Ferrol es mi entorno. Buscado en parte, en parte no, es donde vivimos y desde donde vemos el panorama artístico mi mujer y yo.
Es una pequeña ciudad costera, a la que se llega si vienes especialmente, y que se aferra a la industria pesada como hace cuarenta años, cuando todas las evidencias demuestran que eso está acabado, después de reconversiones, globalizaciones y demás.
Ni que decir tiene que Ferrol está muy parado... y no sólo laboralmente. Se nota cierta tristeza en la gente, una desgana que es muy contagiosa y de la cual no te das cuenta hasta que la superas.
Pero no hay que dejarse ganar por el desánimo. Ferrol ha sido cuna de algunos de los grandes, y su extrañeza precisamente la hace interesante para el arte.
Tenemos en contra una sociedad anquilosada y que en lo artístico sigue adorando a las viejas glorias. Todo el mundillo del arte ferrolano pasa por la aprobación de una asociación de artistas, la SAF, cuyo acto cultural más conocido es la cena de los socios. Una sociedad fantasma, que pese a su poder no cuenta ni con sede social visible, y que fabrica pintores mohosos -aquí decimos resesos- aunque sean jóvenes. Es el mundo de la cana y el paisajito.
En esta ciudad nuestra se considera más pintor un militar retirado que pinta los domingos pero que pasa de los sesenta años, que un artista con una sólida formación, licenciado en bellas artes y que no para de hacer cuadros día tras día. Poco importa que el aficionado viejo lleve sólo tres años y el joven profesional veinte. Si tiene buen pedigrí -si aprendió a copiar láminas con alguna figura local- su carrera será más trascendente que la de cualquier joven de 35.
Por otra parte estos dinosaurios tienen mucho respeto al arte contemporáneo. Eso sí, siempre que lo contemporáneo cheire (huela) a catálogo de Arco. Antes de triunfar el PP de Juncal, en el sacrosanto centro cultural de Ferrol (Torrente Ballester) pudimos ver el ciclo de Miradas Virxes, una muestra de obras de auténtico interés... para los que quieran saber qué se está enseñando en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra.
Desde esta esquina de Gondwana, desde esta ría contaminada y que estará echada a perder dentro de dos años, levantaremos este blog de Arte. Contra viento y marea, diciendo (mis) verdades como puños, llamándole al pan, pan y al vino, froilo.
Esperamos no agradar a quien nos desagrada, y viceversa. Y que la lectura de este blog sea interesante para los amantes del arte allá donde estén.
En la medida de lo posible intentaré no ser muy localista, y cuando el tema sea local, explicarlo claramente para que se entienda fuera de Ferrol. Si de paso puedo conseguir que os echéis unas risas, me sentiré feliz.
Miguel-Anxo Varela
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