martes, 14 de julio de 2009

La Ley de Poe

Mariano está atareado dándole los últimos toques al número 2 de la revista del Hartismo, cuya publicación coincidirá con el 10º aniversario del Manifiesto Stuckista, el 3 de Agosto. Será un número "extra de verano", con más de 70 páginas entre artículos "serios" y mucho más humor que los dos números anteriores.

http://i80.servimg.com/u/f80/13/30/55/84/neng_s10.jpgRespecto a estos chistes hemos usado en algunos el recurso a la parodia. Y hablando sobre eso estuvimos comentando lo que yo había bautizado como "Efecto Neng", pero que en Internet es más conocido como Ley de Poe (gracias, Supersantiego). Es decir:

"Sin un sonrisita de complicidad u otra descarada muestra de humor es imposible crear una parodia del fundamentalismo que ALGUIEN no confunda con el fundamentalismo de verdad."

El caso del Neng de Castefa fue la demostración de que incluso cuando hay esa sonrisita de complicidad, el fundamentalismo y su parodia siempre son confundidos por ALGUIEN. "Españoleitor" fue más allá, y el propio actor pasó de parodiar a un facha a -aparentar al menos- ser un facha convencido, trabajando finalmente para una televisión muy de derechas.

En el Hartismo hemos encontrado la Ley de Poe en multitud de ocasiones. Solemos incluso tenerla en cuenta antes de decidirnos sobre actos a realizar. La acción parodia-protesta de "Don't Take Me Into a Gallery" fue confundida por algunos con una acción conceptual. Pero es evidente que si hablamos de conceptualismo, cuanto más descaradamente exagerada y absurda sea la ocurrencia, tanto más será confundida por los creyentes con un acto conceptual más. Está claro que uno ve lo que quiere ver. Y un fanático con más facilidad todavía.

Precisamente en los últimos tiempos ha habido una serie de chorradas como pianos que poco a poco se han ido colando como chorradas oficiales "de verdad" -¿alguien se acuerda de "amo a Laura"?- en diferentes medios y variedades. Y lo curioso es que hasta han tenido defensores a ultranza. En concreto en mi blog y algún medio amigo hemos "colado" una que es digna de un par de risas. A final de año publicaré en este mismo blog un artículo sobre ese pequeño experimento o engaño, según se mire. Mientras tanto os dejo un clásico que ejemplifica la ley de Poe.



2 comentarios:

Santiago Mansilla dijo...

un programa de tv argentino hizo lo mismo en una edición de ArteBA, el periodista puso un montón de objetos en una esquina vacía (una zapatilla, un trapo sucio, etc) y pedía opiniones a la gente acerca de la "instalación".
"Está claro que uno ve lo que quiere ver." Yo agregaría también "lo que puede ver"

El Abuelito dijo...

Una muy interesante reflexión que demusestra una vez más que el arte moderno (o su percepción al menos) es cosa de creyentes, y tiene más que ver con la religión (en cuanto al nivel de adhesión irracional exigida por el oficiante) que con ninguna otra cosa... Y yo soy ateo militante!