo" descollante que este par de petardos poseyésen objetivamente. ¡¡Que la cosa no va así, señores!!
Espero que no se ofendan, pero mi punto de vista es éste:
--El que quiera pintar que pinte, y que no se preocupe tanto porque otros pinten de foto, lean a Parramón o metan mierda en latas de conserva. -(¿O será que en el fondo se lo pasa uno mejor hablando de la mierda en lata que pintando?)- Don pimpon y usted parece que se bloquean por el hecho de que el arte actualmente subvencionado e institucionalizado sea claramente una bazofia comparado con el de otras épocas. ¡¡Asúmanlo de una vez, hombre!! Es algo que se ve enseguida, no hace falta quedar traumatizado ni darle tantas vueltas!
Además, mucha culpa de ello la tiene su querido Picasso: Por haber admitido como Arte muchas mierdas y chapuzas suyas, ahora tenemos que seguir aceptando como Arte infinitas mierdas más, desde Schnabel a Lolita, García Sevilla o Stallone : A lo largo del siglo XX los artistas profesionales han ido bajándose el listón a sí mismos vergonzantemente, y ahora cualquier aficionado chapucero puede considerar -con relativa razón- que su cuadro del domingo da el nivel para ser también respetado como "Arte").
Bien; pues si la cosa es así, es así. Ahora no vale llorar.
--Y el que quiera acudir presto en ayuda de niños de papá triunfadores de alto standing como Boltanski, pues enhorabuena por su estómago y que Dios le conserve el espíritu crítico. Pero por favor, que no nos venga con catequesis como que "el artista comunica una forma personal de entender el mundo"... ó "¿Y usted qué aporta al arte con sus dibujos?"... -(Es un poco injusto y cutre salir con eso)-. Casi ningún artista plástico actual de éxito se caracteriza por saber entender ni comunicar nada particularmente bien; esto enseguida queda patente en las entrevistas, que suelen discurrir entre la pedantería, la empanada mental y los tópicos más manidos. A diferencia de lo que ocurre con el Cine o la Literatura, o la Música, en el mundo del Arte el público ni pincha ni corta, no hay boca a boca ni bestsellers ni taquillazos con los que la gente pueda expresar su juicio o su gusto. Para decir que Kosuth, Kapoor, Oteiza, Nauman, Serra o Richter han triunfado por lo que COMUNICAN al público habría que estar de broma. Su "propuesta artística" no va dirigida a la gente sino a los cuatro empollones arribistas que hacen de comisarios en cada bienal, fundación o museo, y a los cuatro fashion victim dispuestos de antemano a abrazar cualquier pedantería moderna para distinguirse de la plebe. Hasta el Sr. xx reconocerá que algo hay de cierto en lo que digo.
Atentamente,
Brasas
Viva Parramón!!
Viva Barcón!!
Viva Picasso!! (Sigue vivo, que yo lo vi de copas con Elvis por el Pinsapo!!).
Viva el Sentido Común!!
Abajo la mierda y arriba la lata (lo enlatado mola mucho más!!).
Y viva Botero y el gran pensador y pintor Quintana Martelo!!
Y que se muera Richard Serra (y que le ponga minio a sus esculturas, que se oxidan todas, las cutres!!).
Y que se muera Boltanski y todos los que usen bombillitas en sus piezas que no superen los 250 watios (otro cutre!!).
Y con ellos los niños de papá (menos Entique Iglesias, que se lo ha currao).
Besos a todos.
Ciao!!
xx
Este juego del escondite está empezando a agobiarme un poco, pero agradezco enormemente vuestros comentarios. Con anónimo Brasas, después de leerlo tengo que decir que comulgo con todo prácticamente. Certero análisis. Incluso tendría que darle la razón -y si es quien creo sabe que en realidad ya hemos tenido esta conversación en los tiempos de la Facultad- en que hablar de estos temas es un poco una pérdida de tiempo, mejor haría dedicando estas horas a pintar y dibujar, que me sería más provechoso. Pero cada uno es como es y por alguna razón necesito hacer estas reflexiones a altas horas de la madrugada, y las intervenciones de todos me estimulan a hacerlas. Creo que de algún modo a mí me resultan útiles, incluso necesarias.
Pero que sepas, anónimo Brasas, que mi mujer me dice exactamente lo mismo que tú, cada vez que lee lo del blog, aunque a veces le pica el gusanillo y a punto está de escribir, pero siempre encuentra otra cosa que hacer. Se rió con tu intervención. Exactamente, se rió de mí, diciéndome: "lo que yo te digo, este Brasas tiene más razón que un santo".
Lo que pasa es que yo no me resigno a que la cosa es así y punto (aunque lo sé), escribir aquí quizá me sirve para aclararme yo, aunque realmente lo único que puedo hacer para que cambie la situación es pintar y pintar, como hace Carmen. Pero yo, ya digo, necesito poner mis ideas por escrito, y lo cierto es que desde que escribo aquí me estoy animando más y ya he empezado a dibujar y pintar de nuevo, que lo tenía un poco abandonado.
Saludos a todos, y a ver si nos vemos fuera del Ciberespacio.
¡Señor Anxova, no se nos agobie! Yo ya he dicho todo lo que quería decir, y el Sr. Anónimo XX parece haber sufrido una avería en sus circuitos. Siga usted escribiendo si le gusta, eso no es peor que pintar, ni tampoco incompatible, y está claro que sus artículos -como las acciones de Carmen- APORTAN cierta agitación a Ferrol, (lo cual nunca puede ser malo). Abrazos y hasta la vista!
Brasas
¡Pero qué es esto!
Son las 11 y media de la noche, me vengo aquí a tomar mi colacao leyendo a Anxova, Anonimo xx, Don Pimpón y Brasas y ¿no han escrito nada?
¡Pero qué vagos! No me trabajan nada.
Un saludo a todos, vuestros comentarios me han encantado y animado a exponer mi opinion sobre que es el arte y el artista.
-El arte es el sentimiento percibido por una obra expuesta deliberadamente y el artista un ser que conoce que su obra al ser expuesta provoca un sentimiento.
Si el artista es bueno, lo que muestra es representativo de lo que pensaba exponer. Algo asi como cantar una jugada en el billar americano.
Publicar un comentario