viernes, 6 de junio de 2008

Busca siempre la perfección

De "Arte y Percepción Visual" de Rudolph Arnheim, una clásica lectura de Bellas Artes, estoy sacando muchas notas. Es un libro que leí sólo a medias y con prisa durante la carrera, pero que ahora me he propuesto leer como es debido. Una lectura interesante y jugosa, pese a lo denso del texto.

De este libro me sorprende lo mucho que se utilizan como arma arrojadiza algunos de sus puntos claves, pero sin haber entendido el sentido del texto. Porque aunque largo y a veces intrincado, es un libro con un contenido muy claro, científico, casi desapasionado, y en el que el autor no suele dar opiniones personales sin explicar por qué ha llegado a esa conclusión a base de datos, razonamientos lógicos y ejemplos numerosos. Un libro difícil de interpretar de forma errónea, pero que constantemente se esgrime para justificar las ideas más peregrinas, claramente contrarias al planteamiento de la Gestalt y del propio Arnheim.

A veces Arnheim acompaña sus teorías con declaraciones de artistas y psicólogos que apoyan sus conclusiones. El otro día, leyendo el capítulo sobre "La forma*" encontré esta declaración de Picasso:
"Busca siempre la perfección. Por ejemplo, intenta dibujar un círculo perfecto; y como no puedes dibujar un círculo perfecto, el fallo involuntario revelará tu personalidad. Pero si quieres revelarla dibujando un círculo imperfecto, tu círculo, lo estropearás todo".
No puedo estar más de acuerdo: no hay cosa que menos soporte en arte (incluso en música, en cine, en literatura, en poesía) que la afectación, la pose, la falta de sinceridad.

Es evidente que en el arte -y en esto la pintura es la campeona- el artificio está siempre presente. Evidentemente, para dibujar a una persona sentada, el pintor debe de alguna manera "comprimir" la tridimensionalidad del sujeto para meterla en una tela plana. Evidentemente, el color de la piel, aunque uniforme, debe ser traducido por miles de pinceladas de distintos matices en el cuadro si se pretende algo de realidad... pero la cita de Picasso no habla de eso.

Podría intentar explicar de mil maneras a qué nos referimos Picasso y yo, podría decir que es lo mismo que dice su famosa cita "Yo no busco, encuentro", pero qué mejor explicación que esta:


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tiene gracia la cita esa viniendo de Picasso, un tipo que teniendo grandes dotes para el dibujo no buscó la "perfección" en absoluto sino que se dió al monigote.
Si te fijas, dos de las aportaciones más genuinas del siglo XX a la Pintura son el Infantilismo y el Chapucerismo. Yo el Chapucerismo aún lo disculpo porque no me cabe duda que en algunas personas es innato e incorregible, (y esas personas pueden por lo demás ser pintores con aportaciones valiosas y emocionantes), ... lo que me parece siempre de una falsedad y de una afectación escandalosa es el Infantilismo, en pintores adultos. Picasso puso de moda una combinación de ambas cosas.
Sobre Arnheim... no seré yo quien te prive del síndrome de Estocolmo que pareces sufrir con él, (ya que de otra manera se te haría mucho más penoso estudiar los cientos de patrañas suyas que hinchan el temario de oposiciones de Dibujo :)

Santiago Mansilla dijo...

Es increíble cómo el humor de Quino lo resume todo.

Anxo Varela dijo...

Pero no deja de ser cierto lo que dice Picasso.

Y sobre Arnheim, aún no puedo opinar mucho, pero lo que es cierto es que el temario está hinchado con patrañas varias de diversos orígenes.

Cuando empecé a mirar los temas, me dio la impresión de que varios de ellos partían de Arnheim. Siempre he preferido consultar las fuentes y no sus intérpretes.

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Es curioso, porque Mafalda fue para mí durante muchos años como la Biblia para los evangélicos. En el sentido de que, del mismo modo que un cristiano podría sacar un versículo bíblico para ilustrar cualquier pensamiento o situación, Mafalda provee de una viñeta para cada momento y cada idea de la vida.

A mí también Me gusta muchísimo Quino.