jueves, 2 de abril de 2009

¿Teoría del arte o mensajes publicitarios?

Leyendo el estupendo blog de Avelina Lésper, encontré este comentario:
Avelina Lésper dijo...

Asi es Xavier y Blue:
Los conceptuales ya entendieron que la
sociedad de consumo compra todo lo que esté bien publicitado, porque
han sustituido a la crítica por publicidad, entonces una cosa bien
publicitada se asume que es buena y la gente va. Así como el dinero
ahora inexistente del periodo Bush gastó en arte absurdo y costosísimo,
ahora están pagando por ver nada, es un alarde del cínico que lo
inventa frente a la nula crítica del que lo paga.
1 de abril de 2009 13:51

Aunque aparentemente es una obviedad, lo que he subrayado tiene gran peso específico. ¡Es la clave! Durante un tiempo hemos pensado en combatir la teoría con nueva teoría que la desmonte, argumento por argumento. Pero los defensores de la teoría del arte contemporánea oficialista suelen rehuir el debate. Se escudan en citas de textos canónicos, pero nunca presentan un verdadero debate de la cuestión principal, es decir, cuál es el sostén teórico del arte conceptual, desde Duchamp a la actualidad. Los argumentos son débiles, y no existen textos que, desde un punto de vista filosófico expliquen la naturaleza de la transubstanciación de un objeto cotidiano -por ejemplo un urinario- en obra de arte. Para mí esta sencilla frase ha tenido, casi, el valor que para un creyente tiene -supongo- una revelación.

http://www.hoysalud.net/hsalud/upload/JARRA.jpgPorque aunque una y otra vez caigamos en la trampa de intentar desmontar teóricamente -lo cual no sería en realidad difícil- todo el entramado teórico del conceptualismo, es un esfuerzo vano. ¿Por qué? Porque en realidad la teoría conceptualista no pretende constituir un todo coherente, un razonamiento válido, ni siquiera una verdadera teoría artística. No es más que un conjunto de textos publicitarios, eslóganes sin más intención que vendernos algo, incluso la nada. Del mismo modo que la frase "lava más blanco" no necesita ni siquiera ser correcta gramaticalmente para funcionar en publicidad, o que el agua magnética no necesita las bendiciones de la física o la química para venderse, el arte conceptual puede presentarse y venderse como arte sin serlo. No importa la verdad, sea de la obra o del discurso: importa el mensaje publicitario. Por eso no es raro encontrar incoherencias, contradicciones y todo el catálogo de falacias lógicas en la supuesta teoría conceptual. Los reclamos publicitarios ni siquiera necesitan ser ciertos para que los productos funcionen en el mercado. Por eso cualquier cosa, literalmente hasta la basura o el vacío, o una idea, pueden ser vendidas como arte.

http://lacomunidad.elpais.com/blogfiles/comersinmilongas/delicatessenOK.gifEn realidad el verdadero arte es independiente de estas aventuras de marketing. Aunque Hirst venda sus tiburones de museo de Zoología por varios millones de dólares, las pinturas de Freud, Hockney o Antonio López poseen igualmente calidad, influyen en las generaciones actuales de artistas y se cotizan en el mercado a buen precio, siempre en aumento. No es que el mercado demuestre absolutamente nada, pero si ignoramos todo el entramado conceptual vigente muy probablemente el mundo del arte restante posee cierta salud y sigue su curso. Lo mismo ocurre con la ciencia. Que los mercachifles nos timen vendiendo agua magnetizada cuando eso es físicamente imposible, o que se venda espuma con olor a marisco por varios cientos de euros en restaurantes de hiper-lujo no impide que la ciencia avance o que la cocina mantenga su seriedad.

http://lacomunidad.elpais.com/blogfiles/bergerac/cuadro050.jpgPero estos fenómenos, no obstante sean periféricos, sí distorsionan la percepción que del arte, la ciencia o la cocina tiene el gran público, desvían la atención y medios económicos hacia ese tipo de actividad parasitaria y provocan un cierto recelo y desprestigio indiscriminado hacia las actividades verdaderas (arte, ciencia, cocina...) y en consecuencia contra la gente que en esos ámbitos trabaja en serio.



38 comentarios:

Rubén dijo...

"no existen textos que, desde un punto de vista filosófico expliquen la naturaleza de la transubstanciación de un objeto cotidiano -por ejemplo un urinario- en obra de arte."

Para quien le interese, diré que claro que existen esos textos, por ejemplo:

La transfiguración del lugar común, escrito precisamente desde un punto de vista filosófico, por el profesor de filosofía en Columbia Arthur C. Danto. Este profesor, además de escribir libros sobre Nietzsche, Sartre, filosofía analítica, o el problema "mente verus cuerpo", también ha escrito unos cuantos libros sobre arte contemporáneo. Como es americano prefiere hablar de las Cajas de Brillo de Warhol antes que del urinario de Duchamp, pero vamos; viene a explicar lo mismo, eso que tantos desvelos causa por estos lares.

Anxo Varela dijo...

No existe consenso en la validez de esos argumentos. Existe controversia con respecto al valor filosófico de esos textos. Cito la Wikipedia:

"(...)Muchos de sus críticos estiman que la visión de Danto abriga bastante de sensacionalismo intelectual antes que de un profundo pensar sobre la complejidad del fenómeno artístico."

Aquí el texto citado.

Aquí, un texto crítico on line sobre Danto, con fragmentos de su obra.

Por otra parte una cosa es ser profesor de filosofía y otra ser filósofo o haber escrito textos de valor filosófico reconocido universalmente. Danto es reconocido sobre todo como crítico, más que como filósofo.

De todos modos gracias por la cita. Saludos.

Juanma Moreno dijo...

A Danto todavia no lo he leido, pero "La transfiguración del lugar común" entra dentro de mis planes a corto plazo.

Ahora me estoy leyendo a Dickie (discípulo de Danto), y la verdad, sus argumentos son muy muy flojitos. Sobre todo eso de "la teoria institucional del arte". Qué cosa mas rancia! Creo que su problema es que habla del arte sin haber cogido un pincel.

En fin, cuando me lea a Danto opinaré sobre él, aunque por las referencias que deja Dickie no tiene muy buena pinta, la verdad.

Saludos!

Rubén dijo...

Dickie tiene el mismo problema que Mourinho, que hizo campeón de Europa al Oporto sin haber pegado una patada a un balón en su vida; vamos, un problemón.

(argumento viejuno que, por cierto, no te va a servir con Danto)

pilifrei dijo...

¿Fútbol y arte? Curiosa combinación...

pilifrei dijo...

A mí, sinceramente eso de la transubstanciación me suena a palabrota de las gordas... O a la retórica de Marx (Groucho, claro), pero con menos gracia, of course...

dijo...

pilifrei: la palabra usada no tiene nada que ver con Marx ni con nada de lo que tu mencionas. Es una palabra que se aplica a la eucaristîa. Anxo la utiliza aquî para explicar el cambio de una cosa por otra, y hace referencia a la fé que hay que tener para que eso ocurra.Por ejemplo en el caso de las obras de Duchamp.

---
de wikipedia/

Transubstanciación : es una doctrina católica de la Eucaristía, definida por un canon del Concilio de Trento como "la conversión maravillosa y singular de toda la sustancia del pan en el cuerpo de Cristo y de toda la sustancia del vino en su sangre, permaneciendo sólo la especie del pan y del vino". Significando "especie" para estos efectos, los "accidentes" del pan y del vino: color, gusto, cantidad, etc.). Esta conversión se opera, de acuerdo a lo establecido en el Catecismo Católico, en la plegaria eucarística con la consagración, mediante la eficacia de la palabra de Cristo y de la acción del Espíritu Santo[1] . Se considera que bajo las especies consagradas del pan y del vino, "Cristo mismo, vivo y glorioso, está presente de manera verdadera, real y substancial, con su Cuerpo, su Sangre, su alma y su divinidad" (cf Cc. de Trento: DS 1640; 1651)" [2] Dicha presencia eucarística se mantiene mientras subsistan las especies eucarísticas. [3]

pilifrei dijo...

Gracias Dimo por la explicación y perdón por mi ignorancia al respecto. Con razón decía yo esta mañana en mi blog que soy un poco cateta en lo que a religión se refiere...

Anxo Varela dijo...

Bueno, Pilar, pero di la verdad: también eres un poco guasona.

¡Un gran saludo a todos!

pilifrei dijo...

Reconozco guasa e incultura a partes iguales. Me encanta leeros siempre.

mariano dijo...

Bueno, yo creo que tampoco una cosa es verdad porque la diga un filósofo, su discípulo, o su madre.
Que un objeto que fuera de la galería no es arte, dentro lo sea para mí no tiene ninguna posibilidad de sostenerse, a no ser que consideremos a la galería un santuario, y al hecho artístico como una religión y todo lo que se dice en él y para él como dogmas de fe.
Para mí la galería no es un santuario, es un simple soporte para el arte, como lo es la portada y páginas de papel de un libro, o un sala de cine. No es eso lo importante, sino lo que está dentro de ese soporte.
No es el soporte lo que hace al arte, esto es una obviedad de tal calibre que da hasta un poco de verguenza decirlo, y las teorías filosóficas que lo justifican son más bien excusas ante la estandarización de una aberración que necesita ser justificada constantemente para poder aspirar a colar algún día.
Día que por muchos filósofos que se alíen, no llegará nunca.
Porque si un pensamiento u opinión propio necesita ser validado con citas y justificaciones ajenas, de filósofos, teóricos y similares, igual es que ese pensamiento no es lo suficientemente consistente como para funcionar sin receta.

Avelina Lésper dijo...

Trasfiguración no es lo mismo que transustantación, la primera es un categoría de cambio forma o “figura” y la segunda es una categoría de cambio de sustancia, astuta diferencia porque en eso se sostiene el fraude del conceptualismo, la figura o sea lo evidente no cambia, cambia lo que no vemos. Por esto los conceptos de los conceptuales y sus curadores son como la publicidad que nos dice algo que no es cierto o no es evidente y se sostiene en un mensaje maniqueo. La galería como la iglesia se vuelve incuestionable y todo lo que está dentro es verdadero aunque sólo lo ampare una idea mal redactada incapaz de ser comprobada. Por eso la publicidad es la nueva crítica, basta creer para que las cualidades de ese producto existan. En las reseñas de los críticos que apoyan a los conceptuales es tal la exposición de adjetivos calificativos que cuesta enterarse si la obra es una instalación o una performance, pero de lo que sí nos enteramos es que la obra es genial, que es transgresora, que invita a la reflexión, que rompe con esquemas y hace denuncia social para que detrás de este edificio retórico esté un video pornográfico de Santiago Sierra o unos espaguetis en una silla. Por esto la duda, que es el primer rasgo de inteligencia, nunca es bienvenida ni en la publicidad, la religión, el dogma o el conceptualismo, porque cuestiona verdades fabricadas. Estas ideas supersticiosas ha penetrado como la publicidad y por eso ahora la gente, las instituciones y fundaciones creen que apoyar a los conceptuales es apoyar al arte, restando apoyo al arte verdadero. Por eso esto es una enfermedad como lo son las religiones en los estado teocráticos, porque las instituciones no resuelven por leyes, lo hacen por dogmas o prejuicios. Las mentiras de la publicidad son un hecho y dañan y por eso existen asociaciones que apoyan a los consumidores, tu puedes demandar si el agua magnética no te cura, así deberíamos demandar a esa instalación que exhiben como arte en el Reina o del Whitney y saliendo a la calle es un montón de basura sin valor artístico. Por lo menos que nos regresen las entradas.

Anxo Varela dijo...

Mariano: "totally acuerding". Me gusta mucho esto: "No es el soporte lo que hace al arte, esto es una obviedad de tal calibre que da hasta un poco de verguenza decirlo (...)"

Avelina: ídem. Respecto a lo de la transustanciación es una argucia astuta pero muy interesante. Porque evidentemente, el objeto (caja de Brillo o urinario, tanto da) no cambia en absoluto de forma se ponga en el basurero o en la galería, por lo que ni de broma hay transfiguración. En realidad, de haber algo, es una transustanciación, como con la hostia sagrada o el vino de misa. Pero claro, si le llamasen así sería demasiado evidente el asunto de la fe.

Rubén dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anxo Varela dijo...

Rubén, discúlpame, pero te he borrado el comentario. Si quieres decir lo mismo pero sin faltar al respeto, encantado. Pretendemos debatir, no iniciar flames interminables sobre el mismo tema de siempre.

Rubén dijo...

Parece mentira que seas gallego, Anxo. Por otra parte, al retirar mi comentario, ¿cómo va a saber el resto de la gente si era un falta de respeto o mera retranca? En fin... Si querías que me retirase lo has conseguido. Me limitaré a esbardallar en mi blog.

Anxo Varela dijo...

Tienes razón, igual me pasé, te pido nuevamente disculpas. Siento que decidas retirarte.

Anxo Varela dijo...

Este es el comentario suprimido. Quizá no era tan ofensivo sino retranca, al fin y al cabo.

Yo estoy con Mariano, ya está bien de tomar más en cuenta lo que dicen los filósofos que lo que dicen sus madres o la mía. Propongo una recogida de firmas para clausurar todos esos lugares siniestros llamados Facultades de Filosofía, Departamentos de Estética y demás nidos de perversión y superstición, donde la gente no sólo habla de arte contemporáneo, sino que, como apunta Mariano, tienen la desfachatez de apoyarse en citas de otros autores. Inadmisible. ¿Empezamos?

Aunque en mi opinión está un tanto desenfocada la cuestión. Mariano, a mi entender, simplemente expone que para él la verdad está tan clara que ni los filósofos ni sus madres pueden contradecirla.

Por otra parte su crítica -como la mía- a las citas no es una crítica incondicional. Todos los pensadores e intelectuales del mundo usan y han usado citas. Simplemente constata, creo yo, que una cita no sustituye a un argumento. Se argumenta y ese argumento se puede apoyar con una o mil citas. Pero tiene que haber de antemano un argumento expresado de manera válida si se quiere demostrar o rebatir algo. Lo contrario es el conocido recurso pobre del argumento de autoridad.

Luis Colucci dijo...

La diferencia que remarca Avelina entre transubstanciación y transfiguración es clave.
Veníamos discutiendo bien, no nos pongamos suceptibles. Sabemos que nadie va a cambiar la opinión de nadie. Lo importante es que intercambiamos ideas y textos y que eso nos sirve para reflexionar y enriquecernos.
Saludos.

Rubén dijo...

OK, Anxo, no te preocupes. El lunes retomo el tema. Saludos.

dijo...

Mariano da en la clave. El museo o galería es simplemente un lugar de exhibición, pero hay que ver toda la palabrería discursiva sobre los soportes que se da actualmente. Muchas de las obras contemporáneas que producen tedio, repulsión o simplemente ninguna emoción estética son además enmarcadas en un discurso empalagoso sobre el papel de los lugares de exhibición. Es como pensar que las películas de cine para que sean contemporáneas tuvieran que mostrar y hacer disquisiciones sobre las salas de cine!

Efectivamente se ha reemplazado hábilmente la investigación sobre los fenómenos artísticos por la investigación en torno al “contexto museal”, a “las márgenes” al “cubo blanco”, y demás términos pertenecientes a una verbosidad que poco o nada tiene que ver con el arte.

Si hay algo que se puede observar de eso es precisamente que la filosofía del arte o la estética son disciplinas que han sido secuestradas por esos discursos, ese es el problema de esas disciplinas actualmente. De allí, la endogamia, los guiños constantes, la dichosa “intertextualidad” y este énfasis en investigar sobre el soporte, lo cual produce un atraso generalizado en la investigación sobre arte que ha durado más de cuarenta años.

Y la gente no es tonta. Los políticos se dan cuenta de ello, y van disminuyendo poco a poco la inversión en las carreras de humanidades, que no producen avance por ningún lado. Surgen entonces las luchas políticas, y se instrumentaliza al arte a favor de tendencias económicas de izquierdas o derechas.

mariano dijo...

Estoy bastante de acuerdo con eso de la sustitución del valor artístico de las obras contemporáneas por un valor publicitario, de márketing.
Muchas veces hablamos de la teoría, la crítica y de la filosofía que justifica al arte, y la realidad es que ese supuesto armazón filosófico de la gran parte de las propuestas estéticas de los grandes museos y bienales no es ni tan siquiera filosófico. Es una pseudofilosofía que acaba reduciéndose a dos dogmas interpretados de un modo bastante libre, aunque ya muy convencionalizado, de algunos teóricos y de la obra de algunos artistas, como es el caso de Duchamp.
Todo acaba reducido a slóganes que tienen bastante más de publicitario que de filosófico (la filosofía es otra cosa), slóganes como "todo el mundo es artista", o "la pintura se ha liberado del soporte", "la pintura ha muerto", "no hay fronteras"...en fín, sloganes que los azafatos bien adiestrados repiten a las excursiones de chavales que visitan los museos de arte contemporáneo, sin saber muy bien lo que significan.
La publicidad tiene la misión de seducir, de despertar curiosidad, y es necesario que tras ella haya un producto que no haga desplomarse las expectativas del consumidor.
El arte contemporáneo es un amago de filosofía, un amago de iglesia, un amago de arte y también un amago fallido de producto publicitario, al que un calculado (y en cierto modo, bien calculado) envoltorio deja ver, a poco que se desenvuelva, un producto que muestra todas las carencias posibles .
Estas carencias que capata el espectador, decepcionado con el producto, se intentan acoplar a las intenciones del propio producto (la famosa "ironía" del arte contemporáneo)...algo así como "sí, ya sabemos que esto parece una mierda, pero es que lo hemos hecho así a propósito, somos muy irónicos".
En fín, las estrategias de buen márketing necesitan un buen producto. El marketing del arte contemporáneo es bueno, pero falta lo más importante.
A su favor tiene que es un tipo de producto que huye deliberadamente del juicio mayoritario, que sabe que tiene perdido.
Sólo le queda el envoltorio, y éste ya huele a podrido.

sr.xx dijo...

La publicidad tiene la mision de vender. Para ello seduce lo imposible. Pero la única mision es vender. Sin más.
Y la razon de que sea tan eficaz y sugestiva es que muchos artistas trabajan en ella, por la sencilla razon de que da dinero.
El arte, quitando a los 4 que salen en el periódico (y digo periódico) no da dinero. Al menos a los artistas.

Rubén dijo...

Para que podamos tomar en serio a los dicen que la filosofía que Danto, Dickie y otros (a la cual llevan décadas prestando atención multitud de sabios en universidades de todo el mundo) es "pseudofilosofía" o se reduce a cuatro eslóganes (como si se pudieran escribir 20 libros con cuatro eslóganes) esa gente tan "inconformista" debería: 1) haber leído primero esa filosofía. 2) haberla entendido después. 3)posteriormente tener algo más elaborado que oponer que la mera pataleta del tipo "son todos unos engañabobos". De lo contrario esas lumbreras harían mejor (esto es, harían menos el ridículo) limitándose a lo suyo: pintar, dibujar o hacer casas con palillos, no lo sé (en cualquier caso nada que tenga que ver con la crítica o la filososfía del arte).

Siento tener que recordar de nuevo una de mis frases preferidas: "La ignorancia es muy atrevida".

Anxo Varela dijo...

Rubén, si te fijas, el tema del post NO es Danto. En cualquier caso, sabes bien que Danto y sus argumentos han sido y siguen siendo muy cuestionados, no sólo discutidos.

Lo que Danto propone ha sido criticado por "circularidad (Noël Carroll, 1990 y 1998), incompatibilidad (Michael Kelly, 1998) o falta de justificación (Sondra Bacharach, 2002)", según señala en un artículo de "Revista de Filosofía" (Vol. 32 Núm. 2 (2007); 109-126) Veronica Tozzi, que defiende precisamente a Danto.

En realidad, el hecho de agitar a la comunidad académica, aunque fuera sólo para rebatirlo ya sería un tanto a favor de Danto. Debo decir que no he leído TODO Danto, pero por ahora sus explicaciones sobre los indiscernibles me han parecido sofismas más que demostraciones. En el fondo acepta una política de hechos consumados, como tantos críticos antes que él. Es un acercamiento al problema, según he podido entrever, más original que el de Marchán Fiz, que en cierto modo acudía a una sacralización encubierta. Los indiscernibles nos hablan de hechos cotidianos como levantar un brazo, y demuestra bastante ingenio al exponer sus ideas. Pero obvia aspectos fundamentales en el hecho artístico, y utiliza sobreentendidos con los que no todos estamos de acuerdo, por ejemplo.

Ya hablaré de Danto cuando lo lea mejor, no he tenido el gusto de encontrar textos completos, sino fragmentos, resúmenes, comentarios, artículos... prefiero ir a las fuentes.

mariano dijo...

Veo que hay quien no puede abandonar la costumbre de insultar y llamar ignorante a todo el que no le da la razón, si no es un blog es en otro, y además tergiversando las palabras de los demás.
No necesito reexplicar lo que he puesto, Rubén, para aspirar a no ser merecedor de tus insultos, allá tú y tus libros que crees imprecindibles para entender el arte.
Me parece fenomenal que te gusten los libros de Danto, Dickie, y todos esos que según dices son el abc de los sabios del mundo.
Pero si tú crees que haber leido esos libros te va a hacer mejor apreciador del arte y peor a los demás, si consideras que son un libro de instrucciones necesario para acceder a las artes VISUALES, creo que el problema de ignorancia lo tienes tú, no los demás.
Yo no pienso entrar en un debate sin sentido sobre quién ha leído qué libros, y tachar de ignorante alegremente a otro por no haberlos leído, no estamos hablando de libros.
Cuando yo hablo de seudofilosofía, hablo de la supuesta filosofía que los teóricos crean a partir de autores y con la que intentan justificar ciertas cosas del arte "contemporáneo".
Las justificaciones no son filosofía, son seudofilosofía, y no me refiero a los filosofos, sino a quienes los malutilizan y tergiversan para decir lo que les da la gana, como haces tú conmigo.

Brasas dijo...

Rubén, la pedantería también es bastante atrevida. Ya sólo falta que nos hables un poquitín también de Adorno...
Todos los días nos das la barrila con Danto como si sus poesías o rollos o casas hechas de palillos curiosamente nos tuviesen que interesar y subyugar y sacar del error a todos :D
Yo he conocido a manadas de adoquines produciendo arte estúpido bajo el disfraz inverosímil de "conceptuales", y ni ellos son lectores de Danto ni los libros de Danto van a obrar el milagro de que toda esa mierda pase a parecerme de repente profunda y valiosa.
(Aparte aquí ninguna lumbrera pretende ir de filósofo ni de teórico salvo tú, y tu esfuerzo docente tampoco vemos que vaya mucho más allá de la consabida recriminación: "si no leísteis a Fulano y Mengano sólo podéis opinar sobre arte en calidad de ignorantes"... :D)

dijo...

Rubén aciertas cuando dices que es pseudofilosofía porque efectivamente es producida para los pseudo-artistas actuales.

Los sabios que le prestan atención a esos escritos son como tu.

Avelina Lésper dijo...

Si se pueden escribir 20 libros con cuatro sloganes, ahí está la biblia que tienes unos cuantos y cientos de miles de libros alrededor de sus ideas. Danto no es infalible o incuestionable, de hecho ningún filósofo o corriente lo es. Los que hacen la pseudo filosofía son los speech makers que explican las obras conceptuales, y los artistas mismos que sostienen el valor nulo de las obras en sus ideas pueriles y nimias. Defender que algo es valido porque tiene un filósofo que lo explique es, volvemos a lo mismo, es decir que estas obras tienen una categoría religiosa porque tienen ideas que las demuestran, no hechos. La teología es como la astrología y sus horóscopos y como estas explicaciones artísticas, ideas que no tienen demostración alguna y que contra dicen a la realidad. Esto es como cuando la humanidad creía en que la Tierra era plana y la sostenían cuatro tortugas, si decías “no es así” pues a la hoguera. ¿Que sostenía a estas ideas? Un dogma. Este anti-arte es dogmático.

Avelina Lésper dijo...

Si se pueden escribir 20 libros con cuatro sloganes, ahí está la biblia que tienes unos cuantos y cientos de miles de libros alrededor de sus ideas. Danto no es infalible o incuestionable, de hecho ningún filósofo o corriente lo es. Los que hacen la pseudo filosofía son los speech makers que explican las obras conceptuales, y los artistas mismos que sostienen el valor nulo de las obras en sus ideas pueriles y nimias. Defender que algo es valido porque tiene un filósofo que lo explique es, volvemos a lo mismo, es decir que estas obras tienen una categoría religiosa porque tienen ideas que las demuestran, no hechos. La teología es como la astrología y sus horóscopos y como estas explicaciones artísticas, ideas que no tienen demostración alguna y que contra dicen a la realidad. Esto es como cuando la humanidad creía en que la Tierra era plana y la sostenían cuatro tortugas, si decías “no es así” pues a la hoguera. ¿Que sostenía a estas ideas? Un dogma. Este anti-arte es dogmático.

Avelina Lésper dijo...

Si se pueden escribir 20 libros con cuatro sloganes, ahí está la biblia que tienes unos cuantos y cientos de miles de libros alrededor de sus ideas. Danto no es infalible o incuestionable, de hecho ningún filósofo o corriente lo es. Los que hacen la pseudo filosofía son los speech makers que explican las obras conceptuales, y los artistas mismos que sostienen el valor nulo de las obras en sus ideas pueriles y nimias. Defender que algo es valido porque tiene un filósofo que lo explique es, volvemos a lo mismo, es decir que estas obras tienen una categoría religiosa porque tienen ideas que las demuestran, no hechos. La teología es como la astrología y sus horóscopos y como estas explicaciones artísticas, ideas que no tienen demostración alguna y que contra dicen a la realidad. Esto es como cuando la humanidad creía en que la Tierra era plana y la sostenían cuatro tortugas, si decías “no es así” pues a la hoguera. ¿Que sostenía a estas ideas? Un dogma. Este anti-arte es dogmático.

Avelina Lésper dijo...

Si se pueden escribir 20 libros con cuatro sloganes, ahí está la biblia que tienes unos cuantos y cientos de miles de libros alrededor de sus ideas. Danto no es infalible o incuestionable, de hecho ningún filósofo o corriente lo es. Los que hacen la pseudo filosofía son los speech makers que explican las obras conceptuales, y los artistas mismos que sostienen el valor nulo de las obras en sus ideas pueriles y nimias. Defender que algo es valido porque tiene un filósofo que lo explique es, volvemos a lo mismo, es decir que estas obras tienen una categoría religiosa porque tienen ideas que las demuestran, no hechos. La teología es como la astrología y sus horóscopos y como estas explicaciones artísticas, ideas que no tienen demostración alguna y que contra dicen a la realidad. Esto es como cuando la humanidad creía en que la Tierra era plana y la sostenían cuatro tortugas, si decías “no es así” pues a la hoguera. ¿Que sostenía a estas ideas? Un dogma. Este anti-arte es dogmático.

Avelina Lésper dijo...

Si se pueden escribir 20 libros con cuatro sloganes, ahí está la biblia que tienes unos cuantos y cientos de miles de libros alrededor de sus ideas. Danto no es infalible o incuestionable, de hecho ningún filósofo o corriente lo es. Los que hacen la pseudo filosofía son los speech makers que explican las obras conceptuales, y los artistas mismos que sostienen el valor nulo de las obras en sus ideas pueriles y nimias. Defender que algo es valido porque tiene un filósofo que lo explique es, volvemos a lo mismo, es decir que estas obras tienen una categoría religiosa porque tienen ideas que las demuestran, no hechos. La teología es como la astrología y sus horóscopos y como estas explicaciones artísticas, ideas que no tienen demostración alguna y que contra dicen a la realidad. Esto es como cuando la humanidad creía en que la Tierra era plana y la sostenían cuatro tortugas, si decías “no es así” pues a la hoguera. ¿Que sostenía a estas ideas? Un dogma. Este anti-arte es dogmático.

Rubén dijo...

Avelina, creo que te he entendido a la primera. De todas formas: lo único que me agrada un poco de toda esta reacción colectiva vuestra es que me permite discrepar sobre esa visión infantil de la Biblia como un libro hecho de cuatro eslóganes. La Biblia es mucho más (y por eso ha dado tanto que hablar), aunque esto sólo lleguen a apreciarlo los creyentes (obviamente no les culpo) y los verdaderos amantes de la literatura (es mi caso).

Lamento que a pesar de la cantidad de gente extremadamente culta que viene por aquí siempre haya quienes acaben dándose por aludidos, pero debo inistir: "La ignorancia es muy atrevida"

Boa noite.

Brasas dijo...

pues iniste, campeón!

Pillar dijo...

Desde cuando Hirst es conceptual? Ah, el conceptual, ese gran desconocido....

Por cierto, veo que tienes linkeado Arte 10. Genial!
Saludos!
Pilart

Willem dijo...

-Michaud, Y. (2007) “Pequeña etnografía del arte contemporáneo” (pp.25-56), “Hacia la estética de los tiempos del triunfo de la estética” (pp.89-139). En: El arte en estado gaseoso. México, FCE.

- Eco, Umberto (1983). “Dos hipótesis sobre la muerte del arte”, en “La definición del arte”. Barcelona, Ediciones Martínez Roca.

Formaggio, Dino (1992). “Las Lecciones de Estética: Muerte y recomienzo de la artisticidad en el arte”, en “La “muerte de arte” y la estética”. México, Editorial Grijalbo.

Revisa estos, dudo que los tres autores tengan la mala suerte de haber sido desprestigiados por wikipedia.

Anxo Varela dijo...

Willem, gracias por los textos, aunque no entiendo la referencia a la Wikipedia ¿es por el artículo sobre el agua magnética?

Los argumentos contra la magnetización permanente del agua son claros y empiezan por el propio estado líquido del agua líquida, cosa que impide totalmente una ordenación permanente de sus moléculas como ocurre en los metales ferromagnéticos.

Los argumentos contra la posibilidad de un arte no formal (conceptual) son muchos, para mí y para muchos es también una cuestión clara. Sólo que en la estética -que NO es una ciencia- no existe algo como la falsabilidad científica, que haga posible comprobar clara y evidentemente qué teorías son mejores que otras. Y evidentemente, a estas alturas de la Historia no vamos a utilizar el Argumento de Autoridad, ¿no?