jueves, 8 de marzo de 2007

Artistas al margen del arte de su tiempo

Todo el mundo, pero todo, supone que "el" arte contemporáneo es sólo lo que sale en la Bienal de Venecia, en la Documenta de Kassel, en ARCO, etc. Ese tipo de "arte" es lo único que se suele entender como "arte contemporáneo". Cualquiera que NO haga eso está condenado a ser considerado como anticuado, desfasado, reaccionario, académico, dominguero o como mucho "raro", o "que va a su bola". Se excluye a los que no quieren hacer ese tipo de cosas del catálogo de artistas contemporáneos. Incluso del catálogo de artistas en general.

Cuando no queda más remedio que reconocer la calidad, con autores como Hopper, Balthus, Antonio López, Tamara de Lempicka, Lucian Freud, etc, se dice que son excepciones, que llevan una carrera independiente, que están al margen del arte de su tiempo.

Desde mi punto de vista no es en absoluto así.

Yo me he formado con un pintor de mi ciudad, Ricardo Segura Torrella, que a su vez se formó con Felipe Bello Piñeiro, que a su vez... si se sigue la genealogía llegamos a la pintura barroca y no ha habido desde el siglo XVII -o antes- ninguna ruptura en ese hilo. Lo mismo ocurre con Antonio López, lo mismo ocurre con Freud, con
Balthus, con Hopper... no somos "casos aislados". Aprender de otros pintores es lo normal cuando uno se dedica a la pintura. Hay una continuidad, hay una evolución, y una tradición viva que no es ni mucho menos extraña, rara, antigua, o "a su bola".






El que los de Stuckism estén siendo reconocidos y abran el campo a la figuración no académica, no realista, es una muy buena noticia, que al menos yo llevaba esperando desde hace más de quince años. Demuestra la vitalidad de la pintura y que en el fondo todo esto de la vanguardia neo-neo-neo-neo-dadaísta es un bluff, una mentira más de nuestra sociedad. ¿Que por qué digo esto? Porque aunque a muchos les parezca que no, la neo-neo-neo-neo-vanguardia es excluyente, y mucho:

  • Primero, porque niega la artisticidad y la contemporaneidad de lo que no es neo-neo-neo-neo-vanguardista.

  • Y segundo porque basa su existencia en la suplantación del arte tradicional. Usa sus canales, sus nombres, sus categorías, su tradición, su mercado... a pesar de que sus postulados son anti-artísticos, porque introducir a Kosuth junto a Velázquez exige una reescritura de la historia del arte, de la estética, de... y en esa redefinición no hay vuelta atrás. Se supone que ha habido un cambio profundo y ahora eso tiene lugar, porque se sustituye la función tradicional del arte por una diferente, que supone entender como arte a la mera idea, al juego tautológico...


Beuys. Bombilla y limón (o cosa por el estilo, toma arte sutil y profundo)Utilizando los argumentos estéticos que permiten adoptar a Kosuth, deja de tener sentido el pintar para crear belleza, o para expresar algo mediante formas y colores. Se supone que se da una vuelta de tuerca más, muy intelectual, y ahora incluso hacer reflexionar al público es ya una acción artística.

Es una impostura más, de las muchas con los que tenemos que comulgar hoy en día, a todas horas. Como la exagerada importancia de la moda, las pseudociencias, los libros de autoayuda, lo políticamente correcto, etc...

Siento que tengo que denunciar la impostura, escapar de eso y luchar contra eso.

Porque los neo-neo-neo-neo-vanguardistas venden mierda enlatada a precio de oro, pero en cambio yo tengo que soportar, para sobrevivir, que mis pinceladas, mis preciosas horas de estudio, mi sensibilidad, mi intento de ser auténtico y mejorar, mi amor en una palabra al arte y la consagración de mi vida a esa profesión y al paciente trabajo de mejora continua sean menospreciadas. Debo tener en mente otro trabajo si quiero vivir decentemente. Me obligan a resignarme a ello. Sólo porque lo que les mola a los que ven los brocados en el traje nuevo del emperador es la mierda enlatada por un señor que se pone muy serio cuando balbucea no se qué que suena muy trascendente.

Es una tomadura de pelo. Creedme. Todo mentira. Y sé que hay gente crédula, buenas personas, que se han dejado adular y defienden eso sin mala fe. Pero el arte no es eso. Se le parece sólo, pero "eso" es simple mística. El arte es mucho más intenso, es mucho más vivo, mucho más bello. No es un placer intelectual solamente, es un placer completo, animal, casi sexual. Y del mismo modo que el sexo no se puede explicar, del mismo modo que el sexo hay que vivirlo plenamente para saber en qué consiste, el arte no es algo que se pueda reducir a unos discursos ingeniosos poniendo cara de entenderlos, como hace esta gente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, saludos! estan invitados a mi blog.

Santiago Bergantinhos dijo...

De ferrolano a ferrolano, apoyo completamente tu doctrina. Yo se supone que también soy artistilla, gremio de juntaletras, y en ese caso estamos jodidos por partida doble. Desde Joyce y otros, a los que nadie les niega su gloria, el academicismo tuvo su época gestapoide en la que se suponía que había que erradicar todo lo que fuese antiguo y recordase a la novela del siglo XIX, por ejemplo. Por otro lado tenemos la reacción de "la masa tiene la razón", y aduciendo las ventas conseguidas a golpe de promoción y presencia en los medios cualquier Dan Brown de la vida es ascendido a genio de las letras.

Hoy mismo puse el ejemplo de Roy Linchestein, a los que los aficionados al cómic le tenemos cierta tirria, lo reconozco. Quizá fuese una buena idea la primera vez que amplió una viñeta, calcó por encima y lo puso en una galería... pero desde luego seguir con ello es echarle mucha jeta. Si al menos los dibujos fuesen suyos... pero no, los sacaba de los tebeos. Y luego a cobrar.

Anxo Varela dijo...

Gracias a ambos. He visitado vuestros blogs, y me gustan. Los añadiré a mi blog-rollo.

Por cierto que me impresiona que me hayáis leído -y comentado- sin ser de mi familia...xD

Folks dijo...

¿y que hay de Silvester Cuadesmirren? Ese si que es un artista, consiguió vender su existencia siendo irreal, y con el dinero se mudó a otra dimensión junto con toda información sobre él. Yo, como ser atemporal y adimensional, le recuerdo como si fuese mañana el día que apareció.