Esta frase no es mía -aunque me gustaría- sino de Ángel González García, un historiador del arte, que acaba de publicar un libro titulado "Pintar sin tener ni idea".
Conocí esto gracias a una de mis alumnas de "Saber Ver el Arte", que me trajo una entrevista que le hicieron en El País.
La entrevista podéis leerla aquí. Me ha encantado. Chapeau por Ángel González. Por cierto, ya sabéis qué libro quiero para mi cumpleaños...
De esto mismo ya se ha hablado mucho, pero en la entrevista -e imagino que aún más en el libro- el profesor Ángel González profundiza en ello más allá de lo que ya argumentaba Tom Wolfe en su libro "La palabra pintada". El pintor Pepe Cerdá, cuyo blog enlazo yo, justo tiene ahora una entrada titulada "¡No pienses!¡Trabaja!". Y no os podéis imaginar la de años que llevo diciéndoles esto mismo a mis alumnos: "Los pintores no pensamos". Laxeiro lo expresaba como "Los pintores no somos intelectuales". Otra versión de esta idea es la famosa cita "Yo no busco, encuentro", de Picasso, o más humildemente, la de mi amigo Juan, referida a un conocido suyo que tenía dudas existenciales con respecto a la pintura: "¡Pues si no te gusta pintar, haz oposiciones!".
No puedo evitar sentirme eufórico, al ver que no estoy solo contra el mundo.
Conocí esto gracias a una de mis alumnas de "Saber Ver el Arte", que me trajo una entrevista que le hicieron en El País.
La entrevista podéis leerla aquí. Me ha encantado. Chapeau por Ángel González. Por cierto, ya sabéis qué libro quiero para mi cumpleaños...
De esto mismo ya se ha hablado mucho, pero en la entrevista -e imagino que aún más en el libro- el profesor Ángel González profundiza en ello más allá de lo que ya argumentaba Tom Wolfe en su libro "La palabra pintada". El pintor Pepe Cerdá, cuyo blog enlazo yo, justo tiene ahora una entrada titulada "¡No pienses!¡Trabaja!". Y no os podéis imaginar la de años que llevo diciéndoles esto mismo a mis alumnos: "Los pintores no pensamos". Laxeiro lo expresaba como "Los pintores no somos intelectuales". Otra versión de esta idea es la famosa cita "Yo no busco, encuentro", de Picasso, o más humildemente, la de mi amigo Juan, referida a un conocido suyo que tenía dudas existenciales con respecto a la pintura: "¡Pues si no te gusta pintar, haz oposiciones!".
No puedo evitar sentirme eufórico, al ver que no estoy solo contra el mundo.
8 comentarios:
Voy a ver si consigo encontrar ese libro, ya que tiene muy buenas pintas. El título me vendría que ni pintado: "Pintar sin tener idea". jajaja
Pero hablando en serio. Supongo que, como todo en la vida, se consiguen las cosas trabajando. Y que a base de trabajar van saliendo ideas que hacen que el trabajo evolucione. No estoy muy deacuerdo con lo que les comentas a tus alumnos. Creo que deberían de pensar por si mismos para poder hacer algo personal en la pintura. Pero tampoco soy quien de meterme con tus métodos de enseñanza.
Este fin de semana a ver si termino un cuadro que estoy pintando. Es una versión de un de Chagal que acabo de colocar en mi blog. En el se ve a un pintor con su material de trabajo: con una paleta y unos pinceles. Prometo con colocarlo en cuanto lo termine.
Bueno, como todo lo que se dice, hay que verlo en su contexto. Cuando digo esto a mis alumnos es normalmente cuando se pierden en sesudos cálculos, sobre perspectiva, proporciones, colorido... ¡hay que sentir!
Normalmente acaban entendiéndome.
Está claro que el que dibuja es el cerebro, como decía Miguel Ángel, y la mano es sólo la herramienta.
En realidad todo esto se refiere a la concentración, el "zen" del dibujo y la pintura, que, siendo actividades cerebrales no son intelectuales, al menos no de la manera habitual.
Evidentemente todo artista es más o menos un intelectual, pero al pintar lo hacemos mejor si no malgastamos energías en hablar, en pensar sobre teorías filosóficas ni literaturas varias. Los pensamientos de un pintor en su momento de trance creativo son más bien formales, abstractos, visuales. Se piensa más en líneas, colores, contrastes, manchas, sensaciones que en sesudas teorías.
Por eso no es fácil aprender a dibujar, porque esa capacidad para entrar en modo trance creativo no es sencilla de adquirir, y menos conjugar ese trance con unos conocimientos sólidos de las técnicas. Este tema lo trata magníficamente Betty Edwards en su libro "Aprender a Dibujar con el lado derecho del cerebro", libro que siempre recomiendo a mis alumnos.
Está bien la matización del comentario porque las afirmaciones de González Garcia resultan algo excesivas. Cuando Cerdá o cualquier otro pintor se pone manos a la obra, cuando un dibujante toma el lápiz después de haber leído/olvidado el excelente libro de Edwards, nos encontramos frente a alguien dispuesto al trabajo, alguien que ya no necesita reflexionar porque ya lo ha hecho. La idea de que el pintor no debe ser un intelectual es una tontería. Toda información le es necesaria. Como al arquitecto, al escultor o al videoartista. No hablemos ya de la técnica. Aunque sólo sea para transgredirla, es necesario conocerla.
Cerdá le da muchas vueltas a las cosas. No sólo en su blog. Basta ver sus cuadros para darse cuenta de que el gesto no es gratuito.
Cualquier "ismo" del siglo XX tiene tras de sí un manifiesto cuando no un estricto programa. Lo mismo puede predicarse de la pintura religiosa de todos los tiempos. La idea late detrás del lienzo. Es cierto que lo gestual o algunos movimientos como el automatismo nos llevan a confusión y nos hacen creer que el pintor es un demiurgo poseído que no necesita de "la pensée" para llevar a cabo su creación, pero esta idea cae por su peso enseguida. No hay misterio. Hay, claro está, cualidades. Y hay estudio, esfuerzo e ideas. Estas últimas no son las menos importantes porque no se vean en el momento de concreto de pintar. Ese momento se ha sacralizado hasta tal punto, ha sustituido a otros momentos de tal forma que consciente o inconscientemente lleva a algunos a decir cosas como éstas de las que habla Ángel González.
Tal vez lo que tiene de interesante todo el texto es que resulta provocativo. Poco más. Supongo que el libro andará tan necesitado de comentarios como el suyo referido a los consejos que da a sus alumnos.
Saludos.
Saludos.
La capacidad de actuar de forma refleja, se adquiere. Normalmente, esa capacidad se obtiene en dos pasos: primero, aprendizaje y segundo, practicar, practicar y practicar.
Cuando uno consigue esa soltura, puede llegar a olvidar cómo la ha adquirido. Por eso suele ocurrir que los grandes expertos en cualquier tema, son pésimos pedagogos. Presuponen que los alumnos parten de su misma capacidad y son incapaces de enseñarles a alcanzarla, porque ellos mismos han olvidado el camino recorrido, ya no lo necesitan, lo tienen grabado en ¿el hipotálamo??? (prefiero creer que se graba en la piel).
Sin embargo, creo que se equivocan al olvidarse de continuar pensando. Es importante continuar buscando algo que aprender, para seguir creciendo. Aprenderlo y practicar, practicar y practicar hasta grabarlo en la piel. Si no, corremos el riesgo de estancarnos y simplemente repetirnos hasta aburrirnos de nosotros mismos.
Ideas, sentimientos, sensaciones, recuerdos, experiencias... del artista, consciente o inconscientemente, impregnan sus obras. Si las ideas vienen de la piel, mejor. Eso es porque las tenemos muy machacadas. Si vienen del cerebro, es que todavía tenemos muuucho que practicar.
El lenguaje humano hablado o escrito, encerrado entre fronteras geolingüisticas y atrapado en diccionarios, no tiene suficiente capacidad expresiva (no hay más que ve cómo comienzan los telediarios día tras día).
El arte no me parece un mal lenguaje para expresarnos, es universal y no tiene más ataduras que las propias limitaciones técnicas del artista.
Así que estoy de acuerdo, trabajo, trabajo y trabajo, pero sin dejar de pensar.
Hola, Luis, gracias por tu comentario.
El tema del aprendizaje del arte me preocupa mucho. No en vano llevo una década enseñando a dibujar y pintar.
Creo que el problema con el dibujo no es tanto que los buenos artistas sean pésimos pedagogos, sino que el arte es visual y por tanto difícil de transmitir mediante palabras. Normalmente vale más para aprender el ver al profesor trazar una línea que muchos consejos bien intencionados. También ocurre que el dibujo, a diferencia de la música, no es fácilmente autoevaluable. Cuando uno ya sabe hacer un arpegio, es fácil repetirlo. En el dibujo y la pintura, lo que sale un día puede no salir al día siguiente, y uno nunca está seguro de si ya sabe encajar correctamente, por ejemplo.
Se puede decir que la única manera de ir viendo los progresos es ver los dibujos del inicio del aprendizaje.
Un músico suele ser sólo intérprete, no compositor. Es decir: crear nueva música no es a lo que aspiran la mayoría de los que estudian música. En cambio, el alumno tembloroso que asiste por primera vez a clase de dibujo ya tiene que crear una composición inédita en su primer ejercicio.
yo pienso y pinto.
Pinto y pienso.
Por que ser tan cerrados, no es incompatible una y otra cosa. El proceso creativo tiene infinitos caminos a veces podemos contralarlo concientemente y otras veces no.
Lo que jamas hago es decir lo que pense cuando pinte ni lo que pinté cuando pensé.
gachi
gachima@argentina.com.ar
Tengo la suerte de haber sido alumno de Ángel, y ahora amigo, y, creedme, que es un tío casi de inspiración divina. Es una enciclopedia andante.
Saludos de un "pintor que no tiene ni idea de lo que pinta", o sea, de brocha densa y gorda.
Me encantó su entrevista, te felicito por tu suerte.
A mí y el grupo de artistas en el que estoy nos gustaría poder entrar en contacto con Ángel González García de algún modo. Aunque ahora mismo yo estoy muy liado, y también mis compañeros.
Si quieres, escríbeme y te cuento lo que queremos hacer, más o menos (por lo menos lo que ya está claro). Mi correo personal es anxova@gmail.com
Publicar un comentario