En este blog, antaño azote de comemierdas (y admiramierdas) en lo artístico, la actividad es hoy casi nula. Cierto. La crisis y la atención a las redes sociales supongo que habrán contribuido a "zombificar" un montón de blogs por todo el Orbe. Y este es uno más.
Realmente muchas veces me planteo resucitar
Lérias Várias. Hay tantos motivos para estar harto, y no solamente en lo artístico, que un solo blog no llegaría para expresar todo el descontento.
Desgraciadamente el gobierno ha hecho leyes a su medida, a la medida del partido que momentáneamente gobierna, y a medida de los personajes que forman en estos momentos el partido que gobierna. Y decir cualquier cosa que moleste por la razón que sea a cualquiera de estos personajes (que momentáneamente y de forma espuria ostentan el poder) puede ya ser delito. Sí. Sorprendente. Porque eso no se puede considerar democrático. Son leyes que coartan la libertad de expresión, intentando amedrentar la protesta social. Pero es lo que han hecho con el poder que de manera irresponsable mucha gente (mucha gente cabal) les ha regalado.
No seré yo quien critique las medidas económicas, sociales, legales y de todo tipo que continuamente están poniendo en práctica, con un efecto dramático en el país. Han conseguido en menos de tres años llevar a este país, que tímidamente empezaba a modernizarse, a los oscuros tiempos de la postguerra, cuando la dictadura sangrienta del asesino Franco y sus secuaces fascistas desangraban -literalmente- esta tierra. No lo criticaré, porque puede ser delito y no entiendo mucho de leyes.
Tampoco criticaré la pasividad de tanta gente, que ni se inmuta cuando la rapiña de unas castas mafiosas que provienen del franquismo rompe hogares, mata dependientes, viejos y niños por abandono, echa de sus casas a la gente pobre y criminaliza a todo el que disiente. Creo que son cobardes y bastante estúpidos. Que gracias a su pasividad y "neutralidad" los psicópatas campan a sus anchas deshaciendo y deshaciendo a su antojo (iba a poner haciendo y deshaciendo, pero hacer en positivo no hacen lo más mínimo). Pero me contendré.
Ni siquiera diré nada de lo que este gobierno ha hecho con la cultura y la educación, que son mis ámbitos profesionales. En tres años hemos pasado de un sistema más o menos moderno, pobre pero según el modelo europeo, a un cutrerío inmenso. Una especie de caricatura de lo que fue el desierto cultural franquista, cuando los intelectuales y artistas importantes estaban mudos, bien por el miedo o porque se habían exiliado, o porque los habían asesinado y sus cuerpos siguen hoy en las cunetas. Para estos que gobiernan hoy el franquismo fue una especie de período rosa en el que todo era muy simpático. Lógico que lo piensen: provienen de las familias poderosas del régimen fascista. Y la pandereta y los toros son ahora el referente cultural. Todo lo demás se extermina. No con fusilamientos -al menos todavía no- sino con el rodillo económico y mediático.
Pues bien, tampoco lo criticaré. El sistema imperante permite estos vaivenes, al no haber control democrático efectivo ni separación alguna de poderes.
No criticaré. No diré nada que pueda considerarse ofensa a ninguna panda de facinerosos ni a ningún país de vergüenza. Porque meterse con España ya es delito, como se le meta entre ceja y ceja a algún imbécil con poder, hasta respirar será delito.
Sólo diré que estoy harto. Hartísimo. Hasta los cojones. Y no soy el único.