lunes, 18 de febrero de 2013

Capitalismo ¿natural?

Frase anónima en un blog. Coincido palabra por palabra:

"El capitalismo es el estadio de evolución social más anti-natural que el hombre haya conocido;desde el punto de vista de una lógica humana,yo creo que no tiene ni pies,ni cabeza.LLegará el día que estudien esta forma de organización social y les costará creer que esto haya pasado.No debe ser reformado,debe ser destruido hasta el último sótano. "
Pero ¿es el capitalismo algo antinatural? El capitalismo surge espontáneamente en cuanto un homínido cualquiera tiene una cosa en la mano. Es al menos "espontáneo".

Yo creo que el que algo sea espontáneo no significa que sea bueno. Ya en las sociedades animales (por ejemplo las de los chimpancés) tiene lugar el asesinato y se rigen por la codicia, la extorsión y muchas otras formas de barbarie que como humanos rechazamos. Los autodenominados liberales dicen que hay que acabar con el estado, que los estados son antinaturales. Pues sí, son antinaturales. Los chimpancés no tienen Estados, por ejemplo. Pero precisamente esa es su bondad: son magníficas herramientas para neutralizar la barbarie propia de nuestra parte animal o "natural". ¿Cuántos de nosotros sobreviviríamos abandonados a nuestra suerte en una sociedad primitiva o en plena naturaleza? Lo natural está bien para algunas cosas, como la fruta cogida en el árbol, o para disfrutar de la playa. Pero el tifus y la gonorrea también son naturales, natural no significa necesariamente "bueno".

Por el contrario, la tendencia liberal supone consagrar para la sociedad, porque son "naturales", "inevitables" y hasta "científicamente convenientes" las normas bárbaras que rigen a las sociedades primitivas y que en el espejo de la conducta de nuestros parientes homínidos provocan nuestro frontal rechazo.

Una de las primeras conquistas de la civlización ha sido la justicia, por ejemplo. Sustituir la vendetta personal por códigos conocidos por los ciudadanos ha supuesto un enorme avance. Y durante siglos hemos mejorado el derecho. Un estado inexistente o muy mermado supone eliminar el derecho y volver a tiempos salvajes. Y lo mismo con cada una de las desquiciadas aspiraciones neoliberales, que suponen dar rienda suelta a los más perniciosos instintos que todavía habitan en nuestro interior, sin ninguna cortapisa racional.

El capitalismo es antinatural. Pues sí. Lo es en el sentido de que va en contra de lo que nos caracteriza como seres humanos de forma natural, y que ha caracterizado nuestro avance siempre, que es haber superado la animalidad gracias al objetivo del bien común y la búsqueda de la felicidad. ¿Hay algo más específicamente humano? Pues el capitalismo no necesita -ni quiere- eso.

Si hacemos caso al credo capitalista, dinamitamos el estado. Vale. Nos consideramos por naturaleza meros simios violentos. Pues volvamos a la selva. Vale. Pero entonces, abrámosle alegremente la cabeza a quien nos ofende. ¿No es lo más natural? Muchos matarían a los banqueros, o a sus empresarios, precisamente. Adiós capitalismo, también.

En el fondo es una gran hipocresía eso de que el estado limita al capitalismo. Si se siguieran los principios del neoliberalismo y se acabara con los estados, nadie tendría legitimidad política, y menos aún los explotadores. Sus cabezas acabarían siendo rebanadas por la misma guarda pretoriana que hubieran contratado al menor precio posible. En realidad el capitalismo necesita un estado fuerte al menos en su parte ejecutiva y en cuanto a la policía y el ejército para poder mantener a raya a la plebe. Es decir: necesita un estado pero no un estado democrático.

Pues eso,
"No debe ser reformado,debe ser destruido hasta el último sótano."

miércoles, 13 de febrero de 2013

Restart

En los últimos tiempos este blog y otros que tengo abiertos apenas han tenido actividad. En realidad, muchos blogs en el mundo están siendo desatendidos. Del mismo modo que las listas de correo sufrieron la emigración hacia los foros, los foros hacia los blogs, etc, ahora son los blogs los que pierden lectores para reencontrarse en las redes sociales. Quizá, con el tiempo, acabemos volviendo a vernos en persona y charlar...

El caso es que me he replanteado la orientación del blog. Desde el principio este ha sido un blog de arte, pero últimamente los que estamos hartos lo estamos no sólo en arte, sino que el "harte" encuentra en las noticias diarias razones para crecer en todos los ámbitos.

Así que me he propuesto volver a este blog, pero tratando no sólo "lérias" de arte, sino "lérias várias", como dice su título. Reflexiones que muchas veces nacen en Facebook o en conversaciones con mis alumnos o mi mujer, amigos... Ahora las traspasaré aquí. Y también retrataré parte de la vida cotidiana mía y de mi entorno cercano, sobre todo referente a lo que cocemos en la "Casa del Arte".

Intentaré no ser muy machacón en cuestiones políticas, pero las habrá. Un artista, por muy artista que sea, y por muy "rara" que sea su vida cotidiana (por ejemplo, yo estoy pintando ahora un cuadro al alimón con mi mujer, inspirado en una lata de mantecados) es también una persona más en todos los aspectos excepto en el propiamente artístico. Un artista come y caga, duerme, ama y odia como cualquier otra persona. Asimismo, el artista tiene una responsabilidad y una dimensión social como la de cualquier otro ciudadano, y quizá aumentada por una sensibilidad más acusada. Me parece que una de las mentiras que debemos sacudirnos los autonarcotizados artistas es eso del artista "apolítico" y "neutral", interesado sólo en su arte. Es tan estúpido eso como creer que el artista tiene obligatoriamente que hacer "arte social" o "de protesta".

El arte es muy poderoso, pero es tanto más poderoso cuanta más calidad tenga.

Sólo un gran artista llega a la gente e influye en ella, iniciando una revolución. El tema es lo de menos: un artista grande de verdad puede pintar flores y que esas flores sean un grito de rabia.