De nuevo, como hace dos años, estoy leyendo a Arnheim tras leer varias cosas de Gombrich. Me está costando un poco, de nuevo, adaptarme a la rudeza de Arnheim tras disfrutar como un enano con Gombrich. Con decir que en "Arte e Ilusión" a veces repetía, pese a las prisas, un párrafo "a cámara lenta" por simple placer...
"Arte y Percepción Visual" aspira a ser un manual imprescindible en el estudio del artista, y terminar tan destrozado y lleno de manchas como aquellos manuales de Le Brun que llegaban a estar rotos de tanto usarse. Pero mi libro azul no está ni la mitad de gastado que el ejemplar que tengo entre manos de "Arte e Ilusión" de Gombrich o el "Nuevo Dibujar con el lado derecho del cerebro" de Betty Edwards.
Arnheim me produce sentimientos encontrados. Por una parte admiro su rigor científico cuando habla, por ejemplo, de las fuerzas presentes en un cuadrado con un círculo descentrado sin lanzarse a elucubrar. Las primeras páginas de este libro siguen intrigándome como la primera vez, aunque ya sé la respuesta que Arnheim va a dar. Pero por otra parte, cuando Arnheim hace digresiones, cuando deja volar su imaginación invadiendo campos ajenos para encontrar las explicaciones que su campo no le da, casi siempre me decepciona (al contrario que el bueno de Ernst) porque llega sólo a los tópicos, a ilusionadas simplezas que llevan a hacer cosas como venerar el triángulo amarillo de Kandinsky.
No obstante contiene valiosas reflexiones sobre la percepción que en gran medida coinciden con las observaciones de Gombrich, confirmándolas.
Pero en general, "Arte y Percepción Visual" se me hace un libro pesado, y más después de releer con auténtico deleite "Arte e Ilusión". Para mí le sobra mucho de digresión gratuita, si Anheim se limitara a las partes más técnicas, las que tratan sobre psicología de la percepción y los comentarios que apoyan sus observaciones el libro sería mucho más ameno y fácil de entender.
Ayer mismo, en el primer capítulo de esta obra, dedicado al equilibrio, leí esta frase: "La danza moderna se ha embarcado en un interesante conflicto al subrayar el peso del cuerpo humano, que el ballet clásico pretendía negar, y al mismo tiempo seguir la tendencia general de paso de la pantomima realista a la abstracción." (pág. 45, "Arte y percepción visual", Rudolf Arnheim, Ed, Alianza Forma, 1999 (16ª reimpresión), ISBN 84-206-7003-0
Yo aún sigo intentando entender esta frase, y más en concreto qué es la "pantomima realista" y por qué es algo enfrentado a la abstracción. Puede que esta falta de claridad sea culpa de la traducción, en la que inevitablemente se pierden matices. Pero en fin, son varias las cosas que he tenido que leer sin enterarme de nada o en otros casos sintiendo que no me convencen.
No obstante, al leer este libro poco a poco voy acostumbrándome a establecer un "filtro" y eliminar lo que me resulta puro "ruido", lo que sólo me distrae del meollo de la cuestión sin aportar interesantes revelaciones. De este modo, al final me resultará, de nuevo, una lectura provechosa. Aunque eso sí, agotadora.
"Arte y Percepción Visual" aspira a ser un manual imprescindible en el estudio del artista, y terminar tan destrozado y lleno de manchas como aquellos manuales de Le Brun que llegaban a estar rotos de tanto usarse. Pero mi libro azul no está ni la mitad de gastado que el ejemplar que tengo entre manos de "Arte e Ilusión" de Gombrich o el "Nuevo Dibujar con el lado derecho del cerebro" de Betty Edwards.
Arnheim me produce sentimientos encontrados. Por una parte admiro su rigor científico cuando habla, por ejemplo, de las fuerzas presentes en un cuadrado con un círculo descentrado sin lanzarse a elucubrar. Las primeras páginas de este libro siguen intrigándome como la primera vez, aunque ya sé la respuesta que Arnheim va a dar. Pero por otra parte, cuando Arnheim hace digresiones, cuando deja volar su imaginación invadiendo campos ajenos para encontrar las explicaciones que su campo no le da, casi siempre me decepciona (al contrario que el bueno de Ernst) porque llega sólo a los tópicos, a ilusionadas simplezas que llevan a hacer cosas como venerar el triángulo amarillo de Kandinsky.
No obstante contiene valiosas reflexiones sobre la percepción que en gran medida coinciden con las observaciones de Gombrich, confirmándolas.
Pero en general, "Arte y Percepción Visual" se me hace un libro pesado, y más después de releer con auténtico deleite "Arte e Ilusión". Para mí le sobra mucho de digresión gratuita, si Anheim se limitara a las partes más técnicas, las que tratan sobre psicología de la percepción y los comentarios que apoyan sus observaciones el libro sería mucho más ameno y fácil de entender.
Ayer mismo, en el primer capítulo de esta obra, dedicado al equilibrio, leí esta frase: "La danza moderna se ha embarcado en un interesante conflicto al subrayar el peso del cuerpo humano, que el ballet clásico pretendía negar, y al mismo tiempo seguir la tendencia general de paso de la pantomima realista a la abstracción." (pág. 45, "Arte y percepción visual", Rudolf Arnheim, Ed, Alianza Forma, 1999 (16ª reimpresión), ISBN 84-206-7003-0
Yo aún sigo intentando entender esta frase, y más en concreto qué es la "pantomima realista" y por qué es algo enfrentado a la abstracción. Puede que esta falta de claridad sea culpa de la traducción, en la que inevitablemente se pierden matices. Pero en fin, son varias las cosas que he tenido que leer sin enterarme de nada o en otros casos sintiendo que no me convencen.
No obstante, al leer este libro poco a poco voy acostumbrándome a establecer un "filtro" y eliminar lo que me resulta puro "ruido", lo que sólo me distrae del meollo de la cuestión sin aportar interesantes revelaciones. De este modo, al final me resultará, de nuevo, una lectura provechosa. Aunque eso sí, agotadora.
1 comentario:
Me ha gustado tu blog, muchas gracias,
Simplemente añadir unas reflexiones sobre Gombrich:
http://josearnedo.blogspot.com/search/label/Gombrich
"El arte, como imagen visual, no es comunicación".
Publicar un comentario