En la página de mi Antiyó encontré estos "Ocho pecados capitales de arte contemporáneo" de José Javier Esparza:
1. Búsqueda obsesiva de la novedad, objetivo fundamental del creador. El artista no aspira a crear una buena obra, sino una obra nueva, que sorprenda por su novedad.
2. Desaparición de significados inteligibles. Si no se entiende, mejor. Si se entiende, el artista cree que ha fracasado.
3. Transversalidad de los soportes, todo vale, el propio soporte se convierte en arte. ¿Pero pueden ser arte paquetes de cigarrillos pegados sobre muebles o latas apiladas?
4. La consagración de lo efímero.
5. La vocación nihilista, la carrera desenfrenada por destruir cualquier referencia sólida, estable.
6. Apariencia de subversión, cuando en verdad está en gran parte subvencionada desde el poder de turno, que sigue sin entender ese arte, pero que se siente moderno amparándolo.
7. El naufragio de la subjetividad del artista, que no valora otra realidad distinta de propio yo, y que, por mor a ese culto a su subjetividad más radical, termina por no entenderse ni él mismo.
8. Obliterar cualquier búsqueda de la belleza, concepto que se considera retrógrado y perverso.
En realidad, como se podrá comprobar, estoy bastante de acuerdo con ello, aunque me cheira un poco. Porque el tal Esparza es un tipo interesante, pero de una derecha más que extrema.
Ya en alguna ocasión me he encontrado con que mis opiniones eran aparentemente compartidas por gente que rechaza el sistema, pero desde la derecha más cerril...
Este hecho nunca deja de sorprenderme, porque mis ideas políticas están en las antípodas de lo que ellos defienden, pero en cuanto al arte, yo casi suscribiría este "octálogo".
Claro que habría que matizar... Que yo me rape al cero un día no quiere decir que se me pueda considerar un skin-head... las coincidencias superficiales no tienen por qué significar coincidencias profundas.
Y hay unas cuantas diferencias profundas:
Para los ultraacadémicos los impresionistas, modernistas (excepto un par de ellos), simbolistas, postimpresionistas, todos los vanguardistas y postvanguardistas, escuela de Londres, etc... es pura bazofia. Y en cambio para mí son los que han enriquecido nuestra tradición y hacen que la pintura siga tan viva.
El abismo que separa a los de Art Renewal de los Stuckist es el mismo que separa a José Javier Esparza de mí.
1. Búsqueda obsesiva de la novedad, objetivo fundamental del creador. El artista no aspira a crear una buena obra, sino una obra nueva, que sorprenda por su novedad.
2. Desaparición de significados inteligibles. Si no se entiende, mejor. Si se entiende, el artista cree que ha fracasado.
3. Transversalidad de los soportes, todo vale, el propio soporte se convierte en arte. ¿Pero pueden ser arte paquetes de cigarrillos pegados sobre muebles o latas apiladas?
4. La consagración de lo efímero.
5. La vocación nihilista, la carrera desenfrenada por destruir cualquier referencia sólida, estable.
6. Apariencia de subversión, cuando en verdad está en gran parte subvencionada desde el poder de turno, que sigue sin entender ese arte, pero que se siente moderno amparándolo.
7. El naufragio de la subjetividad del artista, que no valora otra realidad distinta de propio yo, y que, por mor a ese culto a su subjetividad más radical, termina por no entenderse ni él mismo.
8. Obliterar cualquier búsqueda de la belleza, concepto que se considera retrógrado y perverso.
En realidad, como se podrá comprobar, estoy bastante de acuerdo con ello, aunque me cheira un poco. Porque el tal Esparza es un tipo interesante, pero de una derecha más que extrema.
Ya en alguna ocasión me he encontrado con que mis opiniones eran aparentemente compartidas por gente que rechaza el sistema, pero desde la derecha más cerril...
Este hecho nunca deja de sorprenderme, porque mis ideas políticas están en las antípodas de lo que ellos defienden, pero en cuanto al arte, yo casi suscribiría este "octálogo".
Claro que habría que matizar... Que yo me rape al cero un día no quiere decir que se me pueda considerar un skin-head... las coincidencias superficiales no tienen por qué significar coincidencias profundas.
Y hay unas cuantas diferencias profundas:
- En realidad, yo nunca llamaría pecados a estas ocho características del arte oficial. Simplemente no considero que el oficial sea un arte "descarriado" o "degenerado", porque para mí no es ni arte.
- Para esta gente el arte se ha ido desviando del "camino recto", y ha llegado a lo que hoy es Arco. Pero para mí el anti-arte ha surgido al lado del arte pero nunca ha sido la misma actividad. Eso por no hablar del "camino recto" en el arte, porque dudo que eso exista. Existe la autenticidad, pero no sabe de trayectorias.
- En el punto 2, no coincido en absoluto. Más que una búsqueda de lo incomprensible -tipo arte abstracto, sin tema- se trata de que las "obras" antiartísticas o de arte oficial son anodinas, incapaces de transmitir nada por pura impericia, por pura desgana y falta de habilidad y talento. Por eso no existe exposición de arte oficial sin "comisarios" ni sin catálogos o cartelitos explicativos, y en algunos casos "curas" que te cuentan el sermón y la vida y milagros del artista cuando visitas la exposición. Es una actividad ausente de fuerza, de vida, de impulso propio, y sólo la constante transfusión de dinero -en su mayoría público- lo mantiene artificialmente con vida. La demostración: no existen artistas conceptuales aficionados, amateurs.
- En el punto 3, no veo inconveniente en que el soporte sea arte. Un cuadro ES arte, y la humildad de los materiales no resta posible artisticidad a las obras. Los paquetes de cigarrillos pegados sobre muebles podrían hasta ser un collage, y esta simple manipulación, este simple trabajo de apilar y pegar es muchas veces lo que se echa en falta en "obras" como la cama sucia y deshecha de Tracey Emin. No acepto el objeto encontrado como arte, pero sí los collages.
- En el punto 6, no creo que los poderes desconozcan en realidad la esencia del antiarte y lo apoyen por puro desconocimiento. Eso supondría que el antiarte tiene algo de personalidad. Pero ni siquiera: el antiarte es sólo un producto de marketing, y si algo sabe el poder es de marketing, de convencer a los esquimales de que lo mejor para ellos es comprar frigoríficos. El arte oficial es una herramienta más, y por eso interesa, porque ayuda a vender una imagen del poder como algo cercano, progresista. Pero esta herramienta la usan tanto los gobiernos del PP como los del PSOE. Y hasta los de Izquierda Unida, para qué nos vamos a engañar. Lo que vende es apoyar a la "creación joven", "divertida" y "transgresora". Aunque los "artistas" tengan 70 años, las "obras" sean un muermo y vengan todos a la inauguración en limusina.
Para los ultraacadémicos los impresionistas, modernistas (excepto un par de ellos), simbolistas, postimpresionistas, todos los vanguardistas y postvanguardistas, escuela de Londres, etc... es pura bazofia. Y en cambio para mí son los que han enriquecido nuestra tradición y hacen que la pintura siga tan viva.
El abismo que separa a los de Art Renewal de los Stuckist es el mismo que separa a José Javier Esparza de mí.
8 comentarios:
Las ideologías conservadoras, por sistema, se oponen a todo lo que suponga un cambio en un estado admitido como "normal".
Muchos analistas (o ciudadanos de a pie), alineados ideológicamente en la derecha, se oponen al arte "moderno" o "transgresor" precisamente porque se creen que es realmente moderno o transgresor, es decir, pican el anzuelo que este tipo de arte y sus teorías les pone, legitimándolo en una pequeña parte, porque este tipo de arte vive en gran medida, de la provocación, o al menos del intento de provocar.
Como el conservadurismo ideológico suele ir acompañado de un escaso interés cultural (digo esto con todo respeto, ojo, y como una generalización, ya que el autor del que hablas sí parece más informado), muchas personas de este tipo son carne de cañón para los artistas "modernillos", que no le colarían a gente más formada cultural y estéticamente la falacia de que están haciendo algo "vanguardista" o "transgresor".
Ahí es donde surge la coartada, la única coartada de los defensores de el falso "vanguardismo" artístico: hacer creer a la gente que sus detractores lo son porque son carcas, fachas, gente del pp, o mojigatos opuestos a las veleidades de una experimentación que hace ya décadas que no es ni cenizas de tal cosa.
Y ahí es de donde surge el miedo de mucha gente a opinar: para "no quedar de carca, o de antiguo, o de intolerante".
Por eso es bueno, por no decir imprescindible, que gente como tú, (o incluso como el tipo este del decálogo, por muy de derechas que sea, está en su derecho a ello), ARGUMENTE razones para no considerar ARTE ciertas cosas, no por animadversiones ideológicas ni por rechazo pasional, sino por simple justicia objetiva, por acabar con un monopolio basado en teorías contradictorias, que margina e ignora conscientemente a auténticos artistas, para dar cancha a suplantadores y vendedores de humo.
Yo creo que el arte es algo que está al margen de las aceras políticas, pero es a este tipo de arte y de artistas a los que les conviene hacer parecer que la derecha y los "reaccionarios" están en su contra, porque eso hará que muchos estúpidos políticos (como el emperador del cuento), suelten la pasta y las subvenciones ante la duda, porque lo último que quiere un político que es ignorante y carca, es parecerlo.
Tiene razón Mariano.
Hay en España dos o tres generaciones de personas a las que el arte oficial predominante nunca les ha aportado nada, ...pero jamás lo dirán en público porque temen que aparezca el enterado de turno y se ría de ellos o los llame "INCULTOS".
A mí -(quizás sea debido a que soy de una generación más atea)- me pueden llamar "inculto" todo lo que quieran, que la verdad es que me resbala y no me impide opinar.
De igual manera, cada vez que me sale de los cojones voto al PP, así que me podéis llamar también "facha", si es que sois de los que identifican ambas cosas.
Yo no creo que ningún partido político sea sustancialmente más honrado que los otros, pero cuando se vive en una Comunidad Autónoma y un ayuntamiento que llevan 20 ó 30 años gobernados por el mismo partido, -con todo el clientelismo y amiguismo establecido que perfectamente os podéis imaginar-... para mí los auténticos fachas, carcas y retrógrados son los que no ven deseable la alternancia, independientemente de lo zorro o zoquete que sea el tipo que gobierna y de las siglas concretas que tenga detrás.
Dicho esto comprenderéis que no estoy de acuerdo con ninguna asociación simplista entre votar a tal partido y por lo tanto tener tal idea de lo que debe ser el arte. ((Salvo que te apetezca, Anxo, compensar lo tradicional de tus gustos artísticos con una especie de militancia progresista :D ))
Repito: :D
(No te piques que te veo venir)
Nooooo, diormelibre de hablar de política a estas alturas. Para eso ya hay muy visitados blogs y periódicos.
Simplemente es que la extrema derecha -y la extrema izquierda, ciertamente- me dan alergia. No alegría: alergia.
Y cuando un escrito "cheira" a eso es... es ese inconfundible tufo... y me entran arcadas. Por eso me deja patidifuso ver alguna cosa coherente y más o menos razonada en plumas que alegremente luego vituperan a los de otro país simplemente por no haber nacido donde el de la pluma nació.
¡Ay los prejuicios ideológicos! Mira que es complicado tener que parecer siempre progresista, cuesta en ocasiones tener que sacrificar la verdad del corazón...
Señores, no hablan Vds. del verdadero espíritu de este arte: el nihilismo, el ocaso de el intento de plasmar Verdad, Bien y Belleza, de buscarlos, de añorarlos, de expresarlos... Eso es lo que en el fondo y a mi humilde entender busca expresar el señor Esparza. Que la cosa no es de política, sino de cosmovisión (lo que pasa es que una deriva de este nihilismo hoy y aquí es alinearlo todo políticamente...)
En ese fondo anti-nihilista estoy totalmente de acuerdo contigo y con quien quiera que lo denuncie. Tan sólo evité muy cuidadosamente alinearme políticamente con Esparza por su reputación -no sé si justificada- como ideólogo de extrema derecha. Comprenderás que con la que está cayendo en estas cuestiones artístico-políticas los enemigos del Hartismo (en realidad el enemigo, pues contamos sólo con uno y su eco) buscan cualquier resquicio para alinearnos con el conservadurismo más rancio, actitud policíaca-gestapista por otra parte también bastante nihilista.
La historia y la misma realidad son mucho más ricas y llenas de matices. Movimientos ideológicos y artísticos tan sorprendentemente novedosos como el Renacimiento italiano son fruto, como el Hartismo, del descontento con un orden caduco anterior, y lograron una renovación mirando al pasado más remoto. Hoy día, paradójicamente, las vanguardias son un conglomerado rancio y difuso, que busca perpetuarse a base de imposición ideológica y acaparar la teta del Estado. Nuestra postura parte del arte vivo y del pasado que late con más fuerza que el presente. ¿No está mucho más vivo cualquier cuadro de Rembrandt o Sorolla que los grises hierros de Sol Le Witt o las cansinas "provocaciones" de Tracey Emin? ¿No hay mucha más variedad en el arte oficial del siglo XII en un solo país que en el actual arte oficial de todo el planeta?
Creo que Esparza pone el dedo en la llaga en muchas cuestiones. Comparto esa crítica del Nihilismo. Pero seguramente llegamos cada uno a conclusiones bastante diferentes. Ser progresista puede ser una pose, como todo. Pero también puede ser algo sincero e interior.
Es verdad, hay una torva pretensión en quienes tratan de enmascarar en una denuncia evidente sus maquiavélicos planes de abducción ideológica. Es un riesgo en todos los contornos ideológicos. Lo más torpe -y peligroso- es cuando se hace desde el poder...
Me ha gustado muchísimo encontrarle por la red. Soy bastane profano en la materia estética, pero daré alguna vuelta más por su universo...
Gracias por su comentario y enhorabuena por su actividad y por su hijo. Dios lo bendiga.
Escribí en el buscador "Los ocho pecados capitales del arte contemporáneo", para recabar información acerca de este libro, y he caído en este blog. Saludos cordiales. He leído los comentarios vertidos en él, y, oh! grata sorpresa, me parecen muy razonables, con ciertas salvedades. Y digo grata sorpresa por dos razones: primera porque soy un artista conservador, y segunda, este parece un blog no conservador. A mí el sr. Esparza me parece un tipo coherente y sincero. Con eso me basta (me congratula que sea conservador como yo, pero esto es lo de menos). Mariano dijo una verdad tremenda acerca del pensamiento único impuesto por la izquierda: hay miedo en mucha gente a opinar (del arte oficial), para no quedar de carca, o de antiguo, o de intolerante.
Nunca deja de ser cierto eso de que "los extremos se tocan".
Firmado por un artista conteptual aficionado. ;-)
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