El artículo de Vargas Llosa sobre Hirst es magnífico. Os emplazo a leerlo. Explica muy bien los entresijos del "pseudo-arte" oficial.
Pero hoy no os voy a hablar de esos tiburones, sino de estos otros tiburones en formol:
Son un tiburón duende (delante) y un tiburón anguila (detrás), ambos bastante más raros que el de Hirst. Están en Ferrol, en el hoy cerrado -hasta su traslado a las nuevas instalaciones- Museo da Natureza, de la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN). Y por cierto, ellos me han explicado que lo correcto, una vez que el formol ha actuado en todo el tejido, es cambiarlo a alcohol, para que no se degrade, como le ocurrió al de Hirst.
Es curioso que los de la SGHN tengan un patrimonio tan extenso (basta visitar el enlace de arriba o pinchar en la foto para ver parte de sus colecciones) y no se hayan planteado ser "artistas". El tiburón de Hirst se vendió por 12 millones de euros ¡y ellos tienen dos! Eso de ser honrado no sale a cuenta.
Desde luego, con esos 12 millones de euros se acabarían los problemas del Museo da Natureza, que aún hoy tiene una sede ruinosa y una sede nueva con un futuro incierto. Pero es que con 12 millones se podrían aliviar los problemas de muchísima gente. Aunque Hirst ni ha pensado en eso, no tiene problemas éticos. Porque ni siquiera le suena esa palabra. ¿Ética? ¿Y eso qué es?
Pero hoy no os voy a hablar de esos tiburones, sino de estos otros tiburones en formol:
Son un tiburón duende (delante) y un tiburón anguila (detrás), ambos bastante más raros que el de Hirst. Están en Ferrol, en el hoy cerrado -hasta su traslado a las nuevas instalaciones- Museo da Natureza, de la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN). Y por cierto, ellos me han explicado que lo correcto, una vez que el formol ha actuado en todo el tejido, es cambiarlo a alcohol, para que no se degrade, como le ocurrió al de Hirst.
Es curioso que los de la SGHN tengan un patrimonio tan extenso (basta visitar el enlace de arriba o pinchar en la foto para ver parte de sus colecciones) y no se hayan planteado ser "artistas". El tiburón de Hirst se vendió por 12 millones de euros ¡y ellos tienen dos! Eso de ser honrado no sale a cuenta.
Desde luego, con esos 12 millones de euros se acabarían los problemas del Museo da Natureza, que aún hoy tiene una sede ruinosa y una sede nueva con un futuro incierto. Pero es que con 12 millones se podrían aliviar los problemas de muchísima gente. Aunque Hirst ni ha pensado en eso, no tiene problemas éticos. Porque ni siquiera le suena esa palabra. ¿Ética? ¿Y eso qué es?
3 comentarios:
estupendo el artículo que citas.
¿ética?
Lo que tiene es cara dura.
Hola Anxo!
acabo de leer tu mensaje, hasta ahora lo veo porque me habia llegado como Spam. Ya lo he publicarlo. Sobre el artículo de Vargas Llosa, gracias por la información, creo que vale la pena, lo publicaré pronto en Apuntes Criticos.
Que tiburones estos tan particulares, ¿seran antiguos?
D.
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