martes, 25 de septiembre de 2007

Envidias

En el post anterior decía que Carmen me da envidia cochina. No puedo negarlo. Como que también le tengo envidia a mi amigo Mariano por lo bien que escribe.

¿Pero tener envidia a supuestos artistas que me parecen poco talentosos? No, líbreme el Sagrado Monesvol. La envidia artística se le puede tener a los grandes, nunca a los que consideras meros aficionados con pretensiones o arribistas profesionales. ¿Que tienen éxito? Pues mejor para ellos.

Pero esta gente no lo entiende. A ellos el bien ajeno siempre les provoca sarpullidos. Porque en su forma de pensar el éxito no es el reconocimiento al trabajo, sino un privilegio otorgado a ellos en exclusiva y que tienen mucho cuidado en cuantificar, no vaya a ser que a otro le den más. Lo mismo que los niños a los que les reparten caramelos (con perdón de los niños). No entienden que los demás no les tengamos envidia de sus "privilegios", tan poca envidia que ni sabemos que existen.

Porque resulta que el éxito, el reconocimiento o como quieran llamarle, en realidad viene al demostrar la valía, por los conocimientos y el trabajo, no por regalía divina. Ha habido grandes artistas y han tenido mucho éxito: Leonardo, Miguel Ángel, Velázquez, Goya, Van Gogh, Cézanne, Picasso... Uno puede tener envidia (2ª acepción) de sus talentos, pero cómo se podría envidiar su éxito, si es merecidísimo. ¡Son gente que ha estudiado y trabajado muy duro! Sería estúpido tenerles envidia, porque para tener su éxito habría que trabajar igual de duro.

El éxito de un artista, cuando lo es, cuando es todo un profesional, no es algo envidiable. Proviene del estudio y el trabajo, y por ello está al alcance de todos. Lo repito: estudiar Bellas Artes puede hacerlo cualquiera, y pintar sin parar también. No tiene ningún misterio. ¿Que quieres ser como Picasso? Pues dedícale tu vida al arte, exprímete a tope, pinta horas y horas cada día, sin descanso, sin pararte ni a tomar café con tus amigos -que no tendrás muchos- y verás cómo lo consigues. ¿Qué? ¿Que no te apetece? ¿Que es muy duro? ¿Que tu cabecita no da para tanto? ¡Coño, pues déjalo, no es lo tuyo! Si quisieras, podrías llegar a lo mismo. No viene a cuento la envidia.

Me parece increíble que gentes que no se toman en serio su trabajo, que llegaron a donde están por su habilidad en el trepaje y hablan de artistas "de raza", como de perros con pedigrí, se atreva a insinuar que los que llevamos toda la vida dedicados a esto y hemos estudiado incluso una carrera, que llevamos trabajando tantos años porque esta profesión es nuestra vida y disfrutamos plenamente de ella, les tenemos envidia ¿de qué se supone que tenemos envidia, exactamente?

Al menos en el caso mío, en el caso de los artistas, profesionales, que yo conozco estamos más pendientes de cuándo podemos volver al taller que de si en la cena estaba o no el político de turno y de si habló con menganito y no con fulanito. Afortunadamente el arte es un mundo tan vasto que vivir dentro de él te impide tener tiempo para las cosas miserables de la vida. O para tratar a la gente miserable.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca dudé que consagre usted toda su vida al arte. En eso no hace falta que insista porque a la vista está. Y me consta que desde una postura realmente comprometida.

Lo único que quería reflejar con mi anterior comentario era manifestar mi asombro por ciertos “dejes” y reflexiones que encuentro en muchos artistas que también como usted consagran su vida al arte. Reflexiones que corren bastante peligro de anquilosarse por no ser continuamente revisadas (y digo revisadas y pienso en la vida artística de Dubuffet, o a cada semana de Picasso).

Lo que realmente me sorprende es esa adversión ante aquellas manifestaciones artísticas que no encajan con un determinado punto de vista (en este caso el suyo), y que generan reacciones poco menos que a la defensiva.
Eso se desprende de comentarios en los que se pretende ridiculizar posturas ajenas que no se comprenden (llámele minimalismo, llámele impresionismo...).


Y luego ese miedo a la “invasión” por parte de los “intrusistas”, miedo que no solo no comparto sino que me parece algo ridículo (desde luego siempre desproporcionado).
Me voy a remitir, como a usted tambien le gusta, a la definición de la RAE.

INTRUSISMO (De intruso).
1. m. Ejercicio de actividades profesionales por persona no autorizada para ello. Puede constituir delito.

Me gustaría saber quién es el personaje que da esas autorizaciones (inevitable acordarme de las famosas bulas del Papa).
Por no mencionar que la historia del Arte (escrita con A mayúscula, como a usted seguro le gusta) está plagada y firmada de “intrusistas” (ejemplos que usted conozca: Van Gogh, sin ir más lejos. Un cura que se mete artista, es el colmo!!!).

Y no concibo cualquier tipo de manifestación artistica que conlleve en esencia unas pretensiones que le corresponden por definición (¿no pretende usted comunicar con sus obras? Otros querrán cambiar el mundo, otros desahogar sus frustaciones, otros...).
¿No está su escuela llena de jóvenes aficionados todos ellos con pretensiones? (luego podríamos clasificar las pretensiones de cada cual. En principio todas válidas).

Creo que en el fondo usted se está refiriendo a los trepas, a los que usan la máxima de mínimo esfuerzo y máximo resultado (que suele ser económico y de “prestigio”). Pero a estas alturas de la película sabrá usted que esos no pintan nada en el Arte (con mayúsculas, recalco), por mucho que quieran y figuren, ¿por qué le dedica tantos comentarios en su blog?, ¿de qué tiene usted miedo entonces?


No. Lo reconozco. Nunca le he conocido demasiado, lo que no quiere decir que no esté a tiempo de conocerle.

Y permítame que, por ahora, mantenga este cobarde anonimato.

xx

Anxo Varela dijo...

Reconozco que en parte hay un tonillo a la defensiva y una insistencia algo malsana en ciertos temas que por su evidencia no se necesitarian ni comentar. Ocurre que en parte estas últimas semanas me he metido sin quererlo del todo en medio de una polémica artificial y algo bronca con cierto personaje local bastante poderoso aunque de una era remota que no consigo datar.

Por ejemplo, toda esta entrada responde a un corolario absurdo de este personaje en su web, que pretende justificar mi gusto artístico -diferente al del aludido- atribuyéndome instintos primitivos como la envidia... en realidad todo lo que he escrito se resume en que "se envidia sólo lo que se admira".

Respecto a lo que usted refiere sobre mi "aversión a aquellas manifestaciones artísticas que no encajan con un determinado punto de vista" le diré que mi punto de vista sobre el particular es radicalmente diverso del de muchos espectadores. He pasado por experiencias realmente traumáticas en las que los adalides de la caca en bote se imponían a base de abusos de poder y eso inevitablemente ha forjado mi opinión.

Respecto al intrusismo, es realmente un problema que los pintores de nuestra época sufrimos en carne propia. Cierto que ha habido curas dedicados a pintar. Pero non me negará que en el caso de Van Gogh ha habido dos características bien distintivas: no obtuvo prácticamente ningún éxito en vida, pasó penurias como pocos artistas, y su esfuerzo por lograr formarse en un cortísimo espacio de tiempo fue titánico. Van Gogh encontró su vocación más tarde que otros, pero la encontró y se lanzó de cabeza. Efectivamente, no fue un trepas, esos son los que odio.

No obstante tendrá que admitir que en muchas épocas pretéritas ha sido precisamente la aversión al arte oficial contemporáneo lo que impulsó al arte hacia adelante. Los académicos han sido barridos por el descontento de los refusés (nunca he sabido cómo ha de escribirse) y en nuestra época los arribistas, junto con los críticos, galeristas y demás, que sin ser artistas marcan nuestro destino, intentan alargar la Vanguardia mucho más allá de lo que su ciclo vital haría lógico. La Vanguardia está muerta y enterrada. Nadie que se quiera dedicar en serio al arte hoy día está realmente aprendiendo de ella, pero nos la imponen como única realidad. La Vanguardia, repito, ha pasado. Sus enseñanzas positivas ya se han integrado hace casi cincuenta años en la tradición de la que todos bebemos. Seguir paseando su cadáver por las bienales internacionales, como si estuviésemos en Semana Santa, no llevará a nada que esté vivo o que sea transgresor. Me río de eso, precisamente. Me parece triste que se autodenominen vanguardistas unos tipos que llevan mirándose el ombligo cincuenta años o más y repitiendo las gracietas de Beuys o Warhol en un esfuerzo onanista como si se hubiesen dicho ayer mismo. Basta mirar un catálogo de ARCO de sus inicios -hace ya 30 años- y compararlo con uno de este año, y veremos que no hay apenas diferencias. ¿Vanguardia? ¿Puede ser vanguardista repetir lo mismo durante tantos años? Pues no. Academicismo del clásico: esta es la norma, este es el camino. Contra eso me rebelo. No es ninguna postura visceral tomada a la ligera, sino meditada durante más de veinte años. Lo he analizado de muchas maneras, he investigado y repasado los hechos, y la cantidad de evidencias es abrumadora. Debemos librarnos ya de la vanguardia, descartarla, porque la que tenemos ahora es falsa, no tiene que ver con el espíritu de avance, de primera línea que Picasso capitaneó, o que en su momento trajeron los impresionistas.

Es difícil de explicar para mí, porque la impostura se ha anquilosado y parece verdadera. Pero es impostura, y caerá como cayeron los académicos del siglo XIX. Ojalá pueda hacerme entender con el tiempo y demostrar que estaba en lo cierto. A eso me he consagrado.

Coki dijo...

Qué tal Anxo!! Me encanta el debate que armaste y lo sigo de cerca desde su comienzo con entusiasmo y creo que es hora de opinar. Sobre el tema de las vanguardias, a mi me parece que el echo de que se debata es un argumento a favor de los que como dice Mariano 'en el arte se ha tomado un camino equivocado' porque, al margen de envidias y disputas entre los artistas de la época para conseguir mecenazgos, ¿debatiría la gente si el David de Miguel Angel era o no arte?. Sin embargo hoy en día proliferan ensayos, artículos, webs, ... a favor y en contra del 'arte oficial'. Se creen los críticos y galeristas que porque nos digan que un pilón de lavar la ropa es arte no lo vamos a creer? o un motón de bolsas del polvo? . Esto a mi más bien me parece como el cuento del traje nuevo del emperador que por miedo a parecer tonto sale al desfile en pelotas. Solo que ahora hay que ver arte donde no lo hay.

Anxo Varela dijo...

Muchas gracias Coki por vuestros ánimos. Es que ya estaba empezando a acostumbrarme a que me insulten.
Un abraxo.