En mis tiempos de estudiante colaboré activamente con la revista de la ACME, totalmente proscrita y clandestina, y hoy aporto mi granito de arena con este humilde blog.
Toda ayuda es bienvenida. Mi mujer, ya en la facultad, tomó la decisión, contra la engañifa, de trabajar como una bestia. Eso ahuyenta bastante a los moscones, amigos del vagueo y la subvención, y les hace mucha pupa. Creo que es, al fin y al cabo, lo más útil para luchar contra la impostura en general.
Pero por la razón que sea, otros, como mi amigo Mariano Casas, o yo mismo, necesitamos antes hacer una toma de posición y construcción teórica, que contestase los argumentos del anti-arte. Para vencer era necesario convencer. Aunque realmente, para nosotros, es triste tener que esforzarnos en teorizar, en denunciar los engaños en vez de dedicar todo el tiempo a nuestra carrera artística. Pero no nos queda otra, no podemos esperar a que los expertos denuncien una situación que aunque afecta a toda la Sociedad, es a nosotros, los artistas, a quienes más daño hace.
Desde el primer momento en nuestro grupo de "rebeldes" en Pontevedra, encontramos apoyos en filósofos, artistas actuales, artistas del pasado y gente corriente que opinaba lo mismo que nosotros.
Si hay un símbolo, una referencia conocida por todos y que ilustra a la perfección todo lo que está pasando en el mundo del arte, y en otros aspectos de nuestra sociedad neoliberal y capitalista furibunda, es lo narrado magistralmente por Hans Christian Andersen en su famoso cuento
"El traje nuevo del emperador"
En el enlace tenéis el cuento completo.
Este cuentito infantil deja al descubierto todos los ingredientes del engaño que encierra el mal llamado arte moderno o contemporáneo, al que nosotros preferiríamos llamar arte oficial, pero que para distinguirlo del arte propiamente dicho denominamos, como hacía Duchamp, anti-arte.
En el cuento, los timadores que venden la tela inexistente dicen que es una tela mágica: los que no son adecuados para su cargo o estúpidos creen que no hay nada.
Lo curioso es que con el anti-arte pasa lo mismo: los que no son cultos o no abren su mente no pueden ver qué tiene de artístico una sala vacía, una lata llena de caca, o matar un perro.
Yo debo ser muy inculto y muy cerrado mentalmente porque tampoco lo veo.
Aunque aparentemente lo sencillo es aceptar que el anti-arte es arte, tal y como nos dicen, los hay que por más que nos esforcemos no conseguimos ver arte en él. No somos capaces de aceptar alegremente que el arte actual, como nos dicen las revistas especializadas, es el de esas "cosas" y no lo que nosotros pintamos. No somos capaces de comprender qué tienen en común los autorretratos de Rembrandt o las mujeres desnudas de Modigliani con unas bolsas llenas de periódicos o una foto de hace 50 años con las caras manchadas de rojo.
En este punto, cuando ya estoy a punto de abandonar, porque me empiezo a considerar zafio e inculto, pienso en el cuento de Andersen y me reconforto. Luego, ya más tranquilo, recuerdo la famosa frase de Abraham Lincoln:
“Se puede engañar a una parte de la gente todo el tiempo; se puede engañar a toda la gente una parte del tiempo, pero no se puede engañar a toda la gente todo el tiempo”.
El arte siempre ha sido un pasatiempo para aristócratas, pues sólo las clases altas podían pagar los servicios de los artistas. Como decía una frase anónima, "el arte tiene amantes pobres y maridos ricos". Pero antiguamente el pueblo admiraba a los grandes artistas. Había un mínimo de calidad, un interés de la élite por conseguir lo mejor, lo más exquisito. Esto lo explica muy bien Mariano Casas en su blog.
Con la llegada del arte contemporáneo, prácticamente desde que empezó a utilizarse el término, es decir, desde el siglo XVIII y el XIX, el arte empezó a ser entendido cada vez por menos gente. La aparición sucesiva del Romanticismo, del Realismo, del Impresionismo y finalmente las Vanguardias Históricas, fue distanciando al arte del público, que cada vez entendía menos lo que se le presentaba. El arte que se fue perfilando como el actual anti-arte en una lenta evolución desde posturas de revival vanguardista, acrecentó la brecha entre público y artistas hasta puntos extremos. Un supuesto arte ultra-elitista, cuyo ejemplo más claro puede ser Damien Hirst, con obras que se valoran en millones de libras, y que consisten en animales muertos y embalsamados parcialmente, calaveras cubiertas de joyas...
La supuesta rebeldía de éste y otros "chicos malos" consiste en vender cosas carísimas a la gente que las puede comprar. Lógicamente, el 99% de los mortales, quedamos fuera de su alcance.
Yo creo que los gobiernos democráticos tienden a tener unos sitemas educativos defectuosos a propósito.
Un amigo, también profesor, planteó esta idea un día, conversando, y a mí me pareció una locura, pero cada día estoy más de acuerdo con él.
En los gobiernos autoritarios la educación directamente se manipula y ya está, como la tele, los medios o todo lo que pueda tener un receptor pensante.
Las democracias no pueden hacer esto, los gobernantes y políticos no pueden usar la enseñanaza como objeto de prolongación de su poder. Así que simplemente la dejan degradarse, y que se cree una sociedad hiperconsumista, con sentido crítico ausente o tendente a cero, y en la que hacer política se limite a gestos vacíos de contenido, dirigidos a una masa carente de juicio válido, y por tanto, manipulable al 100%.
Es como una tiranía incruenta, con una clase política privilegiada, y una plebe adicta a pasar el fin de semana en grandes superficies, y cuyas únicas preocupoaciones son saber en qué equipo correrá Fernando Alonso, o si Raúl irá al mundial.
Sus preocupaciones deberían ser otras, porque de hecho es una masa social que de algún modo vive tiranizada y oprimida, pero que ni siquiera ES CONSCIENTE de ello.
Las décadas previas y posteriores a los años 50 del siglo XX son decisivas para entender como se gestó nuestro mundo actual. En esa época se extendieron dos ideologías: el socialismo y el liberalismo. El socialismo en la Europa de entonces no tenía demasiado que ver con el socialismo real de Rusia o China. Era un ideal, bastante utópico, irrealizable. Pero al menos pretendía contrarrestar la fractura social, que era ya una tendencia muy marcada.
El liberalismo, en cambio, justificaba el capitalismo como el mejor sistema, e incluso como el sistema "natural", "único" de regularse la Humanidad. En el fondo, el análisis marxista, también estaba sirviendo de apoyo a estas tesis, al hacer hincapié en los medios de producción.
Todos sabemos qué ideología venció. Hoy día, hasta los partidos socialistas europeos utilizan análisis y políticas económicas de corte liberal o neoliberal. Pertenecen a las internacionales liberales del mismo modo que sus oponentes de derechas. Y si acaso, se diferencian en un mayor peso de la política social, que principalmente les sirve para suavizar una imagen mercadotécnica excesivamente cruda.
Pues bien: en esa época, los artistas se dividían igualmente en dos tendencias: los que pretendían descartar la vanguardia como método, para hacer un arte social y expresionista, en el que entraran de nuevo los sentimientos. Se quería devolver el arte al pueblo, es decir, hacer un arte de masas.
Enfrente, estaban los que se asentaban en el método vanguardista -que tan buenos dividendos había dado a la primera generación de artistas modernos- y no se preocupaban del público sino de la élite que les daba las ganancias.
En realidad los artistas no se daban mucha cuenta de esto, para ellos era una cuestión de libertad individual, como para los empresarios el triunfo del liberalismo supone alcanzar cotas de libertad reales. Liberalismo económico -es decir, desarrollo sin cortapisas del capitalismo- y Anti-arte -desarrollo sin cortapisas de la vanguardia- han ido parejos, y se han apoyado mutuamente.
El anti-arte, aprovechando el prestigio cultural y contracultural del arte de vanguardia, se utiliza para limpiar la imagen excesivamente inhumana y maquinal del liberalismo económico.
El liberalismo se utiliza para justificar la vitalidad y la calidad del anti-arte, pues se supone que en un sistema capitalista, liberal, democrático, lo que funciona económicamente lo hace por deseo expreso del pueblo, que sabe lo que es bueno y lo pide, y no por un empeño del poder.
Pero esto no deja de ser una falacia más o menos ingeniosa. Ni el liberalismo es un sistema neutral o natural, no dirigido, ni todo lo que el sistema nos vende es real, bueno o está vivo. El sistema, a poco que lo analicemos, necesita crear en nosotros, constantemente, necesidades ficticias -por ejemplo, cambiar de móvil cada seis meses- porque se sustenta en el consumo, en el despilfarro. No puede haber nada menos natural, nada más intencionado, nada más dirigido.
Una típica polémica falaz de este estilo es la de la telebasura. Los directivos de televisión justifican la emisión de telebasura no por sus motivos reales (es mucho más barato producir programas de telebasura que cualquier otro tipo de programas) sino diciendo: "La gente es lo que pide. Los índices de audiencia lo demuestran".
Quitando que las cadenas de televisión no están obligadas a emitir siempre lo que tiene más audiencia, quitando que pueden influir notablemente en la audiencia de los programas mediante marketing, quitando que los programas de telebasura tampoco son siempre éxitos -aún recuerdo la retirada de El Bus o de Escuela de Actores- hay una razón más: la gente no puede pedir nada, ve lo que se emite. Si emites mierda, verán mierda. Yo mismo he visto alguna vez, hipnotizado, la teletienda. ¿Quién no?
Lo que está muy claro es que la élite necesita una masa manejable, y por tanto, dormida. Se cuentan miles de mentiras, a cada cual más gorda, y nadie mueve un dedo. ¿Miedo? Peor, acomodación. Como bien señaló Marcuse, la alienación está enfocada en la conciencia misma del hombre moderno, y por tanto no hay forma alguna de escapar a la coacción (de la Wikipedia). En la aséptica "V de Vendetta" se muestra una distopía que no es más que la caricatura de nuestra sociedad, y no deja de parecer ingenuo ver cómo un solo hombre consigue desbaratarla, del mismo modo que en el cuento de Andersen un niño basta para que todos se den cuenta del engaño.
Pero a pesar de todo, yo no pierdo la esperanza.
La necesidad de ser un arte para la élite, ha sido desde luego una de las claves del éxito del anti-arte. Pero ahora, eso mismo precipitará su hundimiento.
Para entender por qué lo digo, pensemos en el low-cost. Aunque la élite tiene maravillosos productos de primera línea, como Porsches, Ferraris, televisores de plasma, ropa de Armani, Manolo's, etcétera, el sistema produce productos de imitación, de segundas marcas, que tienen un precio muchísimo más bajo. De este modo la plebe mejora un grado más su bienestar paralizante, y olvida su opresión, el engaño en el que vive. Aunque sólo la plebe se lo cree, la élite sigue viéndolos como plebe. Leamos un texto de Rafael Reig (extraído de Escolar.net):
Mas no seamos pesimistas. Como siempre, ningún análisis de futuro predice todo. Por ejemplo, cuando parecía que el mundo se dividiría por siempre jamás en bloque capitalista y bloque comunista, cae el Muro de Berlín.Los ricos de verdad serán muchas cosas, pero idiotas del todo no son. Una camisa parecida a la que llevan no les va a engañar, se lo aseguro. Tienen esa cualidad tan sorprendente que Monterroso ya detectó en los enanos: se reconocen entre sí a simple vista. Para eso, han inventado la distinción, que no es más que una forma de distancia; es decir, de mantenernos a distancia a los demás.
Recuerdo haber leído en Gibbon que se discutió en el Senado romano la posibilidad de uniformar a los esclavos. Al final, decidieron que era demasiado peligroso porque si llevaban uniforme, ellos mismos se darían cuenta de cuántos eran: acabarían rebelándose. En mi opinión, eso es el low cost: no somos unos desgraciados, tenemos nuestro móvil, nuestra pantalla de plasma, muebles de Ikea y ropa de Zara. Los bancos, esos filántropos, nos ayudan a comprar una casa, un coche o un ordenador. ¿Qué más queremos? ¿De qué nos quejamos? No somos esclavos: podemos ir vestidos como los ciudadanos libres.
Ocurre que Lincoln tiene más razón que un santo. Si el engaño deja de estar en un grupo pequeño enseguida será descubierto. No se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo. El sistema ha cometido muchos errores, y por ahora más o menos ha sabido mantenerse. Pero empieza a hacer aguas. Al menos en lo cultural.
Mientras el arte contemporáneo fue arrebatado al gran público y se limitaba a un espectáculo para multimillonarios, el sistema basado en que el anti-arte es arte funcionó bien. La plebe no comprendía cómo un millonario pagaba muchocientos dólares por una lata llena de caca. Pero lo aceptaba, desde siempre se asume que los ricos son "extravagantes".
Al público en general se le mostraban los temas ya masticados, rematados. Por ejemplo, una visión heroica, edulcorada, de las Vanguardias Históricas, y se les dejaba a Picasso y a los pintores antiguos. De este modo lo de "yo es que no entiendo" funcionaba maravillosamente.
Pero ¡ay! la codicia. La codicia inconmensurable de los políticos, que inauguraban museos de Arte Contemporáneo hasta en el patio de tu casa si lo dejabas abierto de noche, la de los opinadores (gurús y expertos), la de los editores, la de las fundaciones, los bancos, y hasta de los profesores de la carrera de Bellas Artes, en un momento -los años 90- en el que el negocio iba muy bien, hizo que como decía el cuento, entre todos "matasen a la gallina de los huevos de oro".
El negocio iba tan bien, la teoría iba tan bien, los eventos tipo Bienal de Venecia y Documenta, Arco, etc, iban tan bien, la venta de libros, los programas de TV especializados... todo iba tan viento en popa que se pensó que al fin la gente corriente (la plebe) ya estaba preparada para asumir la modernidad. Ya todo el mundo podría entender el ready-made y la caca enlatada, y admirar a las señoras que semidesnudas se daban latigazos con la cabeza tapada por una capucha de raso.
Así que se preparó la versión low-cost del anti-arte, una campaña de popularización y consagración de figuras por todo lo alto. Las fundaciones como Caixa Galicia, las salas municipales, los museos de arte contemporáneo, los libros de Taschen, ya podían libremente dejar ver lo que hasta ahora estaba reservado a la élite.
Pero ocurrió lo peor. La gente, en lugar de pelearse por los productos low-cost del Gran Arte Contemporáneo, para imitar a sus ídolos de la élite -que compran por ejemplo, camas deshechas con manchas de sangre de regla- optaron por reírse. Igualito que el niño del cuento.
Y en esas estamos.
Algunos avispados empresarios, como Saatchi, se dieron cuenta y han reaccionado a tiempo, dando un giro de 180º a sus inversiones en arte. ¿Qué pasó?
Pues sencillamente, que las camas deshechas, los tiburones en formol, las salas vacías o las latas de caca no son, pese a su precio, pese a su marketing, bienes deseables, anhelados, codiciados con envidia como los Ferraris o las teles de plasma. Son -en muchos casos, literalmente, m-i-e-r-d-a. No valen nada. Un simple bluff. La élite misma había sido engañada. Y por doquier empieza a naufragar el negocio del arte contemporáneo, aunque apenas lo notemos todavía. El sacrosanto edificio teórico que lo sostenía era puro sofisma, muy aparente. Pero curiosamente, en este perfecto mundo liberal, capitalista, democrático, moderno, el arte necesita tener la misma función de siempre, que es algo más que ser comprada por la élite.
Mientras la plebe desconocía el anti-arte, los ecos de los happenings sonaban a rebeldía. Pero cuando a los mileuristas se les presentaron libros con cientos de ilustraciones de objetos horribles, espantosos, como caballos colgados del techo, que mostraban más que ingenio, caradura, el pueblo llano entendió al fin que de rebeldía, nada. Nada auténtico, nada que no hubiese sido previamente pactado, subvencionado y programado. Se rieron de los anti-artistas, de los opinadores, y de los millonetis que alguna vez pagaron algo.
Pero ¿por qué la élite no notaba el engaño? Primero porque según la ley de Lincoln, era un grupo pequeño, y es fácil mantenerlo engañado. Pero además porque la gente de la élite, que no necesita gran esfuerzo diario para mantener un buen nivel de vida, con lujo incluido, no nota fácilmente la diferencia entre lo auténtico, lo que lleva un trabajo o sinceridad detrás, de lo que es puro oportunismo aderezado con teatro.
Los bufones siempre han buscado a los ricos, no a los pobres. Porque el pobre sabe cuánto cuesta ganar mil euros, por lo que jamás tolerará que un niñato de palabra fácil, con manos impecables, sin callos en ellas, le pida cien mil euros por un frasco lleno de babas o heces.
Lo que no sabe mucha gente, y debería saber, es que a pesar de todo, están pagándole a esta gente sus pasatiempos. La mayor parte del dinero que en España se invierte en el llamado arte contemporáneo (anti-arte), es dinero público, es decir, salido de todos y cada uno de nuestros bolsillos. Subvenciones, museos, colecciones, estudios, facultades como la de Pontevedra... todo lo pagan nuestros impuestos. Y eso ya no es para reírse, sino para cabrearse.
17 comentarios:
Joder, a mi que sinceramente el "arte" desde miró palante (conjunto abierto, sin tocarle a él) me aburre hasta el sopor más insoportable, y desde el mentado hacia atrás tampoco es que me llene de un gozo orgásmico precisamente, me lo he tragado de PE a PA, sin pestañear. De echo escribo esto sin mirar porque los ojos los he puesto en remojo.
No estoy de acuerdo con el análisis económico, pero es interesante ver el mundo con los ojos de otro. En este caso alguien de la facultad de Harte.
Bueno, en lo económico tampoco es que sea un experto... a veces me cuesta llegar a fin de mes. ;-)
Asi, asi, con contundencia!!
Cuanta razón tienes, D. Anxova!!
xx
Me descubro ante todo lo que dices, Anxo...
Y sí, Folken, la economía, en el fondo (bueno, en el fondo nada...), está detrás de todo.
Evidentemente, a partir de que el arte se convierte en la posibilidad de crear objetos con valor propio, y siempre creciente, se convierte en objeto de la codicia y la especulación.
Si lo son los pisos, que tienen un valor más o menos sujeto a parámetros lógicos, ¿cómo no lo iba a ser el arte, cuyas subidas de valor dependen de oscuras circunstancias que nadie conoce?.
Todos los valores de cambio universales, el oro, el dolar, son objeto de una codicia y especulación también universal.
El arte tiene una enorme ventaja para los especuladores, y es que PUEDEN INVENTARSE su valor.
Es más, darle un presunto valor a una puta mierda es tan rentable para unos pocos como que un caballo cojo gane una carrera.
Yo creo también que una de las causas de que persista el antiarte a pesar de que lleva casi un siglo sin ser capaz de conquistar al público es precisamente su valor como objeto de especulación.
Críticos interesados, gurús, y el entorno mediático del "circuito" artístico crean de repente estrellas de la nada, como en el caso de Damien Hirst.
El gran público NO PUEDE COMPRENDER porqué este tío es un gran artista, y el artista vivo que más cara ha vendido su obra jamás...mejor, que no lo comprendan. Precisamente en ese supuesto elitismo se sustenta la única posibilidad de este tipo de arte de hacerse valorar (al menos económicamente-que es el único valor que persiguen sus creadores y afamadores-)
En la antiguedad, los artistas eran trabajadores para una élite, pero esta élite lo era por motivos económicos y sociales (reyes, nobleza)..
En estos tiempos, estos aprendices de nobles han CREADO su propia condición de elitismo por la vía rápida. Alabando y sosteniendo un tipo de arte que no es que sea elitista, es simplemente que es malo y no despierta el interés de nadie.
Ni siquiera el de ellos, que sólo ven en él algo tan aburrido como un objeto de especulación...como un piso en el que no vas a vivir y que sólo ha servido para joder la costa.
Después de leerme todo este magnífico blog, sin pestañear, incluidos los textos enlazados de Mariano y el propio cuento de Andersen, leo sobre elites, plebes, masas, pueblo, sociedad... pero hecho en falta al verdadero protagonista, el individuo.
A lo mejor yo tengo una forma muy simplista de ver las cosas: El artista o timador “X”, crea una obra de arte o una mierda en lata “Y”. Entonces, un amante del arte o un simple inculto insensible “Z”, observa a “Y”, la interioriza con pasión, con pura indiferencia, o con simple asco; y al final, “Z” decide si “Y” para él es una obra de arte o una mierda en lata, y si “X” es un artista o un cuentista.
Aunque no lo creas, conozco muchos “Z” a los que “La creación de Adán” de Miguel Ángel, les da por culo, les produce una indiferencia digna de enlatar y exponer en Arco.
Y quien sabe, habrá algunos “Z” que en determinados momentos de su vida o del mes, están más sensibles y serán capaces de emocionarse hasta con una peli de Van Damme…
Y en esa variedad de sensibilidades, habrá unos que se dediquen a la política y acaben dirigiendo ministerios o consellerías de cultura; otros que estudien bellas artes y terminen siendo profesores de bellas artes (ya se sabe lo endogámicas que son las universidades); otros tendrán una web de arte de Galicia; otros dirigirán fundaciones, museos, galerías, academias... otros, intentarán vivir del arte, otros simplemente nos daremos un paseo hasta cualquier exposición las tardes de domingo, si no llueve.
Y cada uno decidirá en su ámbito, qué hacer en cada momento, con sus obras, sus ministerios, sus clases, sus paseos dominicales y con su pasta...
¿Quién decide lo que es arte o anti-arte? ¿Tú? ¿Mariano? ¿Alberto Ruiz de Samaniego? ¿Dios? ¿Yo?... Yo decidiré si pinto o no pinto, yo decidiré si voy o no voy a una exposición, y decidiré si me gusta Picasso, Hirst, Velázquez, un culo de Anxo Varela o los “ferraganchos” de Nadales. Y mi decisión, mi sensibilidad, será mía, y podré ser sincero y consecuente con ella, o practicar la impostura por dinero, intereses políticos o simple fingimiento o gazmoñería... allá cada uno con su conciencia.
Y no sólo admito, que tú puedas tener otra sensibilidad, sino que me encanta que la gente piense, opine, valore las cosas de distinta forma que yo. Siempre y cuando, me dejen hacer y pensar lo que me salga de los webs.
La democracia tiene muchas cosas malas, lo vemos a diario, pero lo bueno de la democracia es que si crees que están malgastando tu dinero, comprando estatuas de Nadales, puedes votar a otro alcalde, y si tampoco te gustan los otros candidatos, puedes fundar tu propio partido y presentarte tú... y si tu propuesta es minoritaria y sólo te votamos Mariano Casas y yo, únete a otras propuestas minoritarias y convertiros en mayoría, y si esas otras minorías no te gustan, siempre puedes coger un tricornio, una pistola y gritar “todos al suelo”... Aunque llegados a esta última opción, lo que recomiendo antes de eso es tener un blog en Internet... En fin, ya me estoy yendo por los cerros de Úbeda.
Como conclusión, a mí la ecuación individualista de X produce Y, y Z valora a X e Y, no me disgusta del todo... A partir de esa ecuación, todo fluye y funciona como el resto: dinero, poder, sexo... las reglas del juego de siempre.
Por cierto, cuando no veo el traje del emperador, lo digo, pero si alguno lo ve o lo quiere ver o quiere hacernos creer que lo ve... y si al Emperador le gusta ponérselo... allá ellos, otro culo para pintar, un culo imperial. ;)
Un saludo y gracias por vuestros blogs.
Pues sí, eso no deja de ser cierto, Luis.
Pero la necesidad de escribir este blog, o de crear un movimiento artístico, o de protestar por los interneses es por lo que hoy dijo mi mujer, a la que admiro como artista además de como esposa. Paso a relatarlo.
Estábamos viendo el telediario de turno en un bar y salía un montonazo de gente joven -y no tan joven- en el Salón del Cómic de Madrid que se celebra parece ser ahora. Y Carmen dijo: "Parece que el cómic es más popular que la pintura".
Al final nos dimos cuenta de que lo que pasa es que no se celebran Salones de pintura. Se hace ARCO, pero como dijo mi mujer, los que organizan estas cosas no se preocupan de buscar pintores con los que hacer un salón de arte vivo.
Y es verdad. Si se hiciesen Salones de pintura con pintores que gustasen a la gente, y no con lo que se supone que tiene que gustarles, estarían llenas.
Pero puede más seguir con su negociete, en el que casi todos los forofos del anti-arte tienen intereses directos.
Los Stuckist han llegado a la misma solución que nosotros: organizar ellos mismos las exposiciones, los Salones y alquilar locales para exponer. Ellos celebran -con bastante humor, por cierto- la Stuckomenta, como réplica a la Documenta de Kassel.
Uno a uno, creo que tienes toda la razón con lo de X, Y, Z. Pero en conjunto también se puede hacer nuestro análisis. Es el típico asunto filosófico de los Universales y los Particulares, o dicho más en romance, el problema de generalizar.
De todos modos, quizá por el poso platónico que en el fondo reside en cualquier cabeza de artista, creo que sí existe un arte y un anti-arte, aunque el profano pueda desconocer ambas cosas. El arte busca la belleza por la forma -aunque no necesariamente los temas agradables o la armonía- y el anti-arte busca transmitir una idea de la forma más impersonal (y fea, añadiría yo) posible, y siempre a ser posible con el mínimo trabajo físico.
El artista, si visita un taller de grabado, por ejemplo, suele salir deseando haberse manchado las manos haciendo algo. El anti-artista suele salir quejándose de lo mal que olía allí.
Un cuadro de Balthus es arte. Una vaca muerta partida por la mitad es anti-arte.
A mí personalmente me importa una mierda que haya gente que disfrute enlatando, comprando o comiendo ídem. Pero a los que hacen eso les molesta profundamente que algunos queramos "seguir" pintando, "porque ya está superado". Y pregunto yo ¿por qué está superada la pintura? ¿por la mierda? Pues yo al menos tengo al arte por algo más digno.
Señor Anxova: Desde que Don Mariano le "lee el pensamiento" -(ya no sabemos si se lo lee o se lo dicta)- el tono "conspiranoico" se está agudizando, hasta el punto que se echa de menos la cordura del señor Anónimo xx (en su faceta ponderada, no en la de los plomos fundidos). Como el Arte actualmente de moda no les gusta parece que se van ustedes calentando y acaban poniendo en tela de juicio el liberalismo, el sistema político, el económico, los centros comerciales, ...qué se yo, la sociedad de consumo...
Báh! ...Criticar es relativamente fácil; lo difícil es DISCURRIR una alternativa mejor (y no digamos ya REALIZARLA). Quedarnos en la mera "crítica contra el sistema" es hacer el adolescente -en el peor sentido-.
Por eso, aunque soso, veo más correcto el planteamiento de Don Luis: La sociedad está hecha de individuos. ¡¡Eso es!! Usted produce pinturas y dibujos, preferiblemente culos y algunos muy atractivos. Otros individuos -con o sin callos en las manos- producen un tipo de obra que a usted no le gusta. Con el abundante tiempo e inteligencia que su pintura le deja libre, usted critica a esos otros artistas y productos. El problema es que criticar el producto de otro vendedor no hace que tu producto sea realmente mejor, ni es un acto en sí muy conveniente. (De hecho tiende a ser visto por el público como un antiestético afán de ser en cierto modo "juez y parte", y por eso la mayoría de los artistas que aspiran a vender se lo piensan tantísimo antes de hablar o escribir o criticar públicamente). En anteriores polémicas ya quedó claro que da igual, a usted le gusta elaborar y publicar sus opiniones, y no tiene porqué renunciar a ese placer. No obstante, muchas de las críticas que hace son un poco inconsistentes, y precisamente por éso: ¡Porque estamos en una SOCIEDAD DE CONSUMO!: Gracias a ella yo puedo por ejemplo descubrir en tiendas o bibliotecas la música de Gesualdo y enamorarme de ella, pero hay millones de personas que están en su derecho de preferír a Bustamante o a los Rolling, y yo no creo que por eso necesariamente sean más estúpidos ni estén más engañados que yo. Quiero decir que son PRODUCTOS netamente distintos, de la misma manera que ARCO y el Prado; cada indivíduo decide a su gusto, y dudo mucho que haya un gusto más legítimo que otro. ¿Que Saatchi ahora se vuelca en la figuración? Pues descuide, que quien quiera comprar cuadros abstractos también va a seguir teniendo galerías y pintores a montones donde escoger. Y me parece muy bien; la decoración no hace daño a nadie.
-TEMA "NO CON MI DINERO": En la Edad Media no sé cómo era, pero hoy en día está claro que el estado y los gestores culturales subvencionan lo que está más de moda en cada momento. Si usted quiere subvenciones pues trepe, haga Arte de moda,... y si no está dispuesto a hacer ese esfuerzo -porque al fin y al cabo está claro que es un esfuerzo- ¿de qué se queja entonces? -((Es como la gente que dice "Qué morro los funcionarios, trabajo fijo, sólo de mañana, y no dan ni palo"... Bien, pues esa gente en vez de llorar que se dedique a OPOSITAR, si es que tan claro lo ve!))- El por dónde van los tiros de la subvención creo que efectivamente está comenzando a cambiar, pero me temo que no en dirección a sus culos, sino hacia el llamado "media art", arte digital, netart, "hacktivismo cultural" ...y demás jerga -en ocasiones un poco pedante- con la que podemos disfrutar por ejemplo aquí: http://www.aminima.net/
Por eso la última Bienal de Sao Paulo es prácticamente un congreso mundial de empollones: No hacen falta cuadritos cuando hay tantísimos temas sociales candentes de importancia mundial sobre los que elucubrar (algunos como el activismo ancap y la lucha de clases, la crítica de los medios-basura, la pugna socialismo/liberalismo,... parecen ser también de su interés. ¡Quién sabe, quizás la siguiente Bienal de Sao Paulo nos la cuente usted mismo desde allí!).
Otra modalidad de feria que tiene un potencial y un futuro innegable son los "Freak Shows", para que las manadas de gañanes tengan una especie de ARCO anual a donde ir a sorprenderse con los cadáveres plastinados del Doctor Muerte, performers en bolas y tiburones en formol -(no menos interesantes que los bichos del Museo da Natureza, dicho sea de paso)- Aquí nuevamente el problema no es si las piezas son arte, anti-arte o ready made; de lo que se trata es de pasar una tarde entretenido con la moza o los amigos viendo rarezas -(cuanto más raras y más distintas sean de las del año pasado, mejor)-. Se trata de un espectáculo completamente distinto a deleitarse con lo bien que pinta Fulano o Mengano. ¿Qué; se propone usted combatirlo y extirparlo? ¿No comprende que el PRODUCTO que esa masa de gente quiere ver, y el que usted quiere producir y mostrar, son dos cosas DISTINTAS? Si a mí lo que me apetece es una empanada de zorza y usted lo que vende son manzanas ...¿qué importa el concepto de alimento "sano" o "anti-sano" que tenga usted en su mente?
Por cierto, me quedo con la duda de cómo sería su pintura si encontrase usted la manera de volcar en ella el mismo esfuerzo de elaboración intelectual que pone en sus escritos; (y no hablo de hacer conceptualadas sino pintura figurativa pero de narrativa un poco más compleja, y quizás un poco más diferente de la de Carmen).
Saludos
Brasas, antes de nada, bienvuelto, o sea bienvenido de vuelta.
Es evidente que existe lo que tú y Luis decís. En nuestra sociedad de consumo existe la posibilidad de elegir. Y ya digo. Me importa bastante poco en qué se gaste la gente sus dineros.
Los freak-shows son plato de mi gusto. Como tanta gente, me gusta de vez en cuando visitar la galería de los monstruos y ver desde tiburones en alcohol del del Museo da Natureza, que he dibujado no pocas veces, hasta, por qué no, una performance con sus buenas tipas en porretas.
Pero lo que no me gusta, y lo que está en la base de mi conspiración junto a Mariano, es que se nos deje fuera del mercado por no hacer rarezas. La pintura, el dibujo, el grabado, y todas estas "artesanías" (si eres quien pienso recordarás que así calificaban al arte "normal", "de toda la vida" los profes de Pontevedra) se dejan fuera, hoy día, de lo que se da a los individuos como opciones dentro del mercado.
Y francamente, creo que el arte en su concepción tradicional -para mí la eterna, la verdadera- sí tiene su lugar, tanto en el mercado -los pintores vivos que a mí me gustan venden bastante bien- como en la vida de las personas una a una. No de todas, evidentemente, siempre ha habido "Z" o individuos refractarios al arte, pero creo que es una necesidad en nuestra sociedad, que la oficialidad no está brindándonos más que a cuentagotas, y siempre como hecho excepcional, como rareza.
En un post anterior "Artistas al margen de su tiempo" traté ese tema, de cómo la oficialidad nos hace creer que la pintura hace mucho que ha muerto y sobreviven raros tipos "fuera de su tiempo" que aún no se han enterado, como el típico japonés en una isla abandonada, que cree que sigue en plena Guerra Mundial.
Como todos los artistas contracorriente de cualquier época, en realidad lo que quiero es mi parcelita de negocio, y juntándonos Mariano y yo unimos fuerzas para hacerle sitio a nuestro producto. No lo niego. No me voy a poner, a estas alturas de la vida, en plan salvador del mundo, como si hubiese bebido unos cuantos whiskys.
Efectivamente, estas sesiones de sesuda verdulería me llevan mucho tiempo y esfuerzo. Ya hace tres horas que debería estar acostado... Pero si me sale bien la cosa pronto podré espaciarlas cada vez más, y aplicarme en lo que tengo más ganas de hacer. Para mí, realmente, es una necesidad. Necesito poner en claro mis ideas, y definir todo en mi mente, antes de lanzarme a hacer lo mío. Y ahora tengo tiempo para hacerlo, por vez primera.
En realidad Carmen es más como Miguel Ángel, y yo, Miguel-Anxo, soy más como Leonardo. Tengo demasiada curiosidad por todas las cosas, y sólo cuando las agoto puedo descartarlas. Como Leonardo, que necesitaba estudiar en directo la anatomía del caballo antes de hacer un bocetito para una estatua ecuestre, yo necesito diseccionar el arte actual, y su posición en la historia y en la sociedad para poder meterme de lleno en él.
Pero le prometo -y a xx, al que pienso apabullar- que valdrá la pena.
De hecho, aunque lógicamente Carmen me influye mucho, pues vivo con ella y veo toda su producción antes que nadie, somos increíblemente diferentes. No sé si eso es una ventaja o un inconveniente para la vida conyugal, pero artísticamente somos polos opuestos. Y creo -sé- que cada vez se va a notar más. De hecho estoy de nuevo dibujando todos los días, y el entrenamiento de estos y otros escritos, aunque no lo parezca, me está ayudando a ir más a lo que quiero, a no perder tiempo "divagando" en cada dibujo, en cada cuadro.
Me alegro de saludarte otra vez.
Luis, dices en tu intervención "¿quien decide lo que es arte...tú, yo, Samaniego?"...ahí está el problema, que Samaniego SÍ lo decide (y tú y yo lo pagamos).
Alguien tendrá que decidir, por supuesto, los artistas que representan a un país en un gran evento de este tipo. Y está claro que siempre estará expuesto a lleverse las hostias.
Pero el problema radica en que en estos grandes eventos de arte OFICIAL nunca hay pintura, ésta es algo que para los eventos oficiales no existe.
No estoy del todo de acuerdo con Brasas cuando dice que el arte subvencionado es el que está de moda y si quieres subvenciones "tienes que trepar"..
¿PORQUÉ?..Las subvenciones al arte deben ser para quien crea, no para quien "trepa", y o son para todos o para ninguno.
No debemos partir de la base de que todo lo que impregna el dinero público está o debe estar corrupto por sistema...entonces, mucho mejor que no haya dinero público, porque este no se debe detinar a sostener modas. No se subvencionan los desfiles de moda con dinero del ciudadano, tampoco se debe hacer con el arte "de moda" (que por otro lado, no está ni nuca estuvo realmente de moda).
Sí éstoy de acuerdo contigo, Brasas, cuando dices que hay como propuestas distintas, y que está claro que una cosa son las exposiciones de pintura, otra las bienales de "arte moderno" y otra los freak shows tipo lo del tiburón cortado y cosas así.
El problema es que de todas estas propuestas, que se han adherido al nombre de arte (en su derecho están aunque yo no las considero como tal, y también estoy en mi derecho), la pintura es la única que no goza del beneplácito oficial, y que no ocupa museos de arte contemporáneo ni grandes eventos o espacios públicos.
A mi me gustaría que la pintura ocupase esos espacios (o mejor dicho, los recuperase), sin para ello tener que trepar ni buscar subterfugios como si esto fuera clamar por un derecho que no me correspondiese (a mí o a cualquier pintor).
No me importa en absoluto que haya otro tiupo de peopuestas, es más, lo considero NECESARIO en todos los aspectos..Pero ahora, en el circuito del arte NO ESTÁN TODAS LAS PROPUESTAS, falta la pintura.
Creo que está bien claro que yo, y creo que Anxo también (no estamos de acuerdo en todo, Brasas, discutimos mucho incluso sobre esto) no queremos monopolizar nada, sino que nada se monopolice CONTRA lo que hacemos..¿tran dificil es de entender?.
Y volviendo al tema del Freak show que bien denominaba Brasas, lo de despiezar bichos, torturar perros, hacerse heridas y estas formas de arte... ese tipo de cosas siempre han existido. No hay más que ver la peli "el hombre elefante" ,yo mismo recuerdo que en la feria de Pontevedra en los 70 mlas familiAS llevaban a sus deformes cobrando para que los vieran..Había periódicos como el caso que recogían noticias de este tipo para regocijo popular, y hoy la tele ya ocupa el lugar que antes tenían circos, ferias y similares.. Ahí tenemos a Pozí, Carmen de Mairena, gente dispuesta a beber pis en directo, en fín..alimento para el morbo.
Yo personalmente discrepo rotundamente de que esto sea arte y se dirija como tal al público. No creo que este tipo de ofertas deban estar ni en televisión ni en galerias de arte.
Es una oferta que supongo que deberá de existir. A mi personalmente no me interesa, pero creo que sí debe existir. Lo que no es aceptable es que sea con cargo a mis impuestos.
Al menos, así lo veo yo.
Y, bueno, otra cosa que conviene aclarar viendo los comentarios es que, yo personalmente, y creo que Anxo, por lo que lo conozco, tampoco, no negamos a nadie su concepción de arte sea cual sea.
Nosotros no somos "juez y parte" ni hacemos una "crítica a la oposición" o a la competencia.
Puede que alguien que lea estas cosas y vea todo esto desde fuera vea cierto hastío en nuestras palabras. Sin duda lo hay, ambos estudiamos en la misma facultad de Bellas Artes, la de Pontevedra, donde nos quedó bien claro lo que es el arte...el arte de la imposición estética y la anulación de la discrepancia por la vía rápida, todo ello mezclado con incompetencia, con endogamia cutre hasta unos límites más propios de una película de Esteso que de la realidad, y con muchas, muchas miserias.
Años después observamos que ese círculo endogámico (colegas, amantes, amiguetes de profesores mediocres, y amiguetes de sus amiguetes), copan no sólo el profesorado sino el "circuito" artístico de nuestro entorno.
Toda esta miseria justificada con teorías ocasionales y a la medida del gurú o crítico de turno, cuya misión básica es mantener el abrevadero a toda esta pandilla de mediocres, a los que el talento de los demás te aseguro que les dá pánico.
En fín, podría contaros infinidad de miserias que os harían dudar de su propia veracidad.
Nosotros (yo al menos), no denostamos ni aborrecemos ningún tipo de arte, pero sí una manera de hacer las cosas que se escuda en la propia existencia del arte para medrar y ganarse la vida sin dar ni golpe.
No me consuela que haya corrupción en otras facetas de la existencia, que la haya en la construcción, en el fútbol, o en la tele.
Hay cosas que no se deben considerar como normales, yo al menos me niego a hacerlo.
Creo que ya he visto bastante mierda en el mundo del arte como para tener derecho a quejarme.
Parece que en esta sociedad de lo políticamente correcto una persona que dice lo que piensa es un fanático o un bocazas y hay que tomar cualquier cosa por normal, y es el mensajero al que se persigue.
Yo, sintiéndolo mucho por Brasas, me niego a ser cauto a la hora de decir mi opinión, como, según él, debemos ser los artistas.
Son los que manejan dinero público, los políticos y las personas con responsabilidad las que tienen que ser cautos con lo que dicen y hacen.
Faltaría más que nos tuviésemos que censurar en un blog que visitan cuatro gatos.
Bueno, dado que Anónimo xx no aparece, me temo que aquí todos pensamos muy igual; Lo que más nos diferencia es la actitud, así que cargaré las tintas sobre eso: Si tuviese que elegir un adjetivo para definir la de ustedes... lo siento, y no es por ofenderles, pero no encuentro otro más ajustado que QUEJICA. Se quejan de que la pintura esté marginada en las ferias y bienales, se quejan de que esos eventos se sostengan con dinero público, se quejan de que el anti-arte ocupe el lugar del arte, se quejan de que otros consideren "artesanía" lo que hacen ustedes, ... y cuando acaban con esas quejas tantean la posibilidad de quejarse un poco también de la tele, del consumismo, de las clases altas, o de las obsesiones deportivas de la gente... todo ello como inciso antes de volver a quejarse de lo mismo de antes -arteoficial,pintura,vanguardia,subvención,lata,...-
¡¡¡Cómo se rayan!!! No sabía que pasar por Bellas Artes podía traumatizar tanto.
Pero vamos a ver: ¿Realmente les gustaría que la Pintura estuviese otra vez de moda? ¿¿PARA QUÉ?? ¿Les apetece ver a TODOS los chapones y trepas del mundo del arte abandonando sus instalaciones, vídeos y performances, y lanzándose en masa a pintar? ((¿O a "calcopintar", si toca figuración?)) ¿Creen que eso les va a beneficiar a ustedes en algo? Actualmente sólo pinta el que realmente lo vive. De entre esa gente que pinta algunos incluso venden y viven bien como pintores (Anxova dice que conoce casos, y yo también). La gran mayoría de esos pintores que VENDEN no son Barceló: NO lo han logrado de un pelotazo gracias a dokumentas, bienales, samaniegos o subvenciones, ...sino por caminos más similares al de Carmen. Así pues, en vez de tanto lamento ¿porqué no miran la parte positiva?: Ustedes son profesores y en su tiempo libre producen unas cosas planas llamadas "cuadros", que son mucho más baratas de hacer y de mover que por ejemplo las esculturas, y que -(aún sin estar muy de moda en el arte actual)- lo cierto es que siempre tienen demanda, porque la gente mantiene la costumbre de comprarlas para "vestir" o decorar con ellas las paredes de sus casas. Si ustedes aún no han encontrado su parcela de mercado… lo FÁCIL es echarle la culpa al "sistema", y a lo manipulado y engañado que está el público, ...pero eso no deja de ser el llanto típico de los conceptuales, activistas, sindicalistas, marxistas, y vanguardistas cuando nadie les hace caso.
¿Por qué en lugar de eso no prueban a MEJORAR SU PRODUCTO? ¿No se les ha pasado por la imaginación el pensar que el público quizás busque cuadros más elaborados?
Capítulo Malentendidos con Don Mariano: En circunstancias normales mi comentario no incluiría este farragoso añadido, pero su “sintiéndolo mucho por Brasas…”(¿?) no me deja más remedio que replicar. Para empezar: A cargo de nuestros impuestos van muchísimas cosas, y de hecho sería interesante poder ver la lista completa de asuntos que se subvencionan con dinero público, si sumamos las administraciones locales, autonómicas, estatales, comunitarias... Usted dice muy seguro que los desfiles de moda no están subvencionados. Mucho me extrañaría. Yo más bien creo que cada vez son menos los eventos que se realizan en una ciudad o municipio sin que entre en su patrocinio algún organismo oficial. Cuando digo que "hoy en día se subvenciona lo que está de moda" no estoy manifestando un deseo ó un "debería ser" como hace usted en su réplica, yo les digo simplemente lo que veo. Con lo de los pintores que opinan o critican, lo mismo: Léalo bien, yo no digo que los pintores "DEBAN" ser así o asá, ni le estoy aconsejando a usted que no critique, solo digo que la mayoría de los pintores no lo suelen hacer, y aventuro un posible motivo. A mí me resulta más divertido observar la realidad que teorizar o formular deseos. Sin embargo me encantaría que en un futuro llegase a ser usted quien manejase el dinero público: Lo haría conforme a su pensamiento (como todo el mundo) pero al menos se le quitaría la indignación.
Lo del sentido del humor, de verdad, hágaselo mirar: Los cuatro gatos pueden acabar pensando que la Facultad de Pontevedra es un centro de tortura donde pasó usted varios años secuestrado cual Ortega Lara. Lo más triste de un blog no es que nos lean cuatro, ni que nos lleven la contraria, sino que no seamos capaces de divertirnos escribiendo.
En definitiva: Ni que decir tiene que ustedes tienen derecho a quejarse de lo que quieran y hasta el infinito. Alguna ventaja psicológica tendrá y no es mi intención privarles de ella. Pero que sepan que eso les asemeja más que les diferencia de la ACTITUD típica del arte contemporáneo, que para mí es uno de sus puntos más rollentos y atacables.
Por lo demás, si mi sarcasmo les empieza a parecer censura lo mejor es que me vaya. -( Total... me está pareciendo que cuanto más me explico peor se me entiende)-.
¡¡Saludos!!
Brasas:
Estoy bastante de acuerdo contigo.
Lo cierto es que esto de andar hurgando en las miserias del mundo del arte es bastante deprimente.
Y sí, es bien cierto que somos seres traumatizados por nuestro paso por Bellas Artes.
Es más, a veces en estos blogs, el mío y el de Anxo, revivo cosas que más vale simplemente ignorar, como si nunca hubieran existido.
Es un poco como cuando se sale de una dictadura, lo más sano es vivir como si nunca hubiera pasado.
Porque aunque parezca exagerado te puedo asegurar que los cinco años en la facultad fueron lo más parecido a una dictadura.
Tu opinión no la veo como censura, es más, me ha sido muy útil y me hace reflexionar.
Puede que tengamos que ser más positivos, es cierto. Es mucha bilis la que hemos tragado en nuestros años faculteros pero eso nos tiene que servir para centrarnos en el trabajo en el que creemos , y mirar las cosas que no nos gustan con distancia.
El problema no es que no encontremos nuestro público, sino que el público no nos encuentra a nosotros, y ese es el problema que tenemos que arreglar.
A ver, amigo Brasas:
Está claro que a cada uno le puede parecer que, por lo que digo, tengo una actitud x, pero no tiene por qué ser cierto.
La actitud mía -y la de Mariano- no es tan resentida, ni tan negativa. Evidentemente criticamos, pero es que eso es lo que se hace en un blog de este estilo. Recuerde que mi blog se llama LÉRIAS VÁRIAS, y no contento con eso lo he subtitulado "Blog de DESBARRES sobre arte".
Quizá en mis últimas reflexiones tiene influencia el hecho de que estoy preparando un trabajo teórico, y poco a poco estos posts van sirviéndome para aclarar los puntos importantes y sobre todo hacer un análisis pormenorizado y una síntesis con todos ellos.
En realidad sí hay una queja, pero creo que es justificada. Son mis vivencias, y por ejemplo, para mí la facultad de Pontevedra sí fue un "lugar de tortura donde pasé varios años secuestrado cual Ortega Lara. " Si a usted o sus conocidos les ha proporcionado infinitos placeres, pues mejor, pero no voy a mentir, a mí no me gustó en general nadita, aunque sí encontré cosas y gentes maravillosas en esos años y en ese entorno.
Yo no creo que mi queja haga que el gran pifostio que existe -y que nos intenta joder cada día, empezando por la hipoteca de la casa- vaya a abolirse. Ni siquiera creo que en caso de abolirse trajese nada mejor. Revoluciones ha habido varias, y la podredumbre llega siempre al día siguiente de su triunfo. Recuerde las primeras decisiónes del revolucionario de "Bananas" al llegar al poder...
Pero de todos modos creo que mi deber es darme cuenta de ello, analizarlo y denunciarlo. O al menos es una necesidad que tengo.
Puede que a quien tenga la suerte de estar de vuelta de todo le parezca un empeño inútil o pueril. No digo que a mí no me lo pareciese si me parase a pensarlo dos veces.
Pero ya digo, es una necesidad, y por eso lo hago. ¿Que tengo los mismos anhelos que los artistas del anti-arte? Pues puede que sí, pero eso no es más que el fruto de la época en que vivimos. De todos modos hace años que sé por experiencia que los vanguardistas sinceros -y más los anti-artistas- son rara avis. Queda muy bien decir que vas contra el sistema, pero luego poner el cazo como todos. Esto del "antisistemismo" es pura fachada, un requisito para vender la imagen de vanguardista. Creo que en realidad solemos ser mucho más antisistema los que simplemente queremos hacer lo que nos gusta, cosa que creo usted comparte conmigo y con Mariano, pero no Samaniego ni ninguno de los contemporáneos certificados que todos conocemos.
Respecto a las críticas expresadas aquí:
¿Por qué en lugar de eso no prueban a MEJORAR SU PRODUCTO? ¿No se les ha pasado por la imaginación el pensar que el público quizás busque cuadros más elaborados?
Creo que nunca me he quejado de no tener mi parcelita. Ni siquiera creo que usted sepa realmente si la tengo o no, pues suelo ser muy discreto en cuestiones económicas. Tampoco creo que conozca tan profundamente mi obra para saber si la gente me demanda más elaboración, etcétera.
Pero no voy a disgustarme por esto.
De todos modos, mi mujer, que sigue otro camino diferente al mío en cuanto a la actitud, y el cual usted recomienda, curiosamente se queja de lo mismo que yo, y en los mismos términos. En su caso, que lleva pintados este año más de 300 cuadros, en general de formato grande o muy grande, todavía está más cabreada que yo con esta situación. Pinta mucho, y vende razonablemente bien, pero no tiene el reconocimiento que su trabajo merece. Yo eso es lo que opino. Y no por cuestión de modas, pues sus cuadros gustan bastante, sino porque simplemente, al haber elegido la pintura, no existe oficialmente.
Como profesionales, creo que tenemos todo el derecho a quejarnos. Puede que más incluso mi mujer que yo, pues produce mucho más.
Quizá su actitud, amigo Brasas, sea otra diferente a la nuestra (e incluyo a Mariano y a mi mujer) porque haya renunciado a querer vivir de la pintura o la escultura, cosa que nosotros aún queremos conseguir. Pero creo que no hay derecho a eso, a tener que renunciar a tu profesión sólo porque los trepas hayan montado un tinglado particular que la niega. Antes de tirar la toalla creo que hay que intentar tirar abajo ese tinglado y recuperar el terreno usurpado.
De todos modos, no se preocupe, don Brasas, porque si le digo la verdad, a Mariano y a mí no nos preocupan tanto estos temas. En los blogs puede parecer que todo sea muy importante, pero simplemente es que usted ha encontrado determinadas reflexiones, sobre determinados temas, lo cual no quiere decir que sean lo que más nos preocupa del mundo todo el tiempo. Simplemente son reflexiones. Si este fuese un blog de informática hablaría quizá de Internet Explorer o de Ubuntu Linux, pero le aseguro que mis necesidades espirituales son mucho más amplias, y que vivo mi profesión con optimismo y alegría. Quizá porque creo -aunque pueda estar equivocado- que el tinglado está a punto de caer, y sólo necesita un empujoncito, el que ayudo a dar con mis Lérias Várias.
Ey, que quede claro que lo de "MEJORAR SU PRODUCTO" no lo dije para disgustarle.
Y de hecho si pensase que usted dibuja o pinta mal, no le sugeriría que hiciese los cuadros "más elaborados" (no soy tan cabrón).
Es todo lo contrario.
No se enfaden.
Un abrazo.
Lo sé, con todo el rollo que metí me expresé mal.
Además, agradezco los comentarios, no los veo como una crítica, sino que también me sirven para reflexionar.
Quizá tenía la neurona un poco irritada, no me hagas caso.
Saludetes.
Vean: En todas partes cuecen habas, y en ausencia de ustedes -que lo bordan- no tengo problema en ser yo el quejica:
http://blogs.elcomerciodigital.com/arte-alnorte/2007/12/9/un-dia-lluvia-apacible-alnorte-07-dia-5-#c4112141
Bravo, Brasas. Me ha encantado leerte allí. Gracias por el enlace.
Asaludos.
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