jueves, 22 de octubre de 2009

"Todo el mundo es crítico de arte"

http://becksearlescott.files.wordpress.com/2009/01/hausmann_artcritic2.jpgUna pequeñísima reflexión:

¿Por qué será que los críticos de arte que han hecho bandera del famoso "todo el mundo es artista" y justifican esa boutade del "cantante" Beuys se ponen entre rabiosos y furibundos cuando alguien desde fuera de su reducido círculo de "críticos homologados" osa opinar de arte?

Se ve que para nuestros críticos de arte del siglo XXI (homologados) "todo el mundo es artista" pero no "todo el mundo es crítico de arte".

Yo, como siempre, tengo mis dudas. Puestos a elegir, me parece más seria -e importante- la profesión de artista que la de crítico. De hecho, sin artistas no existiría el arte, ni por supuesto crítica de arte. Pocas personas tienen las habilidades para hacer algo mínimamente decente en arte; pero todo el mundo, sea más o menos leído, más o menos culto, más o menos inteligente, tiene su juicio crítico y opiniones más que respetables (aunque no las compartamos) sobre cualquier asunto, incluido el arte. Yo siempre he pensado que el más cualificado para opinar de arte es un artista y no el que no sabe ni cómo se coge un pincel. Grandes artistas de todas las épocas coinciden en esta apreciación.

La imagen que preside esta entrada expresa bastante bien lo mucho que los dadaístas apreciaban a los críticos de arte (oh sorpresa...). Aprecio que, salvo honrosas excepciones, comparto totalmente. El collage se titula "El Crítico de Arte" y fue compuesto por Raoul Hausmann entre 1919 y 1920.

8 comentarios:

dijo...

Realmente no sé si los críticos de la oficialidad artística podrían definirse como vendedores de tapetes o si más bien son una especie de testigos religiosos que golpean a la puerta del internet.

Para el primer caso, si cumplen el papel de vendedores de alfombras, estas casi siempre son voladoras e inexistentes, vienen con nota de seguridad efímera.

Para el segundo caso, como testigos religiosos aun no logran congregar suficientes conversos.

De todas formas, el arte no oficial debe rechazar estas manifestaciones sean o no patrocinadas por las academias o los estados.

Avelina Lésper dijo...

Para que este arte exista debemos sepultar nuestra capacidad crítica, que es la elemental función cerebral para saber elegir, yo los invito a sacar su capacidad crítica del armario, y decir en voz alta lo que piensan, todos tenemos capacidad crítica.

Anxo Varela dijo...

Dimo, como siempre incisivo.

Avelina, dignificas tu profesión.

mariano dijo...

Gran parte de la crítica contemporánea no es en realidad crítica, por el hecho de que no es libre, está sujeta a dogmas más férreos que la más fundamentalistas de las fes.
Sí que es curioso que la fe contemporánea insista en que todo el mundo puede ser artista, pero en lo que respecta a público, no todo el mundo puede ser espectador válido.
Y no hablemos de la crítica. Opinar es algo restringido, poner la más mínima objección o pero a "algo" que haya colado como contemporáneo es, directamente, motivo de insulto...si eres un artista y criticas algo que se supone a sí mismo contemporáneo, es que eres un artista mediocre y frustrado. Si eres un simple espectado, es que eres un ignorante.
Los defensores del arte "contemporáneo" como compartimento estanco e intocable dentro del arte tienen sus propios profetas, Danto es el último de sus ejemplos, que por lo visto son los únicos que piensan o tienen derecho a hacerlo en el mundo.
Si Danto dice que la mierda es comstible, los "contemporáneos" quizá no la comiesen, pero sin duda obligarían a comerla a todos los demás si en sus manos estuviera.
Los contemporáneos dicen tener como "armas" artísticas la ironía...pero AY de quien use la ironía para desmontar la propia naturaleza inconsistente de ese pesebre que es el "arte contemporáneo". Entonces el sentido del humor y de la supuesta acidez critica que se autoatribuyen desaparece a golpe de corneta.
Tambien dicen amar la transgresión (la de hace un siglo), pero a alguien que transgeda contra el arte oficial de ahora (el suyo), le arruinan la vida si pueden.
La facultad de Bellas Artes donde estuvimos, Anxo, tiene ya una lista nada despreciable de alumnos expulsados e incluso perseguidos judicialmente por ser transgresores...pero ¿no es lo que les gustaba?..no entiendo nada..
En fín, todo este tema se cae por su propio peso. Pronto se cará del todo, y recordaremos las últimas décadas como un periodo desgraciado en el que todo el mundo podía ser artista subvencionado...excepto los artistas.

Daniel Pérez dijo...

De acuerdo, Anxo; todos artistas pero mucho cuidado con invadir la huerta de los críticos, que es muy exclusiva.
Una salvedad: creo que la verdadera crítica, racional, argumentada y comparativa, sólo tiene plena vigencia en el campo de la pintura figurativa.
Al admitir el mingitorio como obra de arte, el arte conceptual eliminó totalmente la posibilidad de una crítica semejante. Lo que les quedó es la fe basada en sí misma, pura tautología, y manifestada como divagación libre y elogio sistemático.

Anónimo dijo...

perseguidos judicialmente? mas info, please

mariano dijo...

Pidele "info" a la facultad de la que te hablo

anarkasis dijo...

ummmh
Algo no está correcto,
al parecer el ejercicio de crítica, es algo honrado.
A mi no me lo parece.
Para ser honrado en la crítica en el arte actual, al menos tienes que poder comprar las obras. Porque solo cuando las compras ejercitas una crítica veraz.
Cuando el estado se inmiscuye y otorga la compra a este o ese, sin ningún criterio objetivo que no sea el de "críticos teóricos a sueldo", además de introducir, entropía, rompen el mercado.
El efecto final es terrible, yo no puedo decir: no compro un Beuys, simplemente no puedo comprar un Beuys. Más certeramente nunca hubiera podido comprar un Beuys, cuando se decide que un jili entre a formar parte del "petite comité", su obra no pasa de 100€ a 1.000 € sino a 100.000 €y esto no sucede por un juicio popular ni siquiera mixto "teórico"-popular sino porque x personas deciden yo voy a decir que ese tuyo es bueno si tu dices que este mio es bueno.
Así de claro.
La crítica más feroz que se puede otorgar hoy en día a un Beuys es: Yo pagaría 100 euros, no más.
Esa es la expresión que más le jode oír a alguien que ha comprado un Beuys, no que sea bueno ni malo, no que va, (ni que hostias), lo que le jode oír es que lo han timado.