Desde diferentes entornos se habla siempre de la crisis del arte. Ciertamente las grandes salas y galerías del arte oficial están habitualmente vacías, exceptuando quizá los días de inauguración, cuando toda la gente que cuenta va a hacerse las fotos, e incluso el "artista" se digna a aparecer por allí.
Ciertamente, la gente apenas conoce los nombres de los grandes genios del arte oficial, que se encuentran a paladas en los labios de los gurús: Beuys, Manzoni, Tracey Emin, Jeff Koons, Damien Hirst, etc, etc. Hasta es tristemente cierto que ni siquiera la mayor parte del público ha oído hablar de los que yo considero importantes: Hockney, Kitaj, Antonio López, Balthus...
Pero cuanto más me meto en estas cuestiones más llego a la conclusión de que todo esto de la crisis del arte suena a profecía de autocumplimiento. En ellas, el anuncio agorero hace que uno tome posturas o decisiones que acaban provocando el cumplimiento del propio anuncio agorero. Por ejemplo: si los medios empiezan a decir: el martes habrá escasez de gasolina, todo el mundo irá a repostar antes del martes, aunque no sea imprescindible, con lo que las reservas de combustible irán agotándose haciendo que el martes las gasolineras tengan que cerrar.
En esto de la crisis del arte tenemos un buen ejemplo. El divorcio entre arte y público, anunciado a los cuatro vientos por los expertos que han hecho del arte elitista su negocio, provoca un paulatino desinterés del público por el arte contemporáneo. Y también provoca que los artistas contemporáneos se convenzan de que el arte no es para el público. Al final, favorece justo a quien anunció esa crisis.
Por el contrario, aunque evidentemente hay una crisis económica que dificulta algo las ventas, la pintura vive un momento feliz, de recuperación de terreno. Internet y el hartazgo general de transgresión y modernidad, han provocado que la gente se interese cada vez más por la pintura viva, la que se hace en su entorno y fuera de él. Artistas como Freud o Antonio López empiezan a ser conocidos por el público, y cuando las instituciones organizan exposiciones de pintura importantes, de calidad, la afluencia de visitantes es impresionante. La exposición sobre el Retrato Español en Coruña actualmente, o la de Sorolla y sus contemporáneos hace unos meses, ambas organizadas por Caixa Galicia, son buena muestra de ello.
La pintura no está en crisis. La escultura empieza a repuntar también. Entonces ¿dónde está la crisis del arte? Por supuesto, en torno al arte oficial, porque la gente no va a ver de buen grado vacas en formol ni lienzos con huevos estrellados.
Es un fenómeno llamativo, que merecería un buen estudio sociológico. En principio, mientras las cosas del arte oficial eran muy minoritarias, mientras esa crisis era aceptada como propia del arte en general, entendiendo como arte en general sólo el arte "moderno" oficial, todo iba bien. La gente en su mayoría se desentendía del arte en su conjunto, y sólo la élite era llevada a los saraos minoritarios, con lo que el negocio florecía.
Pero el monocultivo llegó a triunfar: escuelas de bellas artes, prensa, literatura popular sobre historia del arte... todo empezó a ser uniformemente favorable al arte oficial, "contemporáneo". Desaparecieron en su totalidad las voces discordantes, y toda la oferta oficial se hizo solamente pro-vanguardista.
En ese momento, el único arte que existía fue el oficial. Hablamos de la década entre el 1995 y 2005, época de publicación de libros de Taschen sobre arte contemporáneo de grandes tiradas, pero época también del auge de Internet.
Según la historiografía oficial, existía el arte pujante, contemporáneo, ejemplificado en instalaciones y video-arte, en los jóvenes artistas ingleses rebeldes y demás... y luego una serie de figuras aisladas, fuera de su tiempo, que se empeñaban en continuar con las formas del pasado. Se nos presentó al grupo de Londres como reliquia del pasado todavía viva, creyendo anulada toda su posible influencia, pues lo importante y vivo era lo contemporáneo de los jóvenes ingleses rebeldes y semejantes.
Pero esta divulgación tuvo dos efectos adversos:
Por eso, la queja de crisis ahora es sincera entre los gurús del arte oficial. El negocio se está terminando, al igual que la especulación inmobiliaria. Os recomiendo en este sentido visitar el blog de Mariano Casas, en el que habla de la especulación inmobiliaria y la especulación artística, ilustrando todo con un jugoso relato literario.
Ciertamente, la gente apenas conoce los nombres de los grandes genios del arte oficial, que se encuentran a paladas en los labios de los gurús: Beuys, Manzoni, Tracey Emin, Jeff Koons, Damien Hirst, etc, etc. Hasta es tristemente cierto que ni siquiera la mayor parte del público ha oído hablar de los que yo considero importantes: Hockney, Kitaj, Antonio López, Balthus...
Pero cuanto más me meto en estas cuestiones más llego a la conclusión de que todo esto de la crisis del arte suena a profecía de autocumplimiento. En ellas, el anuncio agorero hace que uno tome posturas o decisiones que acaban provocando el cumplimiento del propio anuncio agorero. Por ejemplo: si los medios empiezan a decir: el martes habrá escasez de gasolina, todo el mundo irá a repostar antes del martes, aunque no sea imprescindible, con lo que las reservas de combustible irán agotándose haciendo que el martes las gasolineras tengan que cerrar.
En esto de la crisis del arte tenemos un buen ejemplo. El divorcio entre arte y público, anunciado a los cuatro vientos por los expertos que han hecho del arte elitista su negocio, provoca un paulatino desinterés del público por el arte contemporáneo. Y también provoca que los artistas contemporáneos se convenzan de que el arte no es para el público. Al final, favorece justo a quien anunció esa crisis.
Por el contrario, aunque evidentemente hay una crisis económica que dificulta algo las ventas, la pintura vive un momento feliz, de recuperación de terreno. Internet y el hartazgo general de transgresión y modernidad, han provocado que la gente se interese cada vez más por la pintura viva, la que se hace en su entorno y fuera de él. Artistas como Freud o Antonio López empiezan a ser conocidos por el público, y cuando las instituciones organizan exposiciones de pintura importantes, de calidad, la afluencia de visitantes es impresionante. La exposición sobre el Retrato Español en Coruña actualmente, o la de Sorolla y sus contemporáneos hace unos meses, ambas organizadas por Caixa Galicia, son buena muestra de ello.
La pintura no está en crisis. La escultura empieza a repuntar también. Entonces ¿dónde está la crisis del arte? Por supuesto, en torno al arte oficial, porque la gente no va a ver de buen grado vacas en formol ni lienzos con huevos estrellados.
Es un fenómeno llamativo, que merecería un buen estudio sociológico. En principio, mientras las cosas del arte oficial eran muy minoritarias, mientras esa crisis era aceptada como propia del arte en general, entendiendo como arte en general sólo el arte "moderno" oficial, todo iba bien. La gente en su mayoría se desentendía del arte en su conjunto, y sólo la élite era llevada a los saraos minoritarios, con lo que el negocio florecía.
Pero el monocultivo llegó a triunfar: escuelas de bellas artes, prensa, literatura popular sobre historia del arte... todo empezó a ser uniformemente favorable al arte oficial, "contemporáneo". Desaparecieron en su totalidad las voces discordantes, y toda la oferta oficial se hizo solamente pro-vanguardista.
En ese momento, el único arte que existía fue el oficial. Hablamos de la década entre el 1995 y 2005, época de publicación de libros de Taschen sobre arte contemporáneo de grandes tiradas, pero época también del auge de Internet.
Según la historiografía oficial, existía el arte pujante, contemporáneo, ejemplificado en instalaciones y video-arte, en los jóvenes artistas ingleses rebeldes y demás... y luego una serie de figuras aisladas, fuera de su tiempo, que se empeñaban en continuar con las formas del pasado. Se nos presentó al grupo de Londres como reliquia del pasado todavía viva, creyendo anulada toda su posible influencia, pues lo importante y vivo era lo contemporáneo de los jóvenes ingleses rebeldes y semejantes.
Pero esta divulgación tuvo dos efectos adversos:
- Por una parte se dio información exacta y abundante sobre algo hasta el momento reservado para la élite, y que normalmente la gente prefería no conocer: la existencia del arte contemporáneo oficial con sus caballos colgados, sus performances estrambóticas y su video-arte... Más sus justificaciones teóricas enrevesadas, que implican creencia y toma de partido por una tendencia teórica sobre otra.
- Por la otra, se vio la totalidad del abanico existente: por un lado los ultramodernos y por otro las "figuras aisladas" que rechazaban esa ultramodernidad. A la gente no le costó mucho hilar cabos y ver que en su misma ciudad hay seguidores de las figuras aisladas y que les son más cercanos que los seguidores de los ultramodernos.
Por eso, la queja de crisis ahora es sincera entre los gurús del arte oficial. El negocio se está terminando, al igual que la especulación inmobiliaria. Os recomiendo en este sentido visitar el blog de Mariano Casas, en el que habla de la especulación inmobiliaria y la especulación artística, ilustrando todo con un jugoso relato literario.
18 comentarios:
A veces me pregunto ¿y si estamos equivocados? ¿Y si los que defendemos el tipo de arte que el arte oficial quiere ahogar somos los equivocados?
Y si fuera verdad que no somos capaces de entenderlo pq somos unos ignorantes. Acaso no les pasó lo mismo a los impresionistas, y mira después que ridiculo hicieron todos sus detractores :)
Joder estoy empezando a sentir la llamada del Lado Oscuro!! Que alguien me ayude!!!
La evidencia es contraria: tan sólo piensa que el arte oficial es eso, arte oficial, y es justo lo que rechazamos... como hicieron en su momento los impresionistas. El anti-arte lleva subido al pedestal desde hace casi 70 años, carcomiéndole el alma misma al arte. Y curiosamente, el primero en rechazar que los ready-made fueran considerados como arte (urinario incluido) fue Duchamp. Duchamp se opuso muy enérgicamente al neodadaismo, porque no poseía la frescura y autenticidad del dadaismo, sino que pretendía -y logró- consagrar como arte al puro anti-arte. Como decimos en el manifiesto hartista, nosotros preferimos creer a Duchamp que a sus exégetas.
Piensa que podríamos llamar a esta situación de engaño general el "efecto Matrix" ¿tú cuál píldora prefieres tragar?
No sé no sé. Es que a veces fuí a exposiciones de "eso" y hasta me pareció entender algo, e incluso algunas propuestas me parecieron coherentes y me gustaron (el lado oscuro es poderoso :D)
Por ej. en el Marco de Vigo hubo una exposición llamada "El museo es el contenido" o algo similar. Bueno pues una de las piezas expuestas era un libro con 2000 o mas páginas que se habian elaborado poniendo folios sobre la pared del museo y frotando supongo que carboncillo o algo similar encima. Pues a mí esa idea me parece coherente:
- museo=espacio
- Este libro = museo contenido en un espacio diferente. Espacio dentro de otro espacio. Es una forma de subrayar la "espacialidad" del museo como edificio. Eso que olvidamos cuando entramos, en el continente, a ver el contenido.
- muchos libros hablan de los edificios de los museos, es decir que "contienen" el museo. Este libro solo es otra forma de "contener" el museo. "rastros" de las paredes en lugar de letras que describen como son las paredes :)
En fin siguiendo en esta línea se pueden hacer muchas analogias interesantes, que generan también reflexiones dignas de ser tenidas en cuenta :)
Para mí el problema no es el Arte contemporáneo, el anti-Arte o todas estas corrientes. El verdadero problema es que quieran hacer que solo exista esa via de expresión. Que intenten matar el otro lenguaje, el de toda la vida. Que sería algo así como el lenguaje gráfico "de la calle", el nuestro. El que todos entendemos. Deberían de coexistir ambos.
Quieren hacernos creer que nuestra fórmula del lenguaje gráfico es una lengua muerta, a pesar de ser el lenguaje mayoritariamente utilizado, siendo su versión el lenguaje minoritario. Eso es lo que realmente me molesta.
Estamos de acuerdo. De todo se puede aprender y sacar cosas interesantes. Pero yo creo que la idea es un camino para llegar a la obra, y no al revés.
Estoy de acuerdo pero creo que te olvidas de la segunda parte del proceso:
idea/artista-->obra--->publico/idea
La idea genera una obra en la mente del artista y esa idea se transmite y es generada dentro de la cabeza del que ve la obra.
Por otra parte debemos recordar que las obras son vehículo transmisor de ideas, emociones, etc. Pero al mismo tiempo son GENERADORES de ideas nuevas, pq el que ve la obra casi nunca coincide con el autor. O si lo hace solamente es un porcentaje bastante dudoso. Mas bien cada uno al ver una obra de arte la aprovecha como catalizador de un proceso personal de creación. Incluso el que no entiende nada de arte cuando ve una obra "se monta su película personal" sobre lo que significa, no coincidiendo casi nunca su película con la del que tiene justo al lado.
Es decir, desde mi punto de vista, que sí que la obra genera ideas, tanto como las ideas obras.
Bueno, no me refería a eso, aunque no deja de ser interesante.
De todos modos el "sistema de comunicación llamado arte" tiene algunas características que lo diferencian mucho de otros medios de transmisión de pensamiento tales como la ciencia o la filosofía. El lenguaje del arte utiliza las obras, que más que mensajes son "contenedores" de múltiples mensajes, muchos de los cuales se acumulan en ellas sin que lo sepa siquiera el artista.
El público interpreta estos "mensajes" según sus propias experiencias, por lo que siempre diferirá la imagen formada en un espectador y otro.
De todos modos existe una cantidad muy grande de información en una obra que nada tiene que ver con comunicación alguna. Cuando yo pinto un culo, por ejemplo, pongo lo que estoy viendo y lo que siento, y no es exactamente mi intención transmitirlo, sino aprehenderlo, captarlo en una imagen. También intento construir un cuadro armónico, y me preocupo por cosas como la composición, el color, el dibujo... nada que tenga que ver con lenguajes ni transmisiones.
Evidentemente, como obra humana, mi cuadro muestra mi impronta, y mucho más de lo que yo cuento con dejar en él. Hasta los artistas más reservados dejan su huella hasta tal punto que uno se puede hacer una idea de cómo es interiormente esa persona. Los cuadros son libros abiertos para quien sepa leerlos, pero la confesión personal es involuntaria, está ahí aunque no se desee dejar. Yo tengo serias dudas sobre eso de que el arte es un medio de comunicación, porque para comunicar ha de haber un mensaje, mensaje que no siempre está en las grandes obras, y de estarlo no siempre es el mismo que se ha intentado transmitir en su momento. Más bien creo que el artista "se expresa", y esa expresión queda plasmada en la obra. Pero el mensaje es farragoso, confuso, intuitivo. Demasiado complejo y elástico para que una comunicación realmente esté teniendo lugar.
Dices que cuando pintas algunas cosas solo las aprehendes, solo quieres captarlas, no tienes intención de transmitirlas. Pero para qué, para tener una colección inmensa (con el paso de los años) de imágenes de todo tipo? Solo te mueve coleccionar imágenes? Yo creo que no.
Información pero no mensaje. La obra sería la misma si cambiase la composición o el color? Los culos pintados en tonos fríos son iguales que los que pintas en tonos cálidos. Eso no es simple información tiene un significado. Puede que no sea intencionado pero es evidente que tus elecciones condicionan el como verá la obra el espectador. Por tanto hay transmisión de información. Ahora habría que analizar si es solo información o es mensaje. Tal vez el problema sea la palabra mensaje, entendiendo que cuando hablamos de mensaje hay intencionalidad. Y cuando pintas no sientes esa intencionalidad, lo que hace que "veas" el mensaje por ningún lado.
Yo cuando dibujo tampoco pienso ni remotamente en nada que se parezca a un mensaje, pero desde luego dibujo para que mis dibujos sean vistos (por eso tengo un blog). Es decir que hay una intencionalidad, y eso me lleva a pensar que hay un mensaje. A lo mejor algo tan prosaico como "Hola, estoy aquí habeis visto que dibus mas chachis sé hacer" pero aun así eso es un mensaje.
Esto me trae una pregunta a la cabeza ¿Es la obra un fin en sí o es solo un medio? Si es un fin en sí, y no un medio de transmisión de mensajes, cada obra pasa a ser única y tiene valor por sí misma, por tanto intuyo (no tengo muchas ganas de llegar al final de este razonamiento :)) que los que defendemos "nuestro" tipo de arte tenemos razón. Pero por el contrario si la obra es solo un medio, y es un transmisor, entonces da igual que técnica utilizas, da igual que no haya fronteras entre las artes, lo único importante es el mensaje y para transmitirlo cualquier "técnica" o mezcla de ellas vale, en este caso ganan "ellos"
Este sería para mí la respuesta a la pregunta inicial que me hice :)
Todo lo expuesto anteriormente es algo inconexo pero no tengo muchas ganas de desarrollarlo :D dejo las ideas ahí, para que las mentes preclaras que pululan por aquí las lleven hasta sus últimas consecuencias.
Tienes razón, quizá la pregunta sólo tiene dos posibles respuestas, al igual que en Matrix la pastilla roja o la azul.
En mi caso, estoy firmemente convencido de que la obra es un fin y no un medio. Por eso creo que la obra es única, que la técnica es importante, y todo eso. También por eso dudo tanto de que el arte sea un medio de comunicación.
Yo estoy muy de acuerdo contigo, Señor R, en que el problema no es el ANTI-ARTE sino en que se intente que sólo haya esa vía de expresión.
De por sí, el antiarte es negador de lo demás, es una opción que nace en un principio como fusta hacia el arte remilgado de la oficialidad, y con el tiempo se convierte en una opción que niega todo arte que no sea el suyo.
A mí me parece muy bien que en los Museos de Arte Contemporáneo haya instalaciones, lo que me parece mal es que ya no haya pintura, sobre todo teniendo en cuenta que no son fundaciones ni empresas privadas en las que un gurú de tres al cuarto pueda imponer su gusto, sino museos PÚBLICOS, que todo el mundo paga.
Por supuesto que en otras vías de expresión hay cosas interesantes, pero quienes defienden desde la teoría y la crítica estas vías ¿necesitan negar todo lo demás para demostrarlo?.
Y haces bien en preguntarte ¿y si estamos equivocados?...la duda es un buen síntoma de que tu postura va a ser siempre honesta.
Pero si tienes dudas al respecto de esas preguntas que haces es que igual las preguntas no están del todo formuladas a clarificar tu postura: en mi caso, no siento que esté equivocado o pueda estarlo, ya que para mí, PARA MÍ, insisto, el arte tiene como objeto la búsqueda de la belleza, entendida esta de un modo muy, muy amplio.
Todo lo que rechace esa belleza como parte de su esencia a mí no me interesa, yo no lo considero arte, y no lo considero una posible equivocación, sino mi punto de vista, que es honesto y válido para mí.
Acepto y alabo la convivencia de mi modo de ver y sentir el arte con otras formas de acercarse a él, pero no creo que ninguna de las maneras de ver el arte necesite hundir a la otra para justificarse, como se lleva haciendo 50 años.
Cuando eso ocurre, ya no estamos ante opciones personales, sino ante opciones oficialistas y puntos de vista ejercidos y auspiciados desde una tiranía, que yo no puedo aceptar, y ante eso sí que yo no tendría ni tengo dudas.
Si planteamos la cuestión en términos guerreros. Ellos contra nosotros. Solo podemos ganar a ese Goliath usando la única táctica que le queda a los pequeños. La guerra de guerrillas :)
A veces me pregunto si la única finalidad del arte es buscar la belleza...Ya sé que vas a contestar que para tí sí lo es y me parece muy respetable, pero yo personalmente no sé hasta que punto me sirve el registrar momentos, lugares, y mas momentos y mas lugares, emociones, mas emociones, una detrás de otra sin llegar nunca a ninguna parte......Eso es exactamente lo que hacen las cámaras de vigilancia, registran sin más :)
No dudo de que sus procedimientos son deshonestos, y no me gusta estar excluido o sentir que mis oportunidades si quisiera vivir del arte se reducen a circuitos "menores". Pero sí dudo de que todo lo que suene a contemporáneo sea malo por definición. Desde luego no me voy a tragar el discurso "la pintura ha muerto" y chorradas de ese tipo, eso está claro. Pero no puedo evitar sentir que tienen una cierta razón al decir eso. Los campos tradicionales de la pintura, retrato, paisaje, registro aceptablemente fidedigno de la realidad, testigo de acontecimientos, etc, han sido copados por otros medios. Entonces que le queda a la pintura? Solo buscar la belleza? Pero la belleza es algo intangible, además de ser completamente subjetiva y por encima mal pagada :).....Como la vas a buscar y mucho menos a encontrar :)
En fin otra tanda más de ideas inconexas y apenas esbozadas :)
"Los campos tradicionales de la pintura, retrato, paisaje, registro aceptablemente fidedigno de la realidad, testigo de acontecimientos, etc, han sido copados por otros medios. Entonces que le queda a la pintura?"
R: yo creo que ese tipo de razonamientos no expresan el agotamiento de la pintura sino el cansancio de quien los hace: Si miramos con ese mismo CANSANCIO a la fotografía, o a esos otros medios que han "copado" sus funciones tradicionales... también los encontraremos vanos y gastados. Supongo que en el fondo todas las cosas y acciones carecen de sentido... salvo que las miremos con entusiasmo! :D
Desde montar una video instalación hasta follar, pasando por pintar un cuadro, viajar, dibujar a una vaca o ir al fútbol... todo es estúpido y rutinario si se hace sin ganas, ¿no crees?
Brasas, tienes razón en lo que dices, pero por otra parte digo:
Lo siento no me trago los tipicals discurso de libro de autoayuda, que solo ayudan a la cuenta corriente del que lo escribe, sobre el maravilloso entusiasmo que resulta de lo entusiasta que es entusiasmarse con todo lo entusiasmable :)
Yo no me canso de pintar o dibujar, ni creo que lo haga (y llevo con ello unos cuantos años largos) pero sí me hago preguntas y busco respuestas. Y buscando esa respuestas también mejoro mi visión y mi capacidad para crear mas arte.....
PD: y por favor no metas, follar, en esa lista de operaciones cansinas, que todavía hay categorías jejejeje
Señor R, estoy de acuerdo con Brasas. Creo que sí es cuestión de entusiasmo. Basta ver los aficionados. Sigue habiendo muchos aficionados a la pintura, que se dedican en sus ratos libres a pintar sin recibir nada a cambio. Pero aficionados al anti-arte no conozco ni a uno.
Y aunque pueda resultar grosero, para mí la actividad "dibujar" o "pintar" están al mismo nivel de "no cansinas" que "follar".
mmmmm bueno....no creo que el entusiasmo sea la clave. Pensemos en Munch por ej. el tío muy entusiasta no debia de ser. Visto los temas elegidos se diría que más bien era un tipo depresivo y con un carácter muy poco entusiasta. Y su motor para pintar debía de estar mas bien por el lado de liberarse de toda la oscuridad que llevaba dentro :)
En fin está claro que no es fácil ponerse de acuerdo en estas cuestiones :)
Y sobre lo de fo... no digo nada más porque si no esto sube de tono en un pis pas :)
No creo que tenga que ver la forma de ser de uno, ni el estado de ánimo siquiera con el entusiasmo hacia la pintura. Como entusiasmo puedes entender las ganas de pintar.
A mí mismo me tiene pasado que en momentos realmente oscuros y cercanos a la depresión me he puesto a pintar con febril entusiasmo, o sea con muchas ganas, y justo en esos momentos suelen salir cosas espeluznantes a veces, pero increíbles, quizá porque los sentimientos están más a flor de piel.
En una ocasión recuerdo que harto de mí mismo decidí hacerme un autorretrato, y me lo pasé pipa. Fue lo que se suele llamar una catarsis.
Bueno R, te garantizo que mi objetivo no era entusiasmarte ni "autoayudarte" xD ...sólo señalar que a veces creemos estar hablando de las limitaciones de algo (la pintura, por ejemplo) y en el fondo lo que estamos describiendo son nuestras propias limitaciones o barreras mentales al usar ese algo.
En sí, un arte en el que se parte de un papel o un lienzo en blanco, y todo lo demás que ahí se ponga es decisión libre del autor... yo no veo que tenga límites ni manera física de agotarse.
...y lo de "follar" no lo puse como una cosa más, sino al extremo opuesto de "montar una videoinstalación" xD
-((Me debió de influir la frase de Woody Allen que volví a oír estos días: El sexo sin amor es una experiencia vacía. Eso sí: como experiencia vacía seguramente es la mejor))-
Muy de acuerdo con usted, Sr. Anxo. Cuente conmigo como simpatizante de su movimiento hartista.
De momento me tomo la libertad de enlazar este post y el de Hart.
Saludos
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