miércoles, 24 de junio de 2009

Una reflexión de Carmen, dos citas famosas y tres maneras de ser cobarde

http://www.miguelservet.org/iconografia/1840.jpgCarmen Martín, mi mujer, acaba de publicar en su blog una interesante reflexión, que comparto totalmente. Para comentar esta reflexión, traeré aquí dos citas, una ahora y otra al final:

Una frase de Mark Twain dice:
"Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa."


Es cierto. Indefectiblemente, los emprendedores encuentran frente a ellos la resistencia de los cobardes, que con las más variadas justificaciones impiden el discurrir de los avances, el triunfo de lo racional frente al conservadurismo, esa costumbre de alguna gente de seguir con resignación las costumbres establecidas.
  • Una de las formas más habituales de disfrazar la cobardía es la moderación. Esa moderación que se quiere imponer a quien denuncia un abuso, a quien quiere subvertir la injusticia. En el pasado a estos "moderados" se les llamó pusilánimes o colaboracionistas, incluso traidores, pero hoy estos términos no son políticamente correctos. El moderado se inhibe, no toma partido entre la bondad y la maldad.
  • Otra manera, muy parecida, de disfrazar la cobardía es la equidistancia. La postura del que pretende que maldad y bondad, burripia e inteligencia son iguales y deben respetarse igualmente. En realidad, como ya he explicado en un post anterior, esta equidistancia es ficticia: quien no se opone a la maldad pasa a engrosar sus filas, quien tolera la burripia se añade al bando de los que dicen y hacen burradas. El equidistante aplaude, acepta por igual bondad y maldad.
  • Pero quizá la manera más "contemporánea" de disfrazar la cobardía, de no enfrentarse a los cambios es el cinismo. Cinismo que con el de Diógenes, todo sea dicho, sólo comparte el nombre. Los modernos cínicos son los que se ríen del emprendedor, del que sueña y cree en el cambio. Es una postura tan cobarde como las otras, tan temerosa del cambio como las otras, pero que intenta disfrazarse de inteligente, como si ese "todo me da igual" fuese una postura valiente. En realidad el cínico es un equidistante más, también supone que maldad y bondad son iguales, sólo que en lugar de aprobar las dos posturas critica a ambas. A mí, personalmente, es la manera de cobardía que me resulta más repulsiva. Porque tanto el moderado como el equidistante no son conscientes de los problemas reales, no se han parado a ver los efectos de no luchar contra el mal. Pero el cínico sabe perfectamente las consecuencias de su postura, y aún así la mantiene. Es gente mala, y orgullosa de serlo. No hay nada que me resulte más repugnante que ese reírse de lo honrado, lo sincero y hasta cándido en su bondad.
Prefiero, sin duda, a quien toma claramente una posición. El que defiende el mal al menos es claro. Se aferra a una postura y la defiende.

Como decía Albert Einstein,
"El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad."

La maldad, pues, se sirve de la cobardía, de la inacción de los demás para imponerse, para rechazar los cambios progresivos hacia la racionalidad y el bien común. Y moderados, equidistantes y cínicos son unos aliados valiosísimos para que el mal llegue a imponerse. Los tres tipos de cobardes extienden el conformismo y el derrotismo, la idea estúpida de que cualquier esfuerzo en la buena dirección es inútil.








16 comentarios:

escosura dijo...

Estimado Anxova:
Sin embargo, en mi opinión, una de las mejores herramientas de la que disponeis, es el estupendo texto de Artur Vives; un escrito que va desmadejando cada argumento justificante del arte conceptual, para luego desmontarlo. Y además en un tono muy moderado, que acentúa, aunque pueda parecer paradójico,la consistencia de lo aseverado.

Anxo Varela dijo...

En efecto, la moderación es una virtud, en mi texto hablo de una perversión de su significado: en realidad aquí me refiero a los apocados, temerosos, que suelen presumir de (y presentarse como) "moderados".

El texto de Artur es un texto formal, que utiliza con propiedad el lenguaje filosófico. Creo que ese es su valor principal, lo que lo hace tan raro, valioso.

Saludos.

José Luis dijo...

Hola,

Tu falta de humanidad y de comprensión hacia los sentimientos y pensamientos de los demás me producen un rechazo visceral absoluto.

Saludos.

PD: ¿te parece que he adoptado una postura suficientemente clara?

PDD: no me pidas que lo argumente a través del diálogo, es, como ya te dije una reacción visceral, aq plenamente asumida.

Anxo Varela dijo...

Bueno, qué se le va a hacer. No es obligatorio caerse bien ni entender a los demás. Ni en mi caso ni tampoco... en el tuyo, como es evidente.

Carmen Martin dijo...

José Luis, estás en todo tu derecho a que te caiga tan mal Anxo, pero decir eso sin explicar a qué viene, es igual que si yo te llamo a ti "gordo seboso" sin haberte conocido más que a través de tus comentarios escritos en Internet.
¡Cuánto resentimiento en esos insultos! Sin más.
Además creo que lo único que Anxo hace en su blog es opinar, no obliga a nadie a que opine igual que él, y mucho menos a que lo lean.

dijo...

Anxo,no le hagas caso a Jose Luis Pardignas.

Una postura clara y sincera es siempre la mejor, y tu lo demuestras con tus textos,
saludos.
D.

Anxo Varela dijo...

xDDDDD

Gracias ;)

Anxo Varela dijo...

En un texto posterior podríamos comentar cuántas veces, y por mucho que se rechacen conscientemente, las actitudes cobardes aflorarán hasta en el mismísimo Juan sin Miedo. Errar es humano, y la debilidad nos afecta a todos en algún momento de la vida. Pero lo importante, creo, es ser consciente de ello, para, de ese modo, poder sobreponerse a las debilidades y actuar correctamente.

Santiago Mansilla dijo...

Que tal Anxo, me ha gustado mucho este texto. Esperaba luego de leerlo encontrarme con más comentarios.
Acá en Argentina tenemos a un ex-militar (ex-golpista) y ahora político que ha dicho "la duda es la jactancia de los intelectuales".
La frase no deja de ser inquietante sabiendo de quién proviene, aunque exprese los valores del valor, valga la redundancia.
Tengo que admitir, sin embargo, que soy un gran admirador de la gente valiente, entusiasta y que tiene convicciones positivas. A veces pienso que es ya una cuestión de fe, una especie de fe atea.
Creo que los moderados somos los ingenuos del mundo que hemos sufrido el desencanto.

Anxo Varela dijo...

Quizá debería haber introducido el texto con alguna de las situaciones que pueden dar lugar a pensar en estas cosas. En realidad tratamos tanto Carmen como yo de algo tan cotidiano como la lucha contra la mediocridad, contra la costumbre de hacer las cosas mal y a desgana en ambientes de trabajo. Yo por ejemplo, recuerdo el ambiente tan enviciado y negativo que se respiraba en el astillero de Navantia donde estuve trabajando nueve meses. Allí cosas tan simples como repartir el trabajo de manera eficiente estaban mal vistas. Y las tres posturas de la cobardía se daban por igual. También recuerdo el ambiente en la Facultad de Bellas Artes, que hace poco recordé con un ex-alumno mío que justo ahora estudia BBAA en Pontevedra. Allí los alumnos pelotas se oponen al impulso de todo aquel que tiene algo nuevo que decir, y tanto da que su mensaje fuese liberador para todos. Lo mismo ocurre, por ejemplo, en los entornos rurales, cuando un vecino ejerce el terror y el abuso durante años y nadie se atreve a oponerse. Es más, la mínima respuesta encuentra con frecuencia el rechazo frontal de los que también están sufriendo la mala vecindad, lo cual resulta incomprensible.

Otro tema, interesante, es ese de las convicciones ciegas, como la de vuestro ex-golpista. Esa gente odian la cultura y a los cultos, y hacen gala de su ceguera, como si actuar sin dudar fuese signo de valentía. El valiente es el que ha superado sus dudas, su miedo; no el que jamás las ha tenido.

En realidad creo que tú, con tu ácida visión del mundo -patente en tus dibujos- no eres un "moderado" en el sentido de mi texto. Como ya digo, no hablo de la virtud de la moderación, sino de la cobardía disfrazada de tolerancia, ecuanimidad o cinismo.

Un saludo cordial desde Galicia.

José Luis dijo...

Hola,

Dimo, te equivocas no soy Rubén, puedes creerme (y puedes creerme precisamente pq me da absolutamente igual que me creas). Acaso todos aquellos que no están de acuerdo con Anxo (Anxo=ángel, enviado de nuestro señor...infalible acaso?) tienen que ser Rubén?

Quieres una explicación Carmen. Te la doy. Anxo he hecho el anterior comentario por lo siguiente:

No soporto a los mesiánicos, a aquellos que creen estar tocados por el dedo de Dios, y que por él fueron elegidos para una misión. Ese tipo de gente siempre me ha parecido más unos fanáticos incapaces de comprender las debilidades humanas que seres humanos que también padecen esas debilidades.

Yo pregunto ¿Que derecho te asiste para llamar cobardes a los moderados? ¿Quien te crees que eres? Cuanto daño hacen los "valientes", aquellos que van por la vida defendiendo nobles causas cortando cabezas a diestro y siniestro, sin pararse a pensar que esas cabezas pertenecen a un cuerpo, son parte de una vida, que tienen sentimientos, deseos o pensamientos.

Y por otra parte tu mismo has sido cobarde intelectualmente hablando, en mas de una ocasión, aquí mismo, en este sacro santo lugar de peregrinación. Sí, lo fuiste cuando te pidieron que opinaras sobre la cúpula de Barceló y soltastes un "bueno es que sin ver la obra no se puede opinar", acaso no es eso cobardía intelectual. O es que basar tu opinión en unas fotos hubiera sido tan "pecaminoso".

La cuestión Anxo es que quien no comprende y perdona las debilidades humanas tiene, en mi opinión, bien poco de humano, además de una absoluta falta de experiencia de la vida, y de una escasa sensibilidad para sintonizar con sus congeneres.

Saludos.

PD: tal vez mi opinión sea excesivamente dura....siendo así te pido disculpas por si te hace sentir mal, pero a veces como diría un verdadero valiente (cosa que yo jamás he sido), la verdad duele.

Anxo Varela dijo...

Mira, José Luis, yo creo que la educación es muy importante, y en tu caso ha faltado.

Creo que confundes valentía con fanatismo, y con atolondramiento. El que ya ha explicado que todo el mundo tiene sus momentos de debilidad y hasta cobardía ya he sido yo hace unos días. La prudencia es una virtud, como lo es la tolerancia o la moderación.

Pero si has entendido mi texto -que creo que no- verías que en realidad no hablo de moderados, sino de falsos moderados, los que dicen serlo cuando en realidad es que no son capaces de mojarse frente a los abusos.

Me parece que tú has sido atolondrado, me has juzgado atolondrada e injustamente, de forma "visceral", tomándome como paladín de no sé qué causa, como líder mesiánico, cuando tales cosas a mí me parecen tanto o más repugnantes que a ti.

Contrariamente a lo que te pueda parecer soy una persona sumamente reflexiva, salvo en el momento de hacer arte, como es lógico. Mi análisis sobre los tres tipos de cobardía (que podríamos especificar como cobardía social) es absolutamente racional, basado en experiencias como las que le he narrado a Dibujador.

Pensaba que tales cosas estaban suficientemente aclaradas.

José Luis dijo...

Hola,

Pues fíjate que no, que no estoy de acuerdo. Nunca he sido mal educado. Estás seguro de no confundir mala educación, con emitir opiniones contrarias a las tuyas. O si no al menos dime donde te parece que he sido mal educado (si hasta pedí disculpas al final. Has leido bien?)

Mesiánico porque tu mismo has llegado a decir que sientes que tienes una "misión". Por cierto quien te ha pedido que nos salves? Yo desde luego no recuerdo no haberlo hecho. Puedo comprender y respeto que sientas la necesidad de exponer y defender apasionadamente tus ideas, pero cualquier otro planteamiento tipo "misión" no me cabe en la cabeza.

Y te aseguro que he comprendido perfectamente todo el texto (tampoco hace falta ser tan listo para entenderlo por otra parte) y por supuesto me reafirmo en todo lo dicho. Pero no te preocupes me voy con mi "mala educación" a otra parte y no molestaré más a los paladines del Buen Gusto y la Verdad SacroSanta

Saludos (por cierto dicen por ahí que decir hola y hasta luego es de buena educación)

Anxo Varela dijo...

No existe relación en creer que uno tiene una misión -muchísima gente cree tener alguna misión, importante o no, como motivación vital, cosa que no me parece criticable en absoluto- y ser mesiánico. Porque MESIÁNICO viene de MESÍAS, no de MISIÓN. Yo no soy ni me considero un Mesías, ni un redentor, ni nada de eso. Creo que esas obsesiones que me imputas no me pertenecen, no provienen de mí, sino de ti.

Y perdona, aunque digas "hola" y "hasta luego" me parece que tu respuesta no es muy agradable. Una cosa es no estar de acuerdo con alguien y otra espetarle a uno en su propia casa:
"Hola,

Tu falta de humanidad y de comprensión hacia los sentimientos y pensamientos de los demás me producen un rechazo visceral absoluto.

Saludos.

PD: ¿te parece que he adoptado una postura suficientemente clara?

PDD: no me pidas que lo argumente a través del diálogo, es, como ya te dije una reacción visceral, aq plenamente asumida."

Creo que cualquiera al que le entre alguien "muy educado" diciendo cosas así, en su casa, lo largaría en seguida. Me dices que me falta humanidad, que me falta comprensión a los sentimientos y pensamientos de los demás, y esperas que me parezca bien. Luego recalcas con "¿te parece que he adoptado una postura suficientemente clara?" y "no me pidas que lo argumente a través del diálogo, es, como ya te dije una reacción visceral, aq plenamente asumida.", con lo que rechazas toda réplica, incluso aunque sea para aclarar posibles malos entendidos. Pues, creo que has sido suficientemente mal educado, aunque me saludes con reverencias o haciendo el pino-puente. Pero en fin, como se suele decir, "tú te lo guisas y tú te lo comes", me parece que está de más que intervenga yo, tienes desde el principio muy claro lo que has pensado sobre mí y también muy claro que no piensas cambiar de idea. Pues vale, pues bueno, pues muy bien.

Carmen Martin dijo...

José Luis, pues sigo pensando que se trata simplemente de tener o no simpatía por alguien o por su manera de contar.

Yo creo que la definición que haces de "valiente" es un tanto exagerada. Los valientes, al menos los que yo admiro, no van cortando cabezas para defender causas nobles, más bien luchan para que no se corten cabezas, ni la suya propia.

Emanuel dijo...

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