jueves, 28 de agosto de 2008

Exhibicionismo

Estos días se habla de la británica Tracey Emin

Fotografía de la artista británica Tracey EminSegún parece hay una retrospectiva en el Museo Nacional de Escocia (fuente: El País).

Aunque Tracey Emin tiene miga, porque entre otras cosas, indirectamente dio lugar al Stuckismo, hoy la traigo aquí por su exhibicionismo. Según parece, esta Emin gusta de escandalizar a su público desnudándose para hacer performances, haciendo referencias explícitas a la prostitución, al sexo...

Ni que decir tiene que como pintor de culos no me escandalizo fácilmente. Desde siempre el arte ha utilizado modelos desnudos de ambos sexos, desde siempre los artistas hemos hecho rituales más o menos imaginativos, y en la intimidad de los estudios siempre han sucedido historias de lo más jugoso, no en vano los escritores y los directores de cine han encontrado un filón inagotable en la vida licenciosa de los artistas.

Pero no deja de resultarme curioso que aún hoy, en una sociedad que utiliza el sexo como reclamo hasta para vender agua mineral, se siga valorando como transgresor el hecho de que una supuesta artista se desnude y haga del morbo el tema de su "performance". Porque, entre otras cosas es lo más vulgar que hay. Entiéndase: no vulgar por chabacano, sino por cansino: hasta en las facultades de Bellas Artes, alumnos y alumnas usan sus cuerpos desnudos como manera de sacar nota. Y no me refiero a que se acuesten con sus profes, que eso no es nuevo tampoco, sino a que se exhiben en algún tipo de ritual neoconceptual (performance, happening) para impresionar a los maestros.

Y suele funcionar. A nadie le amarga un dulce, y el hecho de que se haya aceptado como arte ver a gente en porretas manchándose con grasa, o pintura, o haciendo rituales que imitan a algún chamán visto en los documentales de La 2, ha sido una bendición para muchos y muchas. De este modo, sin tener que utilizar pinceles, gubias o alguna otra aburrida herramienta que les obligue a pensar un poquito; simplemente desnudándose y soltando algún "discurso" muy profundo, eso sí, que acompañe a su "acción", obtienen su pequeño lugar en el Olimpo artístico, sus cinco minutos de gloria.

No me parece mal, pero nunca me dejaré de sorprender de cómo los mismos viejos trucos siguen funcionando una y otra vez; cómo la hipocresía se ha convertido en un elemento más de nuestra sociedad, y el papanatismo aumenta exponencialmente.

¡Estoy seguro que en la actualidad ya hay quien valora a Rodin, no por su maestría como escultor, sino porque follaba en el taller con su modelo, Camille Claudel, mientras la dibujaba!

11 comentarios:

Andres Martinez Varela dijo...

Desde siempre se uso el cuerpo humano en cuestiones artísticas. Es, de hecho, el primer material de trabajo que tenemos.
Es tan ridículo usar ese cuerpo como recurso facilón en esto de la creación como rechazar las performas por el simple hecho de que aparezcan desnudos.

Muchas performas, sobre todo en los 80, eran ridículas al ser norma de la casa que apareciera el artista desnudo casi como condición indispensable. Eso no quiere decir que tengamos que rechazar las performances en las que sale el cuerpo desnudo.
Mucho menos escandalizarse por ello.

Claro que el quiz de la cuestión, en el post, supongo que viene por el rechazo visceral a cualquier manifestación artística en la que se plantea una acción, performance o como se quiera llamar. Me equivoco?
No puede haber armonía en una performance? No puede haber contraste? No puede haber contrapunto?
Yo creo que si.

También puede haber aburrimiento, tedio y alcanfor, como en los cuadros de Sorolla, por ejemplo (gran maestro, sin duda)

Anxo Varela dijo...

Léelo bien, no me escandalizo ni me parece nada mal. Lo que me fastidia es que por el mero hecho de despelotarse un performer reciba atención mediática y se le dé mérito. Hay que trabajar un poquito las cosas, eso es todo.

Andres Martinez Varela dijo...

Creo que estas equivocado cuando dices que reciba atencion mediática por salir desnuda. Tendrá atencion mediática porque el galerista de turno procura que tenga atencion mediática. Y cuanto mas salga en la prensa más vende. Sin mas.

Anxo Varela dijo...

No te creas, en el caso de Tracey Emin precisamente basa su marketing en el sexo, desde la tienda de campaña con los nombres de los tíos que se había trajinado en ella, hasta la cama sucia de una semana... todo lo enfoca hacia su sexualidad, haciendo exhibicionismo puro de ella. El morbo vende, y eso lo saben muchos espabilaos como la Emin. Me acuerdo que en Pontevedra una chica había hecho una instalación a base de los condones usados o los calzoncillos y bragas de sus ligues, no recuerdo los detalles. Otra montó en Barcelona una instalación con sus compresas usadas. Exhibicionismo también. Y a la prensa le encanta hablar de cosas así. Todo lo que tiene que ver con tabúes, tal como es hoy el sexo o la muerte, la violencia... todo ello sigue siendo carnaza fácil de vender, y que luce bien en un informativo, en una revista, un periódico...

Andres Martinez Varela dijo...

Y el hecho de recibir atención mediática, visto de otro modo, no deja de ser un medio para que llegue la noticia de que esa artista está haciendo algo en algun sitio.
Bien es verdad que el escándalo, además de dar dinero, siempre procura llamar la atención de forma desmesurada.
Pero a mi me parece más escandaloso que, por ejemplo, salgan todos estos dias la vida y milagros de los muertos en el accidente. Detallando en tono melodramático de serie B cuales eran sus sueños y sus frustaciones.
Esto si que me parece escandaloso y pornográfico.

Lo de la artista es simplemente elevar a categoría del espectaculo una manifestación artística, que por el simple hecho de ser una performance habrá que medir las palabras para juzgar y opinar hasta haberla visto.
Al margen de que nos moleste que se le preste mayor o menor atención por parte de los medios.

Andres Martinez Varela dijo...

Si. El recurso fácil de trabajar con compresas usadas, tampones, semen en unas sábanas, etc... está ya más que usado. Es más, suena ya a recurso de alumna de Bellas Artes. Asi como explotar de un modo chabacano las relaciones con novios y novias.
La mayor parte de esa alumnas y alumnos no tienen una vida tan al límite como para ir enseñando esas miserias. Sobre todo porque suelen ser los padres los que le financian la carrera, y ellas ellos solo tienen que "expresarse" y "ser ellos mismos". Algo parecido a lo que pasaba en la serie de Fama.

Y eso no es malo. La gente, los artistas incluidos, pasa por períodos de busqueda que rayan lo naif y evidente. Lo triste es perpetuar esas actitudes a los 30, a los 50, a los 60...

Y lo de La artista que nos ocupa... hay mucho de márketin en la historieta. Pero eso no invalida las experiencias de Ana Mendieta, ni de las de Marina Abramovic.
En fin, que hay cosas de mentira y hay cosas de verdad. Lo malo es que tendemos a mezclarlas y confundirlas.

Anxo Varela dijo...

No creo que aunque la viera en persona opinase nada diferente. Que la tal Emin tenga amigos ricos que le aplauden todo lo que hace no me provoca ningún respeto. Sigo pensando que para ser artista hay que hacer arte, y los rituales que cualquier artista sabe hacer poniéndose muy serio y solemne, no me parecen arte precisamente. Cierto que SIEMPRE han sido parte de la vida del artista, como en otras muchas épocas precisamente los artistas han gustado de buscar el escándalo, y se han reído de todo y de todos. Pero esa pequeñísima parte del comportamiento de un artista no constituye la razón de ser ni del arte ni de la vida del artista.

No es una cuestión menor, me gusta que los conceptuales pongan atención en esa parte, muchas veces olvidada, que el arte siempre ha tenido: el rito, el escándalo. Pero ya digo, la excentricidad no es trabajo artístico sino sólo una característica común a muchos artistas, incluído yo, por supuesto. Pero si me puedo considerar artista es por mi trabajo artístico: dibujos, pinturas, esculturas, vídeos, hasta escritos. No porque me guste ponerme sombreros o porque cuando pinto canturreo, o por mis borracheras cuando estaba en la facultad. Ni siquiera porque en ocasiones mi mujer, mis amigos y yo mismo escandalicemos a mucha gente con nuestro comportamiento o incluso nuestra manera de vivir.

Como decía Hundertwasser, el artista es más sacerdote que el propio sacerdote, pues hasta en su casa, en su día a día proclama su condición, su profesión. Pero no confundamos el culo con las cuatro témporas. Las trapalladas que todos los artistas hacemos no son arte, sino trapalladas. Y en el caso de la Emin y otros performers muy respetados, sólo se conocen sus trapalladas, y no tienen obra que enseñar.

¿Que tú quieres llamarle obra a lo que yo y mis amigos llamamos trapalladas? Pues perfecto. Pero no esperes que todo el mundo esté de acuerdo contigo. No tenemos por qué pensar todos como un redactor de la revista Lápiz.

Andres Martinez Varela dijo...

Uf!! La revista Lápiz.

La revista lápiz no deja de ser como el suplemento Tentaciones del periódico. Con textos intrincados y superficiales. Menudo ejemplo me pones!!

Permíteme recomendarte una buena revista de arte que solo lleva 3 ejemplares pero está muy muy bien. Es la que saca la Asociacion Amigos de Arco.

Si si, Arco, esa feria de ganado tan descafeinada! (lo es y mucho). Por eso me sorprendió tanto encontrarme con esa revista. Con textos históricos comprensibles hasta por la santa de mi madre. Con multitud de ensayos escritos por gente que sabe escribir.

Sin bromas. Hazte con un ejemplar y me comentas.
Se llama AR&CO. Y habla de todo menos de la mierda de Arco.

Anónimo dijo...

sorprende que aún se sigan publicando revistas de Arte en papel, tipo el Lápiz. A mí siempre me han dejado muy insatisfecho, y más ahora que puede uno conocer cada día nuevos artistas en la onda que más le interese, a base de links!

mariano dijo...

Anxo, suscribo plenamente lo que dices.
Y no creo que se trate de "rechazar las performances en las que sale el cuerpo desnudo", como dice Andrés.
En el caso de la arista que citas no es una cuestión de desnudez, sino de exhibicionismo gratuíto (instalaciones con tampax usados, condones, etc) que es evidente que sólo busca escandalizar (no entiendo muy bien a quien), y que a mí personalmente me resulta mojigato e infantil.
Estoy de acuerdo, Andrés, en que tan ridículo es usar este tipo de códigos como recurso fácil que rechazarlos de plano, pero no creo que este sea el caso de Anxo, ni desde luego el mío.
Yo soy un gran admirador de artistas como Marcelí Antúnez, o de Ignacio Galilea, que usan el cuerpo como un medio artístico, NO como una forma de llamar la atención sobre sí mismos como artistas.
Aunque bueno, supongo que este tipo de imposturas y excesos de afectación también se dan, de otra manera, en la pintura y en otros tipos de arte.
Lo que Anxo concluye en su post, y en eso estoy totalmente de acuerdo, es lo absurdo que es que hoy en día este tipo de truquillos de medio pelo para llamar la atención sigan funcionando, lo que es un buen indicio de lo pacata que es nuestra sociedad.
Y también, Andrés, coincido plenamente contigo en lo asqueante del trato informativo de los medios "serios" del accidente de Barajas, aunque no sé que tiene que ver con todo esto.

Juanma Moreno dijo...

Creo que coincido con lo que dices:

No se puede negar la performance como medio, porque las hay buenas (muy muy muy pocas). Tampoco se puede negar el videoarte como medio, algo bueno hay por ahí (hay que rebuscar a conciencia para encontrarlo). Lo mismo ocurre incluso con pintura de caballete y escultura actuales.

El todo vale y sus nefastas manifestaciones afecta a todos los campos de la creación (siendo en algunos más evidente que en otros)

Pero ningún medio se libra de estar saturado de banalidades.