miércoles, 12 de marzo de 2008

Apología del Dibujo

En mi curso de la universidad, que ahora inicia su segunda parte, "Saber Ver el Arte (el arte desde dentro)" estoy haciendo una serie de visitas a distintos lugares relacionados con el arte. Talleres de pintores, escuelas de arte, museos, estudios, colecciones privadas... combinadas con una serie de contenidos de índole teórica.

En una de las clases, dentro del bloque dedicado a la formación artística, se habla de la importancia del dibujo.

Desde pequeño, al igual que otros muchos niños, sentí atracción por el dibujo. Con muy pocos años disfrutaba -como otros muchos niños- deslizando lápices, bolígrafos o rotuladores por la superficie inmaculada de un papel. La línea, que surge como pensamiento instantes antes de trazarse, fue atrapándome poco a poco. Nunca he dejado de dibujar. Incluso cuando estudié Restauración -de obras de arte, no Cocina- o cuando estuve casi un año en Bazán, ni siquiera entonces dejé de dibujar.

Mi formación en dibujo empezó en casa, como autodidacta, aunque yo pronto empecé a asistir a clases particulares -unas mejores, otras peores- y veía siempre a mi madre pintando y dibujando.

Durante tres años, tras mis primeros balbuceos artísticos y mis primeros intentos de formación, asistí regularmente a la clase de dibujo y pintura de Ricardo Segura Torrella. Este pintor ferrolano tenía un trazo vigoroso, lleno de fuerza, que se nota en la explosión cromática y de empastes en sus cuadros. Pero sobre todo, los que lo tuvimos como profesor, tuvimos la suerte de poder ver su mano pequeña y nerviosa trazando aquellas líneas seguras con las que corregía los trazos inseguros que uno iba tejiendo poco a poco en los blocks de dibujo "BASIK".

Con Ricardo Segura Torrella sólo quise dibujar. Nunca quise hacer otra cosa. Sus clases fueron el fundamento de mi iniciación al arte. Aprendíamos a retratar personas, copiándonos unos a otros mientras dibujábamos. Algunos traían amigos o parientes para que los retratásemos... de ese modo fue como conocí a mi mujer, Carmen Martín, pues su hermana Mónica iba conmigo y la llevó a posar el 27 de Octubre de 1988 (es que el retrato, con la fecha, está en la sala de mi casa).

Siempre he creído que el dibujo es la base de todas las artes, una gimnasia necesaria y agradable, una manera de pintura mucho más íntima y directa, en la que los trazos del cerebro se ven directamente, sin artificio ni ropajes. Algo tan básico que no puedo concebir la idea de un artista que no dibuje.

Concibo el dibujo como una exploración, un aprendizaje continuo. Dibujando se estudia el mundo, como hacía Leonardo da Vinci. En realidad considero a todos mis dibujos como estudios, en los que aprehendo parte de la realidad y al mismo tiempo la aprendo. Pero es que además ¡es divertido!

Estaba muy convencido de esto. Sólo al llegar a la facultad de Bellas Artes de Pontevedra empecé a oír que el dibujo no importaba, que "restaba libertad" y demás macanas. Los constantes comentarios en contra del dibujo, el desprecio que se notaba entre los profesores hacia el virtuosismo técnico, la sutileza, la exactitud, el dominio de los recursos expresivos... fue minando mi ilusión inicial. En pocos meses pasé de estar eufórico por comenzar al fin mis estudios soñados a estar deprimido por ver que todo lo que yo tenía ganas de aprender no sólo no lo aprendería sino que me prohibirían hacerlo, pues estaba evidentemente mal visto.

En 4º curso, incluso tuve una profesora que llegó a hacerme llorar de impotencia, pues su persecución de mi creciente habilidad en el dibujo llegó a ser un verdadero acoso. Gracias a una conversación en la que comenté mi problema con ella a la entonces jefa de departamento, Araceli Liste, pude librarme de esta tipa y conseguí que sólo me evaluase la otra profesora del grupo, cuyo nombre tampoco recuerdo.

Después de estos años pasados en Pontevedra (lo de Barcelona es otra historia) tengo que decir, que lejos de convencerme esos argumentos de que el dibujo ya está superado, que no es necesario, que se aprende enseguida, etc... pues más bien pienso lo mismo que Luis en
un comentario de este blog, que estoy pensando en enmarcar: "Ahora puedo gritar “TOLERANCIA CERO”.

Aunque suene pretencioso, que no lo pretendo, yo dibujar. No es nada extraordinario: el dibujo es una disciplina que se adquiere con práctica y estudio, y en mi caso he satisfecho ambas exigencias. Durante años me he consagrado únicamente al dibujo, durante muchísimas horas. No sólo dibujaba durante parte del día, sino que literalmente vivía pegado a libretas y lápices. He hecho cientos, miles de dibujos. Dibujos en su mayor parte de retratos y desnudos, aunque no desprecié otros temas. Pero no me ha bastado con eso: sigo haciéndolo. Para mí dibujar es algo natural, y no me cuesta. Me gusta. Nunca entenderé que haya supuestos artistas -excepto si son novatos, si no saben- que odien el dibujo, que dibujen poco y sin ganas.

Es MUY curioso que todo lo que odio en arte, todo lo que me parece un timo, todo lo que me parece penoso, cutre, feo, estúpido, interesado, vendido, traidor de lo auténtico, negocio sin escrúpulos, va unido al desprecio por el dibujo.

Los conceptuales han hecho bandera del desprecio por el dibujo. Un desprecio profundo, que existe incluso cuando se afanan en llenar grandes superficies de trazos de carboncillo. Un desprecio que se resume en: me río de esta mierda. Lo mismo que muy inteligentemente criticó Tom Wolfe en "¿Quién teme a la Bauhaus Feroz?", libro que recomiendo "muy muchamente". Aunque en el caso de Wolfe hablaba del profundo desprecio que supone el postmodernismo arquitectónico a los estilos históricos que imita (por ejemplo, Boffill).

Desprecio al dibujo existe también en los que convierten la pintura, el dibujo, el grabado y todo lo que el arte es, en una mecánica tortura, sin alegría ni pasión: los hiperrealistas. Gentes que no se atreven a sacar un boli para garabatear en una servilleta la curva irrepetible de una espalda en un autobús, pero que llenan superficies de varios metros cuadrados con la traducción a trazos mecánicos y pacientes de una fotografía previamente proyectada en el lienzo.

Desprecio al dibujo también es el que ejercen los pintorcillos domingueros que viviendo en pleno monte sólo saben pintarlo cuando sacan una fotografía de lo que se ve desde la ventana de su estudio.

Después de todo este tiempo que he pasado dentro de este mundillo, tanto dibujando, como enseñando, como pintando, grabando, fotografiando, acompañando a mi mujer a sus maratones de pintura, asistiendo a exposiciones, visitando museos, leyendo libros... después de toda mi experiencia vital en torno al arte, puedo afirmar, y cada vez estoy más seguro de ello, que para el arte, para que el arte sea algo vivo, vigoroso y de verdad, sólo existe un camino: el dibujo.

El dibujo es la clave. Y lo sé entre otras cosas porque no hay nada que cabree tanto y por igual a conceptuales, hiperrealistas y domingueros como decir en voz alta que las fotos no valen como "bloc de notas", que hay que dibujar las cosas del natural, y dibujar mucho, constantemente. Haced la prueba, decidle esto a algún "artista" de estos, y observad la reacción.

Por ejemplo: hace tiempo, en este mismo blog, escribí una entrada en la que defendí el dibujo del natural contra la copia "de foto". Posteriormente, en diversas discusiones sobre arte en Internet pude constatar el rechazo frontal a mis tesis. Pues bien, hubo quien me amenazó -incluso con abogados y toda la cosa- ¡por no opinar igual que él!


Hay muchos grandes pintores. Pero sólo algunos son a su vez grandes dibujantes. Todos los grandes al menos son dibujantes eficaces, pero una pequeña minoría destaca en esta práctica. Con el tiempo, cada vez me gustan más los pintores-buenos-dibujantes sobre los pintores-no-tan-buenos-dibujantes.

Una forma de comprobar esta teoría es visitar una exposición de segunda, como las que solemos tener en Ferrol, Coruña, etcétera. Si el pintor destaca como dibujante, encontraremos siempre algo bueno que ver. Por ejemplo: Sorolla. Cuando el pintor es un dibujante pasable, las exposiciones de segunda suelen ser muy, muy decepcionantes, por más que los curas -guías de almas en las exposiciones, contratados por las instituciones dueñas de las salas- se empeñen en sermonearnos sobre las bondades de los Seoanes, Granells, etcétera. Ya pueden llenar el catálogo de sesudos estudios históricos, que... si falla el dibujo veremos mucho cartelito, mucho texto... pero lo demás... bastante flojo.


13 comentarios:

Coki dijo...

Qué tal Anxo, que casualidad que precisamente estos días estuve leyendo un libro de richard williams (un animador de disney) y comentaba algo parecido. Comentaba que cuando tenía 15 años se pasó 2 años en España viendo cuadros y aprendiendo dibujo para entrar en disney y resaltaba la importancia de dibujar del natural. Además comentaba que incluso para los nuevos animadores que trabajan con ordenador, solo los que eran capaces de bocetar en papel los frames eran buenos animadores. También hace un comentario muy simpático (voy a intentar traducir porque el libro está en inglés):
'¿quieren aprender a dibujar bien? PUES MIREN ALGO DE DURERO!! '

Anónimo dijo...

Todo lo que suene a dibujo bien hecho en la facultad les suena a Artes y Oficios y les da asco
Pero viendo lo que hacen ellos no me extraña

mariano dijo...

Ya sabes que yo estoy totalmente de acuerdo...para mí esto es obvio, pero es una de esas obviedades que, por una extraña vuelta a la tortilla, se esconden de la realidad del circuito artístico que mantiene una supuesta "vanguardia" como una momia, muerto ya hace tiempo, pero con apariencia de estar vivo.
El dibujo es, no sólo la base del trabajo de un artista, sino de cualquier trabajo con un componente creativo: ingenieros, arquitectos...Decir que un artista no necesita saber dibujar es algo tan, tan, tan enormemente estúpido...y la de veces que tuvimos que oirlo en la facultad, como si de oir una necedad mil veces fuese a transformarse en verdad.

Anónimo dijo...

Bueno, es que es verdad que para muchos de los oficios artísticos actuales no hace falta dibujar!!
Ahí creo que disiento de vosotros:
Yo veo natural y hasta deseable que la gente que no ama el dibujo no dibuje. Es obvio que para realizar videos, fotografías, instalaciones o la mayoría de los cuadros que vemos por ahí, no hace falta saber dibujar. Y el que la persona que los hizo además, o aparte, "sepa dibujar" ...para mí no los hace más valiosos.
((Por ejemplo; imaginemos que Ferrán García Sevilla, en el fondo, -o en otra época de su vida, o en la intimidad...- fuese un dibujante sensacional: Pues estupendo, pero sus cuadros me seguirían pareciendo un bodrio)).

Para mí lo desagradable es precisamente que a todas las personas que practiquen oficios artísticos como los arriba citados se les PRESUPONGA -(como el valor a los soldados)- que además saben dibujar. Ese es un cliché y un tópico totalmente falso hoy en día, y creo que todos los que salís diciendo "no puedo concebir la idea de un artista que no dibuje" ...en cierto modo contribuís a perpetuar ese tópico en la mente de la gente,(aunque por supuesto no sea vuestra intención).

Que un pintor abstracto o decorativo no sepa dibujar no lo desautoriza como artísta, eso sería un prejuicio estúpido...
(porque "artista" lo es cualquiera que diga que lo es, no se trata de un título oficial como "arquitecto")
... pero todavía más estúpido es presuponerle -por el hecho de ser "artista"- unas habilidades y conocimientos que sus cuadros no demuestran en absoluto.

Creo que para hacer una labor positiva, y para combatir la ignorancia y esos prejuicios y tópicos indeseables, basta con recomendar a la gente que tenga sentido común: Que juzgue a cada cual estrictamente por lo que produce, ya sean escenas dibujadas o superficies de un color liso, y que desconfíe de todos los supuestos talentos y sabidurías y conocimientos que las obras no demuestran.
-perdón por el rollo, no sé por qué me quedó tan largo y solemne-
:D

Anxo Varela dijo...

Bueno, Brasas, en realidad no presupongo ningún valor dibujístico en los que pintan mierdas o hacen fotos o películas de mierda. ¡Es que ese es el "quid"! Cuando se conoce el dibujo salen cosas por lo menos dignas. Y un tema que quisiera tratar más en profundidad, pero que Mariano y tú ya lo estáis sacando es por una parte la ayuda que el dibujo supone incluso para fotógrafos o cineastas, diseñadores, etc... y por otra que la gente le llama "saber dibujar" a hacer cuatro líneas estilosas... pero no se trata de eso exactamente.

Yo creo que si se sabe dibujar bien de verdad, es fácil poder luego pintar, esculpir, etc, y lo que sale es de mucha más calidad, al menos hay una cierta garantía de resultados potables. Como ves, es justo lo contrario: no presupongo capacidad dibujística en gente como Barceló, cuyos cuadros no me gustan un carajo... o en Cézanne, que gustándome es para mí una inexplicable excepción a la regla, porque era un gran pintor, pero un dibujante mediocre.

Sólo es que no conozco, aparte de Cézanne, muchos más que sean buenos pintores pero malos dibujantes.

En cambio, Durero, Leonardo, Brueghel el Viejo, Miguel-Ángel, Hans Holbein el Joven, Rembrandt, Ingres, Degas, Mary Cassatt, Toulousse-Lautrec, Fortuny, Francisco Llorens, Bello Piñeiro, Francisco Gimeno, Klimt, Schiele, Picasso, David Hockney, Ronald B. Kitaj, Antonio López... son todos excelentes dibujantes y muy buenos pintores.

Y por no hablar de otros que no suelen ser reconocidos como tales, pero que también son excepcionales como dibujantes: Rubens, Van Gogh, Max Beckmann, Georg Grosz, Balthus, Paul Klee, Hogarth, Käthe Kollwitz...

Anónimo dijo...

Todos los que citas me gustan... pero ¡¡no sé qué me dá que te acuerdes de Gimeno, Picasso, Llorens, Kitaj, Balthus, Piñeiro... y te olvides de RAMÓN CASAS!!
-Su colección de retratos del MNAC es con diferencia la exposición más fuerte e impresionante que he visto en mi vida-
... pero en fín, eso ya son matices personales...

Cuando cuelgues ese artículo sobre la importancia formativa del dibujo seguramente volveré a asomar, porque me parece que la confusión de oficios tan independientes es nociva, y favorece a millones de farsantes que legitiman su basura diciendo que están "yendo más allá" porque primero ya dibujaron y se formaron clásicamente.
(Generalmente es mentira y simplemente lo soñaron o lo vieron en alguna película :)

Anxo Varela dijo...

¡Tienes razón! Ramón Casas... es MUY bueno, y poco valorado para su calidad.

¡Pues yo la semana que viene estaré en Vic y pasaremos un día en Barcelona!

Y sí, en eso que dices tienes mucha razón. Hay muchos artistillas y artistoides que por haber estudiado Bellas Artes en Sevilla, por ejemplo, se creen que ya saben dibujar y han tenido una formación sólida. Pero no es lo mismo formación carca que formación clásica, y ni siquiera la formación clásica supone una formación sólida. Saber dibujar "de verdad" supone trabajárselo bastante por cuenta de uno, tomárselo en serio, apasionarse, utilizar el dibujo como herramienta cotidiana... y no simplemente hacer los ejercicios de clase.

No lo encuentro ahora, pero hay por ahí circulando un texto que recoge las experiencias de Hockney cuando empezó a estudiar en Londres. De cómo al principio se quedaba impresionado con los trabajos de otros alumnos... hasta que se dio cuenta de que el dibujo era algo mucho más hondo, en lo que había que profundizar más... y cómo al cabo de unos meses se dio cuenta, al profundizar en el dibujo, trabajando día tras día, de que aquellos trabajos tan impresionantes en realidad eran bastante superficiales. Una lástima no encontrar el texto original...

Anónimo dijo...

a mí me encanta el dibujo.
Pero respecto a esto últimamente me ronda por la cabeza una teoría o algo así. Resulta que me he dado cuenta de que yo tengo una mirada excesivamente "tridimensional", no sé si me explico. No dibujo precisamente lo que veo, eso me cuesta bastante, no tengo buena memoria o memoria más fotográfica, que es esa que es capaz de fijar una imagen "plana" de la realidad en la mente, y que luego puede mirar el papel y prácticamente ver la proyección mental de esa imagen en el papel, y por lo tanto "calcar" con relativa facilidad lo que su mente retiene y proyecta sobre el papel. Me he dado cuenta de que más allá de una facilidad con la mano, está ese modo de "percibir" que me es ajeno. Yo soy profundamente tridimensional, lo que capto y retengo es la forma, no el contorno, es lo tridimensional y el efecto de la luz sobre la masa, no la imagen de los claro-oscuros como siluetas en distintos tonos...
no se si se me entiende, cuando dibujo tengo que reconstruir el punto de vista mío respecto a esa masa formal, y la luz que le incide, lo que hace que para mí dibujar sea más bien una reconstrucción, esto me da la ventaja de trascender la escena, pero multiplica por millones los datos a reconstruir, no puedo con la complejidad de una escena porque no la veo como un mapa de bits, donde es indiferente qué se representa, o la distancia, o el tamaño y textura de las cosas, lo mío es como tener que diseñar tridimensionalmente todos los objetos que tengo ante mí, para luego representarlos en una de sus posibles posiciones... resumiendo, nada más alejado de una fotografía.
Hay en cambio personas que tienen una visión fotográfica de la realidad, plana, y que calcan su visión sobre el papel, tienen una especie de proyector mental.
Hace muy poco que entendí esto, y por eso entendí mi dificultad para representar cierta exactitud visual, y sin embargo mis dibujos tienen mucha espacialidad.
Me gustaría saber que piensas de esto, y cuál de los dos modos de dibujo crees que es el predominante. Creo que en bellas artes aún predomina el elogio del artista plano, aunque su representación presente por "equivalencia" lo tridimensional, su proceso es de reproducción de la imagen plana.
No sé que es mejor, me gustaría poder ver plano, retener imagen en lugar de interpretar el espacio, pero puesto que soy arqitecto, supongo que me conviene más lo que tengo.

Anónimo dijo...

Yo creo que para realizar un vídeo (también depende lo que uno entiende por vídeo), sí hace falta dibujar. De hecho, siempre se hace. De un guión literario se pasa al story board donde se visualiza la futura película mediante dibujos
Cualquier actividad artística requiere un primer paso, una representación primera, inicial, un punto de arranque de la idea, que se da a través del dibujo.
Yo no digo que tenga que ser dibujo académico, más o menos perfeccionista, simplemente digo que DESPRECIAR el dibujo como punto de partida de la creación artística es desconocer la creación artística.
Respecto a las instalaciones, yo nunca he hecho ninguna (bueno, instalé los cables del teléfono en mi casa), pero si las hiciera tendría que dibujarlas primero.
Y un pintor abstracto o informalista, o digamos, no figurativo, dibuja en el momento que pinta el cuadro.
Esa alergia al "dibujo" de gran parte del arte "moderno" es (o yo al menos llamo así a ) una alergia a cualquier trabajo con un componente manual y no puramente cerebral y conceptual.
Los teóricos y ¿artistas? que defienden esto deben ser unos tíos del tipo de Michael Caine en la película "La Mano", en la que a un tío se le implantaba una mano de un asesino, y la mano iba matando a la gente sin que su poseedor fuera capaz de dominarla.
Porque desde la religión conceptual, separar y despreciar el DIBUJO de la supuesta actividad creativa pura, conceptualmente entendida, demuestra algo así como que a esta gente las manos no les responden al cerebro y son independientes de él.
No quiero saber, entonces, con qué escriben sus putas teorías.

Anónimo dijo...

es gracioso leer como todos esos artistas que poneis como paradigma de la excelencia dibujistica se servian de aparatos (camara oscura, camara lucida, lentes...) para conseguir una mayor precision. Dicho sea, lo cual no resta merito ninguno a su obra. Simplemente hay que juzgar el resultado, y dejarse de mitos y leyendas, y abandonar esa concepcion prehistorica de artista con dones sobrenaturales. Trabajar mucho, y utilizar los instrumentos que ayuden mejor a la obra de cada uno.
Los medios son los mismos para todos, pero no los resultados. Pregunto, realizar un cuadro de Richard Estes es tan facil como comprarse un proyector? Un poco simplista, o incluso envidioso. No confundais al tipo de artista que persigue la gestualidad (tipo rembrandt) con el que persigue otra vision de la realidad (velazquez), aun siendo los realistas.
un saludo.

Anónimo dijo...

Por dios que fundamentalista!! que el dibujo no es ningún don divino de algunos privilegiados ni hay que pasarse la vida haciendo garabatos si uno no quiere. me quedo con el último comentario anónimo sobre lo arcaico de vuestras definiciones. A mirar el arte con ojos de este siglo!!

Anxo Varela dijo...

Evidentemente si uno pasa toda la vida dibujando -lo cual es mi intención, desde luego- puede hacer algo más que garabatos. No es obligatorio dibujar, ni siquiera es obligatorio querer ser artista. Pero las artes "visuales" se empobrecen siempre cuando escapan del dibujo. El odio que desde el lado oficialista y acomodado en el todo vale se tiene al dibujo es un síntoma interesante. Muy interesante. Este odio a la habilidad y al talento por parte de los defensores de la visión oficialista del arte, es sospechosamente paralela al desprecio y odio a la cultura, a la intelectualidad, a la inteligencia, que se ejemplifica en la quema de libros en todas las épocas de triunfo de la barbarie e intolerancia (Inquisición, nazismo, comunismo...)

En el fondo es una manera de hacer valer la mediocridad. Se busca la uniformidad en todo, minimizando y luego eliminando los elementos sobresalientes de la creatividad y la cultura. No deja de ser significativo que el sistema artístico y cultural de nuestra oficialité actual valore y anhele esa uniformidad (se habla de globalización, estilo internacional...) que indica solamente mediocridad, falta de personalidad e identidad, y desprecie, censure, niegue e intente ridiculizar toda muestra de verdadero talento, habilidad, genio en definitiva.

Creo que es ahí, y no en la explicación de un sentimiento y una experiencia -que es lo que al fin y al cabo contiene mi artículo- donde hay mucha intolerancia y fundamentalismo. Ese precisamente es tu grito final:
"A mirar el arte con ojos de este siglo!!" (con doble admiración final)
Creo que esa expresión y lo que significa sirve para ganar un campeonato de fundamentalismo.

Emilio Medeiros dijo...

Publicado por Emilio Medeiros

Lo que leeréis en adelante (si la paciencia o el ocio os lo impele) lo acabo de publicar también en el Blog de Avelina Lésper.
El primer "trabajo" que Dios encomendó a Adán fue dibujar. Ponle nombre a las cosas (le dijo), o sea: separa c/cosa del conjunto, ponles fin (de-fínelas), contorno. Solo así es posible la doble articulación del lenguaje. En el principio era el verbo dicen las sagradas escrituras, pero para poder aplicarles verbo, las cosas deben poder ser conceptualizadas de forma independiente al resto de las realidades, deben poder ser definidas, y eso, solo es posible si PRIMERO se las "dibuja".
El Dibujo No es una habilidad, No es una destreza motora sino intelectual. No saber dibujar impide dimensionar, ubicar, contextualizar, comprender, comunicar. El dibujo es la Inteligencia de la Pintura (decía Modigliani) El dibujo es la primer abstracción del hombre. Dibujo, luego existo (debió mejor decir Renée) El dibujo No es un instrumento como no lo es el Arte, ni la foto lo sustituye porque sus mecanismos son exactamente lo opuesto: mientras la foto unifica el campo visual, el dibujo lo califica y amor que no discrimina es ofensivo.