miércoles, 13 de febrero de 2013

Restart

En los últimos tiempos este blog y otros que tengo abiertos apenas han tenido actividad. En realidad, muchos blogs en el mundo están siendo desatendidos. Del mismo modo que las listas de correo sufrieron la emigración hacia los foros, los foros hacia los blogs, etc, ahora son los blogs los que pierden lectores para reencontrarse en las redes sociales. Quizá, con el tiempo, acabemos volviendo a vernos en persona y charlar...

El caso es que me he replanteado la orientación del blog. Desde el principio este ha sido un blog de arte, pero últimamente los que estamos hartos lo estamos no sólo en arte, sino que el "harte" encuentra en las noticias diarias razones para crecer en todos los ámbitos.

Así que me he propuesto volver a este blog, pero tratando no sólo "lérias" de arte, sino "lérias várias", como dice su título. Reflexiones que muchas veces nacen en Facebook o en conversaciones con mis alumnos o mi mujer, amigos... Ahora las traspasaré aquí. Y también retrataré parte de la vida cotidiana mía y de mi entorno cercano, sobre todo referente a lo que cocemos en la "Casa del Arte".

Intentaré no ser muy machacón en cuestiones políticas, pero las habrá. Un artista, por muy artista que sea, y por muy "rara" que sea su vida cotidiana (por ejemplo, yo estoy pintando ahora un cuadro al alimón con mi mujer, inspirado en una lata de mantecados) es también una persona más en todos los aspectos excepto en el propiamente artístico. Un artista come y caga, duerme, ama y odia como cualquier otra persona. Asimismo, el artista tiene una responsabilidad y una dimensión social como la de cualquier otro ciudadano, y quizá aumentada por una sensibilidad más acusada. Me parece que una de las mentiras que debemos sacudirnos los autonarcotizados artistas es eso del artista "apolítico" y "neutral", interesado sólo en su arte. Es tan estúpido eso como creer que el artista tiene obligatoriamente que hacer "arte social" o "de protesta".

El arte es muy poderoso, pero es tanto más poderoso cuanta más calidad tenga.

Sólo un gran artista llega a la gente e influye en ella, iniciando una revolución. El tema es lo de menos: un artista grande de verdad puede pintar flores y que esas flores sean un grito de rabia.

No hay comentarios: