lunes, 24 de marzo de 2008

Ja sóc aquí

Tras una semana en Vic, en la que Carmen hizo dos jornadas de Pintura en Acción, estamos de vuelta.

Una semana en la que no sólo lo hemos pasado muy bien, sino que ha sido de gran provecho, tanto en lo artístico como en lo personal. Yo tuve la oportunidad de practicar mi catalán -normalmente lo hablo sólo en la intimidad- aunque no pasó de oportunidad, porque no me atreví mucho a castigar a la gente chapurreando.

El blog apenas lo vi de refilón, cuando me metía por la noche en el aula de informática de nuestro alojamiento. Pero vuelvo a la carga.

Como aperitivo, y dado que se vuelve a hablar de nuevo del tal Habacuc -el que mató a un perrito de hambre como obra sublime y "de protesta"- os enlazo su blog, en el que podréis ver al completo la envergadura del personaje:

http://artehabacuc.blogspot.com/

Lo más penoso, para mí, es que ni siquiera me ha cabreado: es perfectamente previsible. Y curioso, en lugar de atufar a artistilla o artistoide, da la impresión de un panegirista de sí mismo. Vamos, que él mismo es tan consciente de su falta de valía que se empeña en demostrar a sus lectores que los demás lo consideran como el no va más. Patético.

Creo que lo peor que se puede decir de un conceptual es que no sorprende. Y el Habacuc este es de los más previsibles. Hasta lo de dejar morir seres vivos es una constante en él: aquí en la foto mata unas plantas mientras se ve un tío regándolas, que supongo que será él mismo. Patético.

Lo único que me gustaba de este tiparraco es que eligiese el nombre "Habacuc", que es un profeta antiguo que estaba loco. Pero resulta que el muy conacho, cuando el periodista le pregunta "Habacuc es el nombre de un profeta bíblico, ¿por qué lo eligió usted?" dice textualmente: "Porque suena bonito. En el momento de ponérmelo no sabia que lo
habían usado para un personaje bíblico."

Tan previsible como patético.

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