jueves, 13 de septiembre de 2007

No hay arte sin pasión

Hace poco -tres meses casi- escribí una entrada sobre la exposición de Caixa Galicia titulada "Non hai arte sen obsesión". En el título de la exposición había algo que no me encajaba. Hoy, una alumna de pintura, Bea, hizo una reflexión que al fin me hizo ver lo que me molestaba.

Aunque el título es sugerente, y parece hasta poético, "Non hai arte sen obsesión" encierra una palabra que alude a lo enfermizo.

Según el diccionario de la RAE -qué gran acierto el de Firefox al incluirlo en su configuración por defecto-, obsesión es:

obsesión.

(Del lat. obsessĭo, -ōnis, asedio).

1. f. Perturbación anímica producida por una idea fija.

2. f. Idea que con tenaz persistencia asalta la mente.


La idea de perturbación permanece asociada a esa palabra. Francamente, no creo que todos los artistas sintamos perturbación anímica producida por una idea fija. Ni siquiera pienso que haya una idea que con tenaz persistencia asalta la mente. Puede quedar muy bien decirlo, pero como motor del arte me parece que la obsesión es pobre y poco productiva. La obsesión no implica un grado de exigencia mínimo.

En el caso de pasión, esta es la definición que aporta la RAE:

pasión.

(Del lat. passĭo, -ōnis, y este calco del gr. πáάθος).

1. f. Acción de padecer.

2. f. por antonom. pasión de Jesucristo.

ORTOGR. Escr. con may. inicial.

3. f. Lo contrario a la acción.

4. f. Estado pasivo en el sujeto.

5. f. Perturbación o afecto desordenado del ánimo.

6. f. Inclinación o preferencia muy vivas de alguien a otra persona.

7. f. Apetito o afición vehemente a algo.

8. f. Sermón sobre los tormentos y muerte de Jesucristo, que se predica el Jueves y Viernes Santo.

9. f. Parte de cada uno de los cuatro Evangelios, que describe la Pasión de Cristo.



En realidad, a "No hay arte sin pasión" no le podemos aplicar las acepciones 2, 3, 4, 6, 8 ó 9, porque no proceden. Las acepciones 1 y 5 son aplicables pero sólo en determinados casos, con artistas atormentados o en pleno éxtasis creativo. La 7 es la más adecuada: Apetito o afición vehemente a algo.

Cuando utilizamos la frase No hay arte sin pasión estamos sustituyendo pasión por apasionamiento. La pasión que siento es igual a decir: el apasionamiento que siento.

En el diccionario de la RAE, apasionamiento es la acción o efecto de apasionar o apasionarse. Apasionar, según el DRAE es:

apasionar.

1. tr. Causar, excitar alguna pasión. U. m. c. prnl.

2. tr. Atormentar, afligir.

3. prnl. Aficionarse con exceso a alguien o algo.


Y esto es en realidad lo que impulsa la creación a sus más grandes logros: artistas apasionados, bien por una persona, por un lugar, una forma, un movimiento artístico, una técnica... lo que se prefiera. Pero sin ese grado de pasión, de Apetito o afición vehemente a algo, incluso sin ese grado de Perturbación o afecto desordenado del ánimo, no existiría el arte. Un buen artista consagra su vida a su profesión, y se lanza a una aventura en la que el final no está claro, sólo porque la pasión le arrastra hacia aguas profundas.

No se trata de la obsesión, de la repetición enfermiza de una idea sin poder pensar. Un artista de verdad es todo menos un zombi. Yo al menos no me siento así. La pasión ciega, pero pone el cerebro en movimiento, y hace investigar nuevas soluciones. La obsesión es no poderse quitar una idea de la cabeza, acaba siendo un runrun monótono y nada estimulante.

Cierto es que la pasión hace que uno se centre mucho en algo, al igual que la obsesión. En cierto modo la pasión obsesiona y la obsesión apasiona, pero la diferencia es enorme: la pasión, cuando es el centro de tu vida te hace mejorar y llegar muy alto. La obsesión, si se convierte en el centro de tu vida, es el momento de buscar un buen psiquiatra.

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